La escritora JK Rowling desafió la nueva ley de crímenes de odio: "Que me arresten"
La escritora JK Rowling desafió la nueva ley de delitos de odio de Escocia en una serie de publicaciones en las redes sociales, invitando a la Policía a arrestarla.
La creadora de las historias de de Harry Potter, que vive en Edimburgo, describió a varias mujeres transgénero como hombres, incluidas prisioneras condenadas, activistas trans y otras figuras públicas. Dijo que "la libertad de expresión y de creencias" llegaría a su fin si se prohibiera la descripción precisa del sexo biológico.
Rowling, que durante mucho tiempo criticó cierto activismo trans, al entrar en vigor la nueva legislación publicó en X (ex Twitter): "Los legisladores escoceses parecen haber otorgado mayor valor a los sentimientos de los hombres que llevan a cabo su idea de feminidad, aunque sea de manera misógina u oportunista, que a los derechos y libertades de las mujeres y niñas reales".
"Es imposible describir o abordar con precisión la realidad de la violencia y la violencia sexual cometida contra mujeres y niñas, o abordar el ataque actual a los derechos de las mujeres y las niñas, a menos que se nos permita llamar hombre a un hombre", sostuvo.
Dijo que "la libertad de expresión y de creencias llega a su fin en Escocia si la descripción precisa del sexo biológico se considera criminal", y destacó algunos casos penales, incluido el violador transgénero Isla Bryson y Andrew Miller, quien vestido como una mujer secuestró a una alumna de primaria. También mencionó a Katie Neeves, "nombrada delegada de ONU Mujeres en el Reino Unido, que pasó de hombre heterosexual a lesbiana a la edad de 48 años".
"Actualmente estoy fuera del país, pero si lo que escribí aquí se considera un delito según los términos de la nueva ley, que me arresten cuando regrese al lugar de nacimiento de la Ilustración escocesa".
Anteriormente, el primer ministro escocés, Humza Yousaf, dijo que la nueva ley abordaría una "creciente marea de odio".
La ley de delitos de odio y orden público de Escocia condena la incitación al odio relacionada con la edad, la discapacidad, la religión, la orientación sexual, la identidad transgénero o el ser intersexual. La ley no protege a las mujeres como grupo del odio.
La pena máxima según la nueva ley en Escocia es de siete años de cárcel. Una persona comete un delito si comunica material o se comporta de una manera "que una persona razonable consideraría amenazante o abusiva", con la intención de incitar al odio basado en características protegidas.
