Trump empezó una gira de ocho días por cinco países

sábado 20 de mayo de 2017 | 0:00hs.
Riad, Jerusalén, Belén, Roma, Bruselas y Sicilia: el presidente Donald Trump, en dificultades en Washington, inició ayer una gira que será analizada con lupa en las capitales de todo el mundo. 
Este primer viaje extraordinariamente prolongado, cinco países en ocho días, una variedad de entrevistas bilaterales, desde el rey saudita Salmán al papa Francisco, pasando por el nuevo mandatario francés Emmanuel Macron, promete ser un ejercicio difícil para el presidente de Estados Unidos.
La avalancha de revelaciones que precedió a su partida lo puso en una posición delicada en su país y revivió también las dudas sobre su capacidad para desempeñar la función presidencial en presencia de sus homólogos.
“El hecho es que nadie sabe cómo se comportará Donald Trump o qué dirá en reuniones en las que nunca ha estado”, resume Stephen Sestanovich, del Consejo de Relaciones Exteriores.
El entorno del impredecible presidente, de 70 años, afirma que su estilo “agradable pero franco” es garantía de eficiencia en las relaciones internacionales.
Trump, poco aficionado a los viajes largos, está acompañado por su esposa Melania, hasta ahora gran ausente en actividades públicas. Su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner, que son dos de sus asesores más cercanos, también se embarcaron en el avión presidencial Air Force One.
El magnate inmobiliario, que intenta un dramático ajuste de sus incendiarias palabras en su campaña, va a tener que explicar cómo su lema favorito, “Estados Unidos primero”, es compatible con el multilateralismo.
“El presidente sabe que 'Estados Unidos primero' no significa 'Estados Unidos solamente', sino todo lo contrario”, dijo uno de sus asesores de seguridad nacional. Pero más allá de la frase, muchas preguntas siguen.   
La Casa Blanca anticipa un viaje “histórico” en el que el Presidente irá al encuentro de las tres grandes religiones monoteístas.
En Riad, adonde llegará hoy  Trump deberá esforzarse para marcar el contraste con su predecesor, quién despertó la desconfianza de las monarquías sunitas del Golfo.
Un discurso enérgico frente al Irán chiita, silencio en temas de derechos humanos, probable anuncio de contratos de armas; son los ingredientes para que la recepción sea buena.
Pero el primer mandatario está haciendo una apuesta arriesgada al pronunciar en la capital saudita, ante más de 50 líderes de los países musulmanes, un discurso sobre el Islam.
“Voy a llamarlos a combatir el odio y el extremismo”, prometió antes de su partida, citando una “visión pacífica del Islam”.

Abogará por un pacto de paz
En Israel, en donde espera impulsar la idea, todavía muy incipiente, de un acuerdo de paz, Trump se encontrará con su “amigo” Benjamin Netanyahu (en Jerusalén) y el presidente palestino Mahmud Abas (en Belén, en los territorios palestinos ocupados).
Esta parte de la gira ya está rodeada de controversia, relacionada con la organización de la visita al Muro de los Lamentos y la transmisión a los rusos de información clasificada obtenida por el aliado israelí.
El encuentro con el papa Francisco en el Vaticano tiene un aspecto singular, ya que las posiciones de los dos hombres están en polos opuestos, en inmigración, refugiados o el cambio climático.
Europa, donde Trump sembró la confusión con declaraciones contradictorias sobre el Brexit, el futuro de la Unión Europea y el papel de la Otan, será la última etapa de su gira con una cumbre de la alianza atlántica en Bruselas y otra del G-7 en Taormina, perla turística de Sicilia. “Invertirá en la relación con los aliados del otro lado del Atlántico como todos sus predecesores han hecho desde Pearl Harbor?”, se pregunta Charles Kupchan, ex asesor de Barack Obama.