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Un vecino contó que el sargento acusado confesó: “Le metí dos tiros”

martes 17 de julio de 2018 | 6:00hs.
Amarilla estaba sentado debajo de la planta de mango cuando fue baleado.
Cristian Valdez

Por Cristian Valdez fojacero@elterritorio.com.ar

Con el deseo de que el asesinato del ex convicto Arnaldo Alejandro Amarilla (33), en el barrio A 3-2, no quede impune, a media mañana de ayer su familia marchó por las calles de Posadas.

Es que a la decena de testimonios de personas que involucran directamente al sargento de la Policía de Misiones, Esteban Emanuel S. (32), como autor de los disparos de escopeta antidisturbios que mataron al hombre, les llegó el rumor de su supuesta excarcelación, beneficio poco probable ante la gravedad de la acusación pero igualmente, ante eso, decidieron demostrar que están siguiendo de cerca cada uno de los pasos que se dan en el ámbito judicial.

La madre del fallecido, Francisca Amarilla, no duda de que se trató de un caso de gatillo fácil porque, con el correr de los días, dijo que pudo confirmar en base a testimonios cómo fue la violenta secuencia que derivó en la muerte de su hijo. En ese punto su relato es consecuente con el de varios testigos que casualmente, esa madrugada del primer domingo de julio vieron al sargento bajarse de un patrullero y tras avanzar directamente hacia donde estaba sentado la víctima (debajo de un árbol en la vereda de su casa), disparar dos veces, teniéndolo de frente y de espaldas cuando corrió para ingresar a su propiedad. Se desplomó y murió desangrado.

“Pedimos justicia, que no quede impune. No puede quedar así nomas, porque siendo nosotros pobres y sin recursos, pagamos si cometemos un crimen, por eso él (por el policía) también tiene que pagar”, dijo Francisca, confirmando que “mucha gente se acercó para contarnos cómo pasó todo, la forma criminal en la que actuó este tipo, que mató a sangre fría y todos están dispuestos a declarar si los llaman, porque no se puede creer que haya hecho eso, cuando es quien debe cuidarnos”.
La madre, visiblemente angustiada, le pidió al titular del Juzgado de Instrucción Seis, Ricardo Balor, que investigue “todo a fondo, que salga todo a la luz” y en paralelo, que el uniformado acusado “continúe en prisión, que no lo trasladen como hacen siempre porque si sale, va a hacer lo mismo. Es un provalecido que se aprovechaba por su condición de uniformado”. Por otro lado, pidió nuevamente la intervención de Gendarmería en la investigación que se lleva adelante.

Confesión
En el contexto de la marcha, el uniformado acusado de homicidio calificado sumó otro testimonio en contra, que de ser tenido en cuenta por el magistrado podría ser determinante de cara a su futuro procesal. Lo dio en exclusiva a El Territorio un vecino de Amarilla, a quien supuestamente, luego de efectuar los disparos, el efectivo le habría pedido que ingrese a la propiedad de la víctima para ver cómo estaba, confesando en esa instancia que le había disparado.

“Estábamos en casa jugando con la PlayStation. Escuchamos que afuera había una pelea, ruidos de botellas rotas, pero no salimos a ver. Seguimos en la nuestra, hasta que después de un rato escuchamos explosiones como de cohetes frente a mi casa. Pensamos que era cohetes, hasta que a la media hora por ahí salí a la vereda, andaban los patrulleros dando vueltas por el barrio y frena uno, andaban entre cuatro policías pero sólo uno se bajó, éste que está preso ahora y me preguntó si conocía a Nano (es el apodo de Amarilla). Le dije que sí, entonces me pidió si podía cruzarme a ver cómo estaba: ‘Porque yo le pegué dos tiros’, dijo”, recordó Diego Segovia.

En esa línea, contó que lo primero que se le cruzó por la cabeza al escuchar al sargento es que lo iba a querer involucrar en el episodio, por eso se negó. “Cuando me dijo ‘le metí dos tiros’ pensé que me iba a  hacer una causa a mi, que si entraba a la casa me iban a acusar, entonces le dije que no. Ellos siguieron dando vueltas por la cuadra, estaban re preocupados por lo que noté”, manifestó, opinando que “él (por el acusado) sólo se mandó al frente cuando confesó que le había disparado, después me enteré de todo lo que había pasado y que le encontraron muerto a mi vecino”. El hombre dijo estar dispuesto a declarar si es citado para brindar su testimonio sobre el episodio que describió, aunque reconoció que hasta ahora nadie se contactó con él.


El suboficial fue excarcelado

Amarilla fue asesinado el 1 de julio, a la madrugada. Por el crimen, además del sargento Emanuel Esteban S. (32) está detenido el suboficial David Salomón V. (30), acusado por el delito de encubrimiento.

En la instancia indagatoria, el menor de los acusados contó los detalles del procedimiento que terminó con la vida de Amarilla, pero aclaró que el sargento disparó el arma sin que existiera una orden para hacerlo. Por eso, sus abogados defensores (José Luis Rey / Eduardo Paredes) solicitaron la excarcelación que ayer a la tarde finalmente le fue otorgada por el magistrado Ricardo Balor.

Distinta es la situación del otro policía, ya que a la serie de testimonios que lo colocan como autor de los disparos, se suman los informes de las pericias balísticas que detectaron que entre los perdigones de goma también había de plomo.
La causa se encuentra en la etapa de testimoniales.
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