“Estaba en la parada del cole hablando con Luis Fonsi por teléfono”

Domingo 18 de marzo de 2012
El músico y productor Matías Ortiz (31) resumió en una anécdota las posibilidades que se le abrieron al ingresar al mercado de la música hispana de la mano de la reconocida cantante y compositora argentina Claudia Brant, radicada en Los Ángeles.
“Estaba en la parada de la terminal esperando que venga el 21 cuando me llamó Luis Fonsi para darme detalles de los arreglos que necesitaba, si lo contaba nadie iba a creerlo pero es así, esta gente tiene una profesionalidad y una naturalidad para trabajar que uno nunca para de aprender”, resaltó.
Matías es jefe de sonido del Teatro Lírico del Centro de Conocimiento junto a Osvaldo de la Fuente, entre sus muchas ocupaciones realiza arreglos de preproducción para exitosos músicos latinos del género rock pop. Los resultados de su trabajo los envía por mail desde 2008. Hoy su nombre figura en los créditos del disco Tierra Firme de 2011 de Fonsi, por sus arreglos para el tema “A un paso de tenerte”.
El músico contó que el vínculo de confianza que se creó con la productora de Estados Unidos es un desafío y un aprendizaje constantes. Pero el comienzo hubo un poco de suerte y un poco de causalidad. “Yo nunca espero nada,  pero sé que una cosa lleva a la otra y por eso hay que dar siempre lo mejor que uno tiene. Hay que abrirse uno las puertas, porque a veces pensamos que otros no nos van a dar una oportunidad y no es así, lo primero es darse uno la oportunidad”, reflexionó.
Matías relató que en 2006 contaba con un puñado de canciones y buscaba que las radios locales las pasen. “No tenía intención de grabar un disco sólo ver como iba, empezaron a sonar y se dieron los recitales. Creé un espacio en Myspace que era muy usado y más por los músicos. Desde esa página me contacte con Claudia y le escribí sin esperar demasiado pero con ganas de trabajar para afuera, pasó que al otro día me contestó”.

La respuesta
“Claudia me responde y me dice ‘mándame algo que pueda escuchar’. Mandé un par de canciones y  gustó la manera de arreglarlas, las composiciones en general y entonces me dice ‘te mando una canción y hacele los arreglos’. Bueno probamos una y después otra y otra y se empezó este vínculo que seguimos trabajando”.
Sobre el trabajo a distancia que realiza explicó: “Al  principio costó encontrarle la vuelta a lo que ellos realmente necesitaban. El trabajo es el siguiente, Claudia compone una canción con un artista y me manda la canción en guitarra y voz, por ejemplo, grabada con un celular. Yo me encargo de realizar los arreglos musicales que es una previa de lo que van a grabar y después ellos en sus estudios ven si queda para el disco”.
Y esta previa “tiene que tener un sonido y una idea muy cercana a lo que va a ser el tema que suene en el disco para que la productora elija que ese tema vaya incluido en el trabajo”.
Pronto notó diferencias en la manera de trabajar. “Me encontré con una manera de trabajo mucho más exigente de lo que estamos acostumbrados. Por ahí en Buenos Aires se manejen igual porque es una ciudad grande, pero para mí era todo nuevo”. 
Sin embargo, estas diferencias se convirtieron en un motivo más para seguir mejorando. “Más allá del pago lo que yo rescato es el aprendizaje, la posibilidad de escuchar lo último en música y ver cómo se compone una canción que después es un éxito en las radios. Las tendencias en música se dan allá primero y cuando llegan acá, allá ya fueron reemplazadas por otras maneras de arreglar, otros instrumentos”.
Su experiencia muestra que internet genera alternativas impensadas.
“Yo trato de volcar en mi trabajo todo lo que aprendo, el profesionalismo hasta el detalle, el compromiso con lo que uno hace. Esto es lo que trato de transmitir a las personas que vienen al estudio a grabar un demo o un disco, tienen que dar lo mejor que puedan, sabemos que la perfección no existe, pero hay perfección en dar lo mejor de nosotros y esto tiene su reconocimiento de la otra parte”.
“La herramienta de internet es fundamental, hay muchísima información y es gratis, en el rubro que sea, todos pueden acceder a información y generar contactos, más si acompañamos con formación, con capacitación”.

“Con el teletrabajo no hay techo”
Alejandro Micheloud es ingeniero en informática, un aviso que vio en un foro de internet lo llevó a contactarse con una empresa española dedicada al desarrollo de herramientas sobre la web.
Su empleo medio tiempo constituyó la prueba que abrió la alternativa del teletrabajo a más de 20 personas en Sudamérica. El joven profesional contó acerca de cómo se contactó con la firma europea y cómo se adaptó a las particularidades del teletrabajo. Una modalidad de empleo en la que ve más beneficios que obstáculos.
“Con el teletrabajo no tenés techo como trabajador, no tenés que preocuparte si a una empresa le va bien. Y no te quedas sin trabajo”, definió.

