El comercio yerbatero por el Uruguay después de la destrucción de las Misiones

viernes 01 de noviembre de 2019 | 5:00hs.
Por Alfredo Poenitz

Por Alfredo Poenitz Historiador

Las guerras de Misiones durante el artiguismo produjeron la destrucción de la obra desarrollada por los Padres de la Compañía de Jesús durante el período 1609-1768. Una de las graves consecuencias fue la declinación de la producción yerbatera por falta de suficiente mano de obra en los yerbales. Fue Brasil quien se encargó de suministrar este producto que reclamaban los consumidores sudamericanos, pero sin la calidad ni la cantidad que el mercado reclamaba. El Dictador Francia, mientras, especulaba políticamente con la yerba, provocando alzas de precios que gravitaban negativamente en las relaciones políticas con el resto de los países del sur sudamericano.
Los brasileños aprovecharon la oportunidad a partir del momento en que la Banda Oriental quedó anexada al Imperio en 1819. Se estableció un nuevo puerto yerbatero en el Salto, frente al puerto de San Antonio del Salto Chico (hoy Concordia), despoblado a mediados de 1820. Desde Salto la yerba se embarcaba para Paysandú y Montevideo, cuyas aduanas recogían las tasas de exportación. Pero este comercio duró sólo unos pocos años pues la Guerra con el Brasil (1825-1828) por la recuperación de la Banda Oriental trajo nuevas desgracias a los pueblos yerbateros aún subsistentes. El general Fructuoso Rivera en 1818 saqueó las Misiones Orientales y prácticamente arreó a sus habitantes hacia la Banda Oriental. Muchos de esos pobladores fundaron Santa Rosa de la Bella Unión. De esa expedición sólo se salvó San Borja que se convirtió en el puerto centralizador de la producción yerbatera en el Alto Uruguay. Desde allí resurgió la ruta comercial que por vía fluvial exclusivamente, procuraba alcanzar el puerto del Salto. 
En la década de 1830 el gobierno entrerriano se preocupó por reintegrar la ruta de la yerba hacia tierras argentinas repoblando el puerto de San Antonio del Salto Chico que fue refundado el 29 de noviembre de 1831 con el nombre de Villa de la Concordia. Hacia 1835 ya funcionaban la Aduana y la Receptoría, comenzando una rivalidad entre el Salto y la recién fundada Concordia por atraer los cargamentos procedentes del Brasil y un poco más tarde desde el Paraguay. 
En 1830 fue repoblada por Corrientes la antigua misión jesuítica de La Cruz que comenzó a desarrollar una intensa actividad comercial con la yerba que procedía desde los antiguos pueblos misioneros en poder del Paraguay. Frente a ella se fundó el pueblo de Itaquí con el fin de competir en el tráfico yerbatero con La Cruz. Ello fue consecuencia de la decisión del gobierno paraguayo de abrir una ruta terrestre desde Itapúa hasta Santo Tomé para la salida de sus productos, especialmente la yerba, al tener bloqueado el río Paraná como ruta de exportación. Para ello crearon la Trinchera de San José (Posadas) como puerto receptor, desde ahí por tierra hasta Puerto Hormiguero (Santo Tomé) donde se cargaban barcazas por el río Uruguay. En la década de 1830, entonces se dio un enorme impulso al comercio yerbatero al reincorporarse el producto desde el Paraguay. En 1843 se instaló Uruguayana que, en la década de 1850 se convirtió en el gran centro comercial de la Banda brasileña del Alto Uruguay, superando a San Borja e Itaquí. Frente a Uruguayana los hermanos Madariaga fundaron la población que llamaron Paso de los Libres, que, al igual que su vecina, fue creciendo hasta convertirse en la más importante de la costa correntina merced al tráfico yerbatero.
Cuando se empezaron a dar los primeros pasos en la planificación de líneas férreas en el territorio argentino, fue proyectado el Ferrocarril del Este, que debía unir Concordia con Monte Caseros, fundada en 1855, pasando por Federación, antigua Mandisoví. La factibilidad del proyecto se sustentaba en el tráfico mercantil que se desarrollaba en el río Uruguay y que tenía como principal producto a la yerba mate. En abril de 1847 se inauguró el primer tramo, entre Concordia y Federación. Al año siguiente se completó el segundo trayecto hasta Monte Caseros. Esta ciudad, durante el resto del siglo recibiría las mercaderías embarcadas en el Alto Uruguay y la convertiría en un polo económico importantísimo.
Con el correr de los años, las ciudades surgidas gracias al comercio yerbatero fueron recibiendo agricultores para sus colonias cercanas en el proceso inmigratorio que transformó demográfica, social y económicamente a la República Argentina. A partir de la década de 1880, el Territorio de Misiones, que recibiera fuerte apoyo e impulso del gobierno nacional, comenzó a recibir la afluencia de agricultores de la Europa Oriental que encontraron en el cultivo de la yerba el producto ideal para progresar.
 Apenas iniciado el siglo XX, el Ferrocarril del Este llega hasta Posadas, enlazando previamente con Concordia a los antiguos centros urbanos de Monte Caseros, Paso de los Libres, La Cruz, Santo Tomé y la renacida Yapeyú. 
Así, el tren reemplaza a las rústicas balsas y pequeñas embarcaciones y las aguas dejan de transportar el oro verde que dio lugar a la vida y trabajo de muchas generaciones de pobladores de habitantes de ambas márgenes del río Uruguay.