“Si se mató es por temor a la Justicia, pero creemos en la justicia divina”

miércoles 18 de abril de 2018 | 5:00hs.
“Si se mató es por temor a la Justicia, pero creemos en la justicia divina”
“Si se mató es por temor a la Justicia, pero creemos en la justicia divina”
Los vecinos de Pozo Azul aún no logran salir del asombro por el aberrante hecho que tuvo lugar en el pequeño pueblo y tras conocerse la muerte de Sotelo aseguraron que todavía les quedará un sentimiento de impotencia. 
“Pensamos que el hombre no se hizo cargo de lo que hizo. Si se mató es porque tuvo miedo de enfrentarse a la Justicia, pero creemos en la justicia divina, de ese juicio nadie se salva”, indicó ayer en diálogo con El Territorio Santino González, esposo de la única testigo del hecho en este pequeño pueblo que recientemente se transformó en el municipio 76 de Misiones.  
“Podemos decir que estamos más tranquilos porque al menos de ese tipo ya no debemos cuidarnos y sobre todo cuidar de nuestros hijos”, añadió González. 
Tanto la familia damnificada, como así también sus vecinos tenían previsto realizar una manifestación durante la jornada de hoy para reclamar mayor seguridad y justicia por el ataque de las hermanitas. 
En este contexto, González dejó en claro que la muerte de Sotelo no los hará cambiar de opinión. “Pero de igual manera vamos a marchar mañana -por hoy- para pedir justicia ante estos casos aberrantes, que tengamos mayor seguridad y que nadie jamás tenga que pasar por esta situación”, señaló por último.
El ataque, en primera persona
Antes de producirse la muerte del principal sospechoso del ataque que conmocionó a la provinciam, El Territorio dialogó con la esposa de González, Nélida Cristaldo, la sindicada testigo clave del hecho ya que fue la única persona que alcanzó a ver la secuencia de la agresión. 
Cristaldo narró que ella estaba en la cocina de su vivienda, a unos quince metros de donde ocurrió el hecho, el cual la desconcertó por un momento, pero de inmediato gritó y corrió a la casa de su madre. Al regresar, el automóvil ya no estaba, como así tampoco la niña más pequeña. 
Fue uno de sus hijos quien en motocicleta, finalmente se dirigió hasta la seccional policial que funciona en el pueblo para dar aviso. 
“Estamos con un temor tan grande, yo nunca he visto una cosa así. Seguro Dios me tocó en el corazón para que yo mire hacia el camino cuando escuché que había parado un auto y luego los gritos de las nenas. Terrible, terrible, todo ese momento de tanta angustia, sentimos mucho dolor, como si fueran nuestros hijos. Es muy triste que gente tan humilde tenga que pasar por esto”, sostuvo Nélida. 
Según contaron Nélida y su esposo, quienes son agricultoras y hace 25 años residen en Pozo Azul, el automovilista habría detectado a las menores a la altura del kiosco y regresó para atraparlas cuando ellas estaban a punto de ingresar al camino terrado que las lleva hasta su casa.
“El auto vino en sentido Pozo Azul-San Pedro, giró y estacionó de costado, como cortando el camino, como si supiera que las niñas iban a entrar en esa entrada. Parece que algo le dijo a las nenas y en eso ya escuché los gritos. Así como las pegó, ellas cayeron, yo desde acá no pude ver la patente, ni si tenía pantalón o bermuda porque esa parte lo cubría el auto. Fue pura desesperación. Cuando volvimos con la vecina el auto no estaba, sólo quedaba una de las nenas desvanecida, con sangre en la cabeza. Los padres entendieron lo que había pasado cuando le mostramos la pata de cabra que utilizó el tipo”, recordó Nélida.
Varias autoridades policiales pasaron por el lugar y llegaron hasta la vivienda para pedir información a la mujer que, si bien no lograba recordar plenamente las características faciales del agresor, se impactó cuando debió reconocerlo en las fotografías. 
“De acá no podía ver los detalles de la cara, ojos, pero era joven, tenía remera blanca y el auto era blanco con vidrios negros de cuatro puertas. Imagínese que yo de marcas y modelo no entiendo, pero cuando vi las fotos fue como volver a verlo golpeando con tanta brutalidad a las nenas, es él”, apuntó la mujer. Para ese entonces, Sotelo aún estaba prófugo y oculto en algún lugar.

“Lo que pasa lo sentimos en carne propia”

Tanto las niñas agredidas, como toda su familia, son muy conocidos y queridos en el pueblo. “Nadie puede decir que esto fue un descuido de los padres, ya que todos los días veía como el señor traía a las nenas con su autito hasta la escuela. Un amor esas criaturas, cuando no tenía para el gasoil pedía fiado, pero nunca las criaturas venían solas. Acá hace falta más seguridad, tenemos dos rutas con mucho tráfico cerca de Brasil y Paraguay, y no sabemos qué tipo de intenciones tiene cada persona que pasa por acá. Fue algo muy grave, que no puede volver a pasar”, señaló Sieves Valdir, un vecino de Pozo Azul. A modo de acompañamiento a la familia y en repudio a los hechos de violencia, los pobladores están organizando una marcha para pedir mayor seguridad. “Lo que le pasa al vecino, lo sentimos en carne propia, más cuando se trata de los niños que no tienen culpa de nada. Es un dolor inmenso, le podría haber pasado a cualquiera, comparto con la familia y todos estamos a la expectativa de saber cómo siguen, por eso mañana -por hoy- estaremos marchando en favor de ellos y en contra de estas aberraciones”, añadió Esther Domínguez.


La pequeña agredida sigue luchando por sobrevivir

La niña oriunda de Pozo Azul que fue gravemente herida y abusada seguía hasta ayer a la noche  luchando por  su vida, según confirmaron varias fuentes de la Cartera de Salud de la Provincia consultadas. 
Es que a la par de la noticia sobre la muerte de su presunto agresor, surgieron nuevos rumores de su fallecimiento, como había sucedido el lunes, pero rápidamente fueron desmentidos. 
Ayer a la mañana, el parte oficial indicaba que la menor seguía estabilizada y continuaba en terapia intensiva del hospital pediátrico, manteniéndose con asistencia respiratoria mecánica.
 “Al examen físico sus lesiones evolucionan favorablemente, las cuales no requieren por el momento de intervenciones quirúrgicas”, se consignó.
Su estado no presentó mejoras  significativas y el riesgo de muerte, según los profesionales, está latente. Su hermana, en tanto, presentó una leve mejoría y, al igual que la menor, desde ayer a la mañana está internada en el pediátrico posadeño. 
La familia de las niñas sigue muy de cerca las evoluciones y, hasta ahora, prefirieron no hacer declaraciones públicas sobre sus estados ni la muerte del señalado como agresor.