Latre y Maldonado II

martes 21 de agosto de 2018 | 5:00hs.
La columna titulada Latre y Maldonado (16/8) -en alusión a una tira suya (6/8)- tuvo una repercusión bastante compleja de dilucidar. Evidentemente fue interpretada según el “tempo interior” (Alexis Carrell) que polariza el “cristal según el que mira la vida cada uno” (Ramón de Campoamor); así, hubo devoluciones dispares: “gracias por defender a Santiago” y “gracias por defender a Latre”, y hubo además alguna variante neutra.
Es curioso que un objetivo de 333 palabras genere una reacción que no se buscaba, de casi 2000.
Quien la releyere en el elterritorio.com.ar notará que desde las preguntas “¿Por qué reincide uno? ¿Por qué se enojan los otros?” (y la mención de las infinitas opiniones tras la masacre de Charlie Hebdó, que es la sugerida meca de las repuestas) no se percibe una posición que afecte a nadie.
Sólo menciona los variopintos lenguajes periodísticos en el íntimo mundillo de una redacción, sobre todo por la tarde cuando, como en la Torre de Babel, se pasa del estilo bullicioso y coloquial con que se plantea el “brotecito” de una noticia, al estilo circunspecto cuando se le confirma la primicia al lector.  La querida sección Foja Cero es un ejemplo; como toda sección policial, de varias páginas en todo diario, maneja, en este, su propio argot. Recuerdo, como un oxímoron, una tarde-noche lluviosa cuando una bella cronista de crímenes y castigos, con el síndrome de la página en blanco, celebró en medio del tamborileo de las otras secciones, silenciosas, una perla pescada a último momento: “¡Apareció el cadáver!”.
Dentro del mismo contexto la sempiterna historieta cotidiana de Latre utiliza su propio lenguaje híbrido, gráfico y textual, con la explosiva mezcla de sátira mordaz y mosca en la sopa.
Por último, el término “subsidio” (según lo definiera el juez Guillermo Lleral y lo aceptara la familia del malogrado Santiago) no debe interpretarse como expresión peyorativa; fue apenas el marco contextual para servirme del último cuadrito de la cuestionada tira, como disparador de la columna.