En Posadas se presentó el film Los guaraníes inventaron el fútbol

Jueves 19 de febrero de 2015 | 20:20hs.
Investigador. | Meliá, antropólogo y sacerdote, indagó en los documentos.

Este jueves se llevó adelante la presentación del documental paraguayo "Los guaraníes inventaron el fútbol". El cortometraje dirigido por Marcos Ybañez y financiado por el Gobierno paraguayo fue exhibido en la Estación Vía Cultural, ubicada en el cuarto tramo de la costanera posadeña. 

 

El documental breve plantea el auténtico origen del fútbol, considerado en la historia como un invento anglosajón, o más bien reglamentado en Inglaterra en 1863 por la Football Association.

 

Según documentos jesuitas, el antecedente más antiguo del balompié provienen de las reducciones de San Ignacio Guazú, en el sur de Paraguay, a 255 kilómetros de Asunción.

 

Esas evidencias fueron registradas poco más de dos siglos previos a las reglas que fijara la primera organización de fútbol, sin dudas el deporte más popular del mundo.

 

En San Ignacio Guazú, “se declara oficialmente como la ciudad del fútbol”, afirma el cineasta paraguayo Marcos Ybañez en diálogo con El Territorio.

 

Como los 30 pueblos fundados en Sudamérica, esta reducción fusionó la cultura jesuita con la guaraní. Con poco más de cuatro siglos de existencia, es la más antigua de la región.

 

“Nuestra América tuvo muchos aportes culturales a la historia universal. Una de las historias que aportó fue al deporte. El fútbol no nace en Inglaterra. Nace en nuestra América, en los pies guaraníes”, insiste Ybañez.

 

La BBC de Londres y el periódico L’osservatore romano, del Vaticano replicaron la hipótesis. “Esto causó sorpresa en Europa pero no causó ninguna en Paraguay, en San Ignacio. Porque ellos vienen hace muchos años reclamando que son la ciudad del fútbol. Sólo que cada vez que llega un Mundial se privilegia la versión oficial”, acusó Ybañez.

 

Las evidencias
Las pruebas de que el fútbol es de procedencia aborigen y de América del Sur se encuentran en investigaciones emprendidas por el padre Bartomeu Meliá, también antropólogo y lingüista.

 

Éste reside hace seis décadas en Paraguay y tomó como parámetro inobjetable el diccionario de 1639 titulado Tesoro de la Lengua guaraní, escrito por el sacerdote Antonio Ruiz de Montoya. Allí describe el balompié que jugaban los guaraníes.

 

Meliá basa su teoría también en el libro Las Misiones del Paraguay, de 1771, del jesuita José Cardiel.

 

Las menciones de este entrenamiento de las familias aborígenes también se encuentran en las cartas anuas que los jesuitas escribían para sus superiores de la orden.

 

El fútbol guaraní era denominado como manga ñembosarái. Aludía al árbol de donde se extraía el caucho que terminaba en forma de balón.

 

Una escultura que se exhibe en las reducciones de San Ignacio Guazú muestra a un aborigen erguido. Sostiene en una mano lo que podría ser la versión primitiva de una pelota.

 

Para el documental Los guaraníes inventaron el fútbol, el padre Meliá narra que se encontró en Brasil con una comunidad que fabricaba una pelota con diferentes capas de caucho, un método que podría haber sido similar en las reducciones.

 

Antonio Betancor, párroco de San Ignacio Guazú, aporta más datos para el cortometraje. “La pelota se hacía con una envoltura de resina, que hacía muchos rebotes. Había que tener mucha habilidad para controlarla y chutar de un lado hacia el otro”, estimó.

 

Julio Galeano, guía del Museo Jesuítico de San Ignacio Guazú, enseña cuál es el árbol del que se sacaba el material elemental para los balones. También evoca cómo eran esas costumbre, en pleno Siglo XVIII.

 

“Terminaba la doctrina, salían en la actual plaza de armas (de San Ignacio Guazú), hacían una rueda y se pasaban las pelotas por los pies. Los partidos siempre fueron 0 a 0 porque no había arcos”, dijo el Guía.

 

De hecho, a diferencia como hoy se conoce al fútbol, el partido que jugaban los guaraníes se parecía más bien a simples pases de pelota.

 

No se registra la existencia de arcos y el enfrentamiento se terminaba, según se cree, cuando uno de los equipos se cansaba.

 

Ybañez considera que eso se heredó en la naturalidad con que se disputan los partidos del vecino país. “Mucha gente se pregunta porqué muchas veces las características del juego paraguayo es así: muy aguerrido”, apuntó el director del documental y comparó:“recordarán el caso donde un equipo paraguayo con 8 jugadores aguantaron tanto en la cancha, en la Copa Libertadores. Es un juego de resistencia. Por eso está muy ligado a la garra guaraní. Eso de aguantar hasta los últimos minutos en las peores adversidades, porque era como que ganas si aguantas. El equipo que pierde es el que no resistió”.

 

No obstante, el juego guaraní no tenía apariencia de ser una experiencia competitiva, tal como se conoce en todas las regiones del mundo. “Era como un juego comunitario”, afirma Ybañez. “Era más de integración, de resistencia, de espíritu guerrero. Todas las familias se unían en este deporte”.

 

Aunque San Ignacio Guazú se proclame como la cuna del fútbol, el cineasta admite que “estamos abiertos a que se discuta, sobre todo entre los pueblos de las misiones en Argentina, que puedan comenzar a revisar sus raíces. Porque no decimos que sea la única ciudad que reivindique el tema del fútbol. Porque era un juego colectivo de nuestra América.