La inserción
“La firma se llama One Click, es de Madrid y estaba empezando a crecer y no tenía gente trabajando a distancia como teletrabajo. Se animaron  y yo fui su primer caso de prueba. Me contrataron medio tiempo por un mes. Vieron que el trabajo era como esperaban y empecé a trabajar tiempo completo. Trabajé dos años seguido como programador y después empezaron a trabajar con esta modalidad en Colombia. Me mudé a Córdoba para abrir una sucursal, llegamos a ser más de 20 personas trabajando desde afuera de España”.
La firma se expandió desde Misiones y mediante el teletrabajo. “Inicialmente era muy difícil porque yo era el único trabajador externo,  yo me adaptaba al horario de trabajo en España. Empezaba a las cuatro de la mañana a trabajar y era difícil porque tenía que estar frente al monitor de madrugada programando”.
El rubro creció también. “Mi tarea es programar herramientas que están sobre internet como videojuegos y servidores, el rubro creció tanto que hay mucho trabajo y que hasta resiste a la crisis en Europa”.
Alejandro indicó que por la crisis que afecta a la Comunidad Europea se resintieron las licitaciones del sector público y los trabajos con el Estado. “Pero se apuntó al trabajo con clientes privados. Hoy los máximos proveedores son las editoriales”.
La jornada del teletrabajo es más flexible en horarios y a la vez se mide por metas.
“El trabajo es más flexible en el sentido de que no se te cierra la oficina o que podés estar vestido de forma cómoda porque los clientes están lejos, no van a venir a tu casa. Pero no escapamos a las ocho o diez horas de trabajo diario”.
Una de las características de esta modalidad de empleo es que lo que vale es la tarea finalizada:
“El teletrabajo tiene la desventaja de que lo único que te representa es el trabajo terminado. Si llega un determinado tiempo y no tenés nada que mostrar estás  complicado. Vos tenés que tener  tu tarea para mostrar cuando te solicitan”, afirmó.
Por la dinámica del trabajo surgieron herramientas que lo hacen cada vez más atractivo para empresas que un tiempo atrás ni se planteaban esta alternativa.
“Quizás hace algunos años ni se nos ocurría que un empresario pueda confiar en una persona que esté trabajando desde la casa en otro país y no se vea que es lo que está haciendo exactamente. Pero la tecnología dio las herramientas para que el sector crezca y se expanda”, apuntó Alejandro ,que actualmente desarrolla junto a otros técnicos una oficina de servicios informáticos, cuyos clientes están mayoritariamente en el exterior.
Con más de siete años en la empresa española, brindó pautas para entender esta tendencia que modifica las relaciones empleador-empleado del trabajo tradicional.
“En el teletrabajo sos autónomo, por lo que hay que ser suficientemente bueno para que el patrón te siga necesitando, porque la relación de dependencia no existe”.
“Es muy competitivo y el desafío es mantenerte muy vigente, si te reemplazan no te corresponde ninguna indemnización de nada”, agregó.
Pero las ventajas ganan largamente: “Lo atractivo es el desafío de cultivarte para poder trabajar en cualquier empresa. El proveedor puede estar en cualquier parte del mundo, como China o Estados Unidos y uno trabaja en lo que le gusta hacer, sin el problema de pensar si a una empresa le va bien o si te van a pagar”.
Enfatizó, “no tenemos techo, cuanto más se produce más se gana y más te expandís. En eso no hay limites, que en otros trabajos por ahí sí”.

“No entendían mi trabajo”
El gran problema que tuvo Alejandro Medina (27) fue que su familia entendiera de qué trabaja. “Cuando les expliqué que hacía me dijeron ‘te pasás todo el día jugando en la computadora’”, contó con una sonrisa desde Buenos Aires, donde reside.
Medina es analista de sistemas  y se dedica al desarrollo de webs,    programa sitios de Estados Unidos. Actualmente trabaja para Direction 1. Uno de sus proyectos fue el desarrollo de la página del grupo musical Guns N' Roses, que por razones de contrato con la discográfica, todavía no se presentó en sociedad.
Nació en Posadas, vivió en San Ignacio y actualmente, y por razones de trabajo se mudó a Buenos Aires. “Es más accesible para los clientes venir hasta Buenos Aires”, explicó.
Sobre el teletrabajo dijo “es raro porque por un lado no hay un jefe, vos sos tu propio jefe y vos te tenés que poner los límites, sino vivís trabajando. Yo por ejemplo no tengo horario, sino plazos de entregas”.
Para Medina el principal inconveniente fue formalizar su trabajo ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip). “Cuando voy a inscribirme y le empiezo a explicar lo que hago a los de la Afip, me dicen que mi trabajo no existe y termino siendo monotributista. Todavía no hay leyes que regulen el teletrabajo y en el Estado no saben como catalogarte”.
Otro problema con el que se   encontró  fue “la incertidumbre si me iban a pagar. Como trabajás para otro país, primero no sabés y tenés que confiar, pero nunca tuve problemas”.
Más allá de la libertad con la que trabaja, Medina sabe sobre  las exigencias del mercado. “Me costó adaptarme pero después tenés claro lo que quieren los clientes, los plazos de trabajos y hacerte valorar. El Teletrabajo exige disciplina, puntualidad y compromiso”.
Las exigencias del mercado hacen que permanentemente se deban actualizar los conocimientos. “Hay que saber inglés, eso es básico y ahora en la programación lo que más se utiliza es el lenguaje PHP, que es el leguaje más usado.
Medina alentó a sumarse a esta modalidad de empleo. “Que se animen, es más posible de lo que parece y hay que capacitarse”.

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