San Pedro: refugio de animales busca mejorar su infraestructura

En la última semana se viralizó en las redes sociales la foto de un perro prácticamente desnutrido que albergaba el Refugio San Roque de San Pedro. Al respecto, Liliana Souza (53), dueña del lugar, aclaró a El Territorio cuál es la situación actual, con el fin de transmitir tranquilidad a la población y a quienes realizan las donaciones.

“Primero me sentí muy mal porque ese perro había llegado hace apenas dos días al refugio. De eso pasaron dos meses, vengan y vean cómo se ha recuperado, porque nosotros estamos acá, viviendo y sintiendo en la piel cuál es la realidad, para nada fácil, pero lo hacemos con amor y con lo poco que tenemos mediante la colaboración de personas anónimas”, sostuvo.

La publicación generó polémica y preocupación pero sobre todo impotencia y bronca por parte de quienes diariamente dedican su vida para que los animales que son abandonados tengan una segunda oportunidad.

Cabe destacar que la infraestructura es muy precaria: los días de lluvia suelen ser caóticos y el barro, la rotura de lonas y techos empeoran la situación. Si bien los caniles y casas son constantemente reparados, los materiales utilizados suelen ser reciclados y por tal motivo duran poco. Sin embargo, la comida, los cuidados y el afecto abundan en el refugio. Diariamente se cocinan 60 kilos de arroz con puchero y en caso de que reciban donaciones importantes de alimentos, son suministrados los días inestables. Cuando se trata de tratamientos por enfermedades, medicamentos y cirugías, los gastos en su mayoría son cubiertos por la familia con recursos propios y lo que recaudan con el aporte mensual de los socios.

Para estos voluntarios no importan las condiciones climáticas. Ni el frío, ni el calor, ni la lluvia son un impedimento para trabajar desde primeras horas asistiendo a los animales. Se trasladan todos los días hasta el predio, ubicado a unos 1.500 metros del casco urbano de San Pedro para realizar las tareas junto a una familia que vive en lugar.

En este sentido, uno de los objetivos pendientes es lograr mejorar al 100 por ciento las condiciones edilicias del predio. “Seguimos luchando para poder transformar este lugar en algo mucho mejor pero lamentablemente no podemos hacerlo como pretendemos por no contar, por un lado, con los materiales y tampoco con personas voluntarias que nos ayuden a realizar la construcción nueva de forma eficaz. Queremos hacer las gateras, necesitamos tejidos, mallas, maderas, chapas y clavos para que en días de temporal puedan estar mejor resguardados”, señaló Souza.

Hace ocho años Souza dejó a un lado su trabajo para atender y cuidar de forma incondicional a los perros abandonados. Fue después de llegar a tener 25 canes en su vivienda cuando tomó la valiente decisión de fundar el refugio San Roque. En todo este tiempo atravesaron situaciones muy difíciles y estuvieron a punto de cerrarlo, sin embargo, redoblaron esfuerzos y con sacrificio continúan albergando animales. Además, desde que surgió la iniciativa la demanda fue en aumento. Hoy tienen 180 perros y 50 gatos a quienes alimentan diariamente, a diferencia de los comentarios difamatorios que circularon en las redes sociales. De esta forma, una vez que son acogidos por las manos de esta amante de los animales, la recuperación es sorprendente.

Por ello pidieron que la gente de San Pedro que colabore para poder finalizar con los resguardos para los perros y gatos que allí viven. Además, otra de las prioridades es poder esterilizar a todos los animales que ingresan al refugio o que viven en otras áreas de la localidad.