“Decía que me encerraba y pegaba por el bien de nuestra relación”

Martes 15 de agosto de 2017
En el último ataque, Gloria recibió una patada y un cabezado en la nariz.

“Me encerraba en mi propia casa, me sacaba el celular, me golpeaba y me sometía. El viernes me pegó una patada en el pecho y el sábado me dio un cabezazo que me rompió la nariz. Para colmo, lo denuncié y sigue libre. La verdad que tengo mucho miedo por la seguridad de mi hija y la mía”, reconoció Gloria Villalba (31), quien el sábado 5 de agosto denunció a su ex pareja por una serie de graves delitos.
El sujeto, identificado como Walter Federico K. (29), está acusado de privación ilegítima de la libertad, desobediencia judicial y lesiones graves. Además, posee antecedentes por drogas.
La semana pasada fue denegado el pedido de eximición de prisión solicitado por su defensa, atento a la gravedad de la carátula en su contra.

Por orden judicial, la Policía realizó diversos allanamientos en busca del prófugo, pero hasta el momento se desconoce su paradero.
En tanto, la víctima posee el botón antipánico otorgado por el Juzgado de Familia, como así también custodia policial frente a su domicilio. 
En diálogo con El Territorio, Villalba mencionó que se siente atemorizada ante posibles represalias por parte de su ex, que sigue libre. También alertó que en los últimos días vecinos y allegados afirmaron haberlo visto en inmediaciones a su vivienda.
“Hasta ahora allanaron el negocio y la casa del padre, pero no la casa de la madre y pienso que podría estar ahí. Los conocidos me dicen que está en la casa y que todo el tiempo está en línea en el WhatsApp. Así que no sé por qué tardan tanto en atraparlo. Yo no busco venganza, sólo justicia y tranquilidad para mi hija y para mí”, agregó.

Rehén de la violencia
Precisó que estuvieron en pareja por alrededor de diez meses, lapso en el que el acusado la habría privado de su libertad en varias ocasiones. 
Reconoció que “recién ahora me está cayendo la ficha de lo grave que era toda la situación. Estaba re manipulada, no sabía cómo actuar porque nunca tuve una pareja violenta”.
“Después de que me pegaba, me decía ‘te amo tanto, que mi forma de amar la canalizo así. No sé qué hacer con tanto amor que siento por vos’, y yo no le denunciaba”, lamentó.
En ese contexto, el viernes 4 el sujeto se presentó en su casa y Villalba le dijo que no quería seguir con la relación, ante lo cual la volvió a encerrar.
“Me decía que me encerraba y me pegaba por el bien de nuestra relación, para que no me vaya. Llaveaba la puerta y guardaba la llave en el bolsillo, me sacaba el celular y me decía que no trate de luchar porque iba a ser peor para mí. Y yo no gritaba por vergüenza. Un montón de veces me encerró así”, aseguró.
Las discusiones siempre comenzaban porque ella quería terminar la relación, indicó, ya que el sujeto no tenía trabajo fijo ni proyectos. Villalba es contadora y tiene una hija de siete años, fruto de una relación anterior.
“Me llegó a encerrar por 12 horas. Yo no fui al casamiento de mi mejor amiga porque me encerró y estaba toda golpeada. Es muy denigrante que te encierren en tu propia casa, me tocaba y me tenía cambiar enfrente de él”, precisó.
El día 4 la volvió a encerrar y la golpeó con una patada en el pecho. Más tarde se fue del lugar llevándose el celular y dinero, y le dijo que vaya hasta la casa de su madre si quería recuperar sus pertenencias.
“El sábado al mediodía fui y me rompió la nariz. Hice la denuncia, pero esa misma tardecita yo estaba sola en mi departamento y alguien golpeó la puerta y dos veces trató de abrir. Seguro que fue él”, recordó.

Pesadillas
En tanto, ayer realizó una ampliación de denuncia ante la Comisaría de la Mujer, donde agregó el testimonio de una empleada de una estación de servicio del centro que le comentó que el sujeto compró cigarrillos en el lugar, ubicado a metros de su vivienda.
“Anda merodeando mi casa y no me puedo quedar callada porque realmente tengo miedo”, remarcó.  
Asimismo, aseguró que tiempo atrás su familia detectó que era víctima de violencia, aunque ella no lo asumía, al punto que su padre trató de denunciar la situación.
“Fue dos veces a la Comisaría de la Mujer y no le quisieron tomar la denuncia. Lo derivaron a la Línea 137”, aseguró.
Graficó que la situación le cambió la vida y que su pequeña hija sufre pesadillas.
“Soñó que yo estaba muerta, todo porque me vio con la cara destrozada, cuando siempre la tuve en una caja de cristal. Con el papá tengo una relación excelente, nos llevamos tan bien porque nuestra hija es nuestro mayor tesoro. La criamos con mucha inocencia, hasta que pasó esto”, lamentó.