Reinaldo Andrade fue asesinado en noviembre de 2019 en El Soberbio

Pericias y testimonios que complican a policías imputados por homicidio

Matías Lohn y Fabio Boges son juzgados por el Tribunal Penal de Oberá. Forenses y peritos oficiales contradicen la versión de los implicados. El martes habría sentencia
domingo 14 de abril de 2024 | 6:05hs.
Pericias y testimonios que complican a policías imputados por homicidio
Pericias y testimonios que complican a policías imputados por homicidio

“Lo que dijeron los peritos confirma que fue una ejecución a quemarropa. Nosotros lo sabíamos, pero nos tranquiliza que los profesionales lo confirmen, porque los acusados siguen mintiendo. Pero las pericias no mienten y la verdad saldrá a la luz”, reflexionó Pablo, hermano de Reinando Andrade (39), luego de la tercera audiencia del juicio oral que tiene como imputados a los expolicías Matías Lohn (27) y Fabio Boges (34).

El martes se prevé el testimonio de un último perito y luego será el turno de los alegatos, tras lo cual el Tribunal Penal Uno de Oberá emitirá la sentencia.

“Lohn y Boges no sólo le quitaron la vida de mi hermano, sino que también se llevaron la vida de mi mamá; se están llevando la vida de mi papá y dejaron una familia desamparada. Pero confío en que en el Tribunal hará justicia para que mi hermano pueda descansar en paz”, agregó Pablo en diálogo con El Territorio.

Pablo Andrade
Pablo Andrade no tiene dudas de que a su hermano lo ejecutaron.

El homicidio de Reinaldo Andrade fue perpetrado el 13 de noviembre de 2019 en el paraje San Ignacio, localidad de El Soberbio.

Ese día los acusados estaban de franco de servicio, pero argumentaron que divisaron un Volkswagen Voyage vinculado al contrabando e iniciaron una persecución que se vio interrumpida cuando el Gol de Andrade se cruzó en el camino y el conductor exhibió un arma de fuego, por lo que Lohn efectuó varios disparos a distancia.

Esta versión se desploma ante la opinión de forenses y peritos que actuaron en el caso y coinciden en que el disparo mortal fue a corta distancia: a “menos de diez milímetros” o con el cañón del arma “casi apoyado” en la cabeza de Andrade.

Tampoco se hallaron restos de pólvora en las manos del fallecido ni armas cerca del cadáver o dentro de su coche.

Peritos coincidentes
El último jueves, un patólogo forense y cuatro peritos de Gendarmería declararon ante el Tribunal y corroboraron la “proximidad de disparo”, lo que no hizo más que complicar la situación de los expolicías.

Peritos de Gendarmería declararon ante el Tribunal
Los peritos coincidieron en que el disparo fue a corta distancia.

El comandante José Agustín Miranda, a cargo del área de Criminalística y Estudios Forenses de la fuerza federal que intervino en la reconstrucción del hecho, fue concreto: “Hay evidencias científicas que determinan fehacientemente que el disparo fue a corta distancia y las pericias balísticas determinaron que el arma utilizada fue la de Lohn”.

También declaró el médico patólogo posadeño y experito del Cuerpo Médico Forense, Juan Antonio Galuppo, quien realizó el estudio para detectar vestigios de pólvora en los bordes del orificio de entrada que tenía la víctima en su cabeza.

Explicó que la pericia se hizo con una muestra de tejido enviada a su laboratorio por el forense Carlos Wolhein -quien realizó la autopsia- y confirmó que en el área estudiada halló “granos de pólvora no deflagrada, que no explosionó”, lo que, a su criterio, se relaciona con la proximidad del disparo.

“Leyendo el informe de autopsia se describe que hay ahumamiento y hasta halo de quemadura, todos son indicadores de proximidad”, dijo.

Recursos defensivos
En tanto, los defensores de Lohn, Hugo Zapana y Federico Tilli, como también el abogado de Boges, Gabriel Miranda, atacaron dos cuestiones: la proximidad del disparo y la cadena de custodia de la evidencia, dando a entender sospechas de manipulación de la prueba.

Ante lo último, Galuppo fue categórico: “No tengo dudas de que se mantuvo el procedimiento de la cadena de custodia”.

