A 10 años de la Tragedia del Paraná: Prohibido olvidar

jueves 16 de enero de 2020 | 6:00hs.
A 10 años de la Tragedia del Paraná: Prohibido olvidar
A 10 años de la Tragedia del Paraná: Prohibido olvidar

Siempre nos dijeron que los hombres somos iguales, pero hay algo que nos diferencia, el espíritu, la determinación y las ganas de superarnos cada día. No para la aprobación de los demás, sino para sentirnos satisfechos de lo que logramos, sabiendo que las puertas se abren siempre, los obstáculos se superan, los errores se hacen aciertos, siempre que sepamos hacia dónde vamos, por dónde vamos y para qué queremos ir. En estos cuatro años he aprendido mucho de cada una de las personas que me rodearon y también de las que tuvieron un pasaje fugaz por mi vida. Puedo decir que entiendo de varios deportes que antes nunca los había practicado, que puedo leer un libro de fisiología y entenderlo. Pero mi mayor aprendizaje fue el de poder brindar una mano sin esperar que alguien responda de la misma manera. Que no debo esperar que los demás se acerquen a mí para ayudarlos sino que debe nacer de mí. La formación docente la podríamos leer en un libro, las técnicas las encontramos en internet, revistas, etc, pero lo humano lo aprendemos en la relación. Me he encontrado en este pasaje con grandes profesores, y otros grandes teóricos que se olvidaron que la formación de la persona no es simplemente cognitiva, sino que lo afectivo cuenta mucho en el aprendizaje, y más aún en nuestra profesión. Y solamente dejan una pequeña huella que se borrará rápidamente con el correr de los años. El tiempo pasó de una manera muy rápida, son muchos recuerdos pero muy poco tiempo para contarlo. Mi primer objetivo ese día que ingresé fue el de culminar mi carrera en el tiempo estipulado para la misma.

Hoy puedo decir que lo logré, gracias a muchas personas. Ahora sólo me queda por lograr todo lo demás. Que no es poco. Pero tampoco mucho. Creo que el día que no tenga objetivos ya no tendré razón de vida y seré simplemente una persona que está ocupando un espacio sin rumbo ni sentido. Culmina una gran etapa de mi vida, de todos los profesores y compañeros me llevo algún aprendizaje, recuerdos, disgustos y satisfacciones, que marcarán mi futuro de ahora en más. De mi parte simplemente espero haber podido brindarles a ellos lo mismo también.