Venezuela adelanta las elecciones presidenciales

Martes 23 de enero de 2018 | 16:44hs.
Internacional
La crisis de credibilidad y las divisiones que sufre la opositora Mesa de la Unidad Democrática obligó a la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela a convocar a elecciones presidenciales para el primer cuatrimestre de 2018. De esta manera, se anticipa la votación que constitucionalmente debería ser en octubre o en diciembre de este año, al cumplirse los cinco años del periodo presidencial. El actual presidente Nicolás Maduro irá por la reelección.

El diputado constituyente Diosdado Cabello, uno de los hombres fuertes del régimen, leyó el decreto: "La Constituyente acuerda convocar para el primer cuatrimestre de 2018 el proceso de elecciones presidenciales".

El actual presidente, Nicolás Maduro, fue elegido el 14 de abril de 2013, un mes después de declararse oficialmente la muerte de Hugo Chávez. El actual presidente venció al candidato opositor Henrique Capriles por un estrecho margen de 1,4% de votos. El exgobernador sigue denunciando aún hoy que Maduro le robó la elección presidencial y también el referéndum revocatorio en 2016.

Cabello confirmó que Maduro será el candidato del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). "Nosotros no vamos a tener problema, tenemos un solo candidato para continuar con la revolución", manifestó. Mientras, los asistentes a la Asamblea coreaban: "Nicolás, Nicolás".

"Nosotros vamos a vencer unidos", agregó el dirigente. El Consejo Nacional Electoral (CNE), acusado por la oposición de servir al gobierno, fijará la fecha exacta de la votación.

La decisión del Gobierno surge como respuesta a las sanciones impuestas a Venezuela y varios de sus funcionarios por parte de los Estados Unidos y la Unión Europea. "Poderes imperiales y poderes fácticos han desatado una campaña sistemática y de odio contra Venezuela", agregó el influyente dirigente chavista:

El lunes, la Unión Europea aprobó sanciones contra siete altos funcionarios venezolanos, entre ellos Cabello, lo que el gobierno venezolano calificó de un "golpe al diálogo".