Zapana, avezado hombre de leyes, avanzó en cuestiones técnicas sobre mecánica y consecuencias de un disparo en el cuero cabelludo, y la respuesta de Galuppo ratificó la cercanía “de la boca de fuego con el cuerpo”.

La pregunta del abogado tuvo relación con lo declarado por Wolhein, el médico forense, quien en la segunda audiencia indicó que el orificio de entrada del proyectil “tenía bordes bien definidos”, y que en paralelo observó “elementos compatibles con un disparo a corta distancia”.

Tras la interpelación del abogado Miranda, Galuppo volvió a confirmar que en el análisis microscópico halló “presencia de granos de pólvora no deflagrados”, y que al igual que los hallazgos del forense Wolhein “marca una lesión de proximidad”.

Desarticulación del cráneo
Con relación al testimonio del forense Carlos Wolhein, mencionó que Andrade sufrió la “desarticulación del cráneo producida por la onda expansiva producto del disparo”, y fue tajante al colocar tal daño en el rango de “otro elemento de proximidad”.

Aclaró que “no hay forma de obtener desarticulación craneana si no hay onda expansiva y esa onda expansiva se produce solamente con proximidad. Es muy difícil de lograr esa lesión porque son huesos muy solidificados y Andrade era una persona joven, con huesos muy duros”.

En ese sentido explicó que el orificio de salida fue generado sin que el proyectil alcance a salir de la cabeza de Andrade, un aspecto que remarcan los defensores al sostener la hipótesis de disparos a distancia, desde el auto en que iban sus defendidos, y que el proyectil impactó contra la víctima con potencia atenuada porque antes perforó el vidrio de la luneta y frenó su vuelo, no consiguiendo salir del cráneo.

Las defensas dan a entender que el poder de fuego de una pistola 9 milímetros disparada a corta distancia haría mucho más daño, generando un orificio de salida.

Pero el forense explicó que “para vencer la resistencia ósea el proyectil pierde mucha fuerza, luego la sigue perdiendo y no le queda suficiente para salir del cuerpo”.

“Se describe lo que se vio, son cuestiones objetivadas y están plasmadas en el papel porque estaban en el cuerpo, es simple”, agregó.

Rol del jefe
En la primera audiencia declaró Lucas Donatti, ex jefe de Comando Radioeléctrico de El Soberbio y superior inmediato de los acusados, quien reconoció que después del hecho Boges lo llamó “para decirme que había surgido un problema”, pero negó que durante la supuesta persecución lo hayan puesto al tanto de lo que estaba ocurriendo.

“Estuve activo hasta las 13 y salí de franco, me fui a la casa de un amigo, donde estuve hasta las 16, y luego salí hacia lo de mi cuñado. Cuando estoy llegando a su casa me llama Boges solicitando que me presentara porque había surgido un problema en un procedimiento”, relató.

Y agregó: “Voy con mi auto al lugar y cuando llegué Boges salió a mi encuentro y me dijo que tuvieron un accidente y había una persona sin vida. Quise llamar a la ambulancia, pedir apoyo, pero como no enganché a nadie subí a mi auto y manejé hasta la comisaría para darle aviso al jefe sobre lo que había pasado. Después fui al hospital para requerir una ambulancia y ya estaban al tanto de todo”.

En ese punto entraron en acción los defensores, quienes cuestionaron que Donatti haya dejado la escena ante un hecho tan grave.

Cuando le pidieron su concepto sobre los acusados, Donatti calificó a Boges como “excelente personal, colaborativo y dedicado a su trabajo”. Contrario a ello, no nombró a Lohn.

Los acusados se abstuvieron de declarar

Con relación a los imputados, por la gravedad de la acusación ambos llegaron a juicio privados de su libertad y afrontan la pena de prisión perpetua.

Lohn está imputado por homicidio calificado por ser integrante de una fuerza de seguridad y agravado por el uso de arma de fuego, ya que es señalado como autor material del hecho. A Boges se lo acusa como partícipe necesario del mismo delito.

Ambos se movilizaban en el auto de Lohn, aunque manejaba Boges, quien según la instrucción no hizo nada para evitar el hecho y luego lo encubrió.

Hasta el momento, por recomendación de sus abogados, ambos se abstuvieron de declarar, aunque pueden hacerlo hasta el último día.

El lunes, escuetamente, Lohn pidió “un juicio justo” y ofreció sus disculpas a la familia de la víctima: “No quería que el procedimiento termine así”.

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