A los señores representantes del pueblo, diputados y senadores

sábado 11 de agosto de 2018 | 6:00hs.
José Miérez

Por José Miérez Gerontólogo

Oración
Dame calma Señor, suaviza los latidos de mi corazón apaciguando mi mente. Tranquiliza mi paso apresurado dándome una visión del eterno alcance del tiempo. Dame, en medio de la confusión del día, la cama de las colinas eternas. Afloja las tensiones de mis nervios y músculos con la música del canto de los arroyos que vive en mi memoria. Ayúdame a conocer el poder mágico y restaurador del sueño. Enséñame el arte de tomarme vacaciones instantáneas, de detenerme a mirar una flor, a charlar con un amigo, a leer unas líneas de un buen libro. Dame calma, Señor e inspírame, para hacer penetrar mis raíces profundas en el suelo de los valores perdurables de la vida, así puedo crecer hacia las estrellas de mi destino.
Amar
No es mirarse el uno en los ojos del otro sino mirar juntos en una misma dirección. Saint Exupery.
Callar de sí mismo es humildad. Callar los defectos ajenos es caridad. Callar las palabras inútiles es penitencia. Callar a tiempo es prudencia. Callar en el dolor es heroísmo.
Tómate tiempo para pensar, porque ésta es la fuente del poder.
Tómate tiempo para jugar, porque éste es el secreto del poder perpetuo.
Tómate tiempo para leer, porque ésta es la base de la sabiduría.
Tómate tiempo para rezar, porque éste es el mayor poder sobre la tierra.
Tómate tiempo para amar y ser amado, ese es un privilegio otorgado por Dios.
Tómate tiempo para ser amable, porque éste es el camino a la felicidad.
Tómate tiempo para reír, porque la risa es la música del alma.
Tómate tiempo para dar, porque el día es demasiado corto para ser egoísta.
La libertad es un don, pero un don que se conquista.
La oración es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios (San Agustín).
Más vale encender una luz que maldecir la oscuridad (Cristóforos).
Rezar es aprender al lado de Dios su amor a los hombres (Evely).
Cuando la juventud se enfría el mundo entero comienza a temblar (Evely).
Pon amor en tus labios y verás cómo sanan tus palabras (Montoya).
Avancemos juntos y nuestro amor enriquecerá a toda la sociedad.
En el pecho materno está la escuela de la paz del mundo (M. Caride).
Las leyes pueden obligarnos a la tolerancia, pero no a la fraternidad humana (Luther King).
Quien obra puede equivocarse, pero quien no hace nada ya está equivocado.
En la amistad, todos los pensamientos, todos los deseos, todas las expectativas, nacen sin palabras y son compartidas con profundo gozo.

El Viejo Miérez