Tornado en zona Centro provocó una víctima fatal e importantes estragos
Se estaban por mudar
Roberto Da Rosa, amigo de la familia, no tenía consuelo ante el hecho consumado y recordó a Lester como hombre trabajador y apreciado en la colonia.
“Es de no creer lo que pasó. Pensar que mañana (por hoy) le iba a venir a ayudar con la mudanza porque se mudaban a Guaraní. Ellos tienen una casa en el pueblo, pero estaban cuidando esta chacra para el patrón de Juan Carlos. Últimamente no había mucho trabajo, entonces hablaron con la señora, que también está un poco enferma, y decidieron volver al pueblo. Pero justo pasó esta tragedia”, lamentó Da Rosa.
Nunca visto
Los vecinos más antiguos de Colonia Yapeyú, situada a unos 15 kilómetros del centro de Oberá, no recordaron un fenómeno climático de la magnitud del registrado en la madrugada de ayer, con vientos que habrían rondado los 200 kilómetros por hora.
En Oberá, la tormenta de la víspera dejó un saldo de ocho familias afectadas con la voladura parcial o total de sus techos en los barrios de Cien Hectáreas, San José y Kilómetro Cero.
En la localidad de Los Helechos fueron 20 las viviendas perjudicadas, puntualmente en Colonia Samambaya y Colonia Tamanduá.
En Campo Ramón el epicentro se registró en Paraje Arroyo Tigre, con siete casas afectadas.
Por ejemplo, el vecino José Kripchuk padeció la voladura total de los techos de su vivienda y el galpón. Por su parte, Juan Montenegro comentó que “el tornado vino a las 6.30 y duró menos de un minuto. Fue como tiros y terminó. Tumbó cedros centenarios y las chapas de un vecino volaron más de 700 metros. Fue increíble”. Al cierre de este edición varias zonas padecían la falta de energía eléctrica.
En horas del mediodía, el gobernador Hugo Passalacqua recorrió Colonia Yapeyú y constató los daños del tornado. Antes, el ministro de Salud Pública, Walter Villalba, se mostró muy consternado por el panorama y remarcó que “ahora vendrá la necesaria asistencia a las familias afectadas. Son momentos de mucha incertidumbre, pero el Estado va estar presente más que nunca”. Asimismo, destacó el trabajo en conjunto entre diversos estamentos del Estado y “la vocación de servicio de los bomberos voluntarios” que trabajaron desde la madrugada asistiendo a los afectados.
Llegar a Colonia Yapeyú ayer por la mañana fue como adentrarse en una máquina del tiempo y retroceder hasta el 7 de septiembre el 2009, cuando un tornado azotó la zona rural de San Pedro y ocasionó la muerte de once personas. Las chapas literalmente enroscadas en los árboles fueron el primer disparador de aquellos recuerdos. Después los postes tendidos, los pinos quebrados de cuajo, las plantaciones arrasadas. Y lo peor de todo: las personas mojadas, tiritando bajo la llovizna, todavía asustadas, llorando. En este caso hubo un solo fallecido, pero la cantidad no hace a la ecuación y el dolor se percibía en el aire. La mirada triste de los chicos sintetizó el desconsuelo.
Por Daniel Villamea
interior@elterritorio.com.ar
“La mano de Dios protegió a nuestra familia”
Marcelo Gómez de Olivera (44) y Marcela Aguirre (39) tienen dos hijos, una nena de 14 y un varón de 7.Hace un año dejaron la provincia de Santa Fe en busca de otros aires: fue entonces que se instalaron en Caá Yarí. La mañana de ayer los sorprendió de la manera más hostil. Fuertes ráfagas golpeaban contra las paredes de su vivienda. El techo desapareció en pocos minutos. El ruido de chapas, árboles quebrados hacía temer lo peor. En ese panorama de película de terror, Marcela corre a la habitación de los niños donde logra encontrar refugio en la cama cucheta. Se abraza a sus hijos y se aferra a la fe.
“Nunca vivimos una situación así. Fueron cinco minutos de los más difíciles. Pero acá estuvo la mano de Dios que protegió a la familia. Fue una desgracia con suerte. Somos cristianos y hoy más que nunca sabemos que Dios siempre está”, dijo Marcelo.
Por Griselda Acuña
interior@elterritorio.com.ar
“No me muevo de mi casa”
La casa de Helga Hildebrand (48) está ubicada a unos tres kilómetros de la ruta provincial 25 del municipio de Caá Yarí. Desde la picada se puede ver su vivienda destechada y un sinnúmero de árboles que cubren su chacra.La Iglesia Adventista del Séptimo Día, en su recorrida para evaluar las necesidades de los vecinos, intentó evacuar a la mujer pero fue imposible convencerla. “Es sólo daño material, gracias a Dios estamos todos vivos. No me muevo de mi casa. No tengo problema de agarrar serrucho, martillo y empezar de nuevo (...), yo me arreglo sola, me sé defender”, aseguró la mujer, que al momento del temporal estaba acompañada de sus dos hijos: Máximo (26) y Luis (16) .
“Empezó a las 6 de la mañana. Escuchaba los ruidos arriba del techo. De mis galpones volaron todos los techos. Las plantas como canela, paraíso, todo sacó de raíz el viento. El monte está todo por el suelo”, relató.