“Mi objetivo es testificar en contra de Mariela y demandarla”

Lunes 17 de julio de 2017
El padre de la pequeña viajará en breve a España.
A diez días del asesinato de la pequeña Naiara Briones (8) en la localidad española Sabiñánigo, Manuel Briones Sanz (30), su padre, confirmó de forma exclusiva a El Territorio que está pronto a viajar a Europa para seguir de cerca las investigaciones. El hombre, radicado en Chile, explicó que quiere “seguir de cerca el caso hasta que se haga justicia por lo que le han hecho a mi hija, que pague él o los culpables”.
Desde que se enteró la noticia del fallecimiento de su hija, Briones Sanz había pedido ayuda financiera de forma pública para llegar a España -incluso al Gobierno argentino– y así poder darle el último adiós. “Un abogado de España tomó contacto conmigo y me ayudará en todo, según me dijo vía telefónica. Él me pagará los pasajes y me dará estadía mientras dure el proceso", detalló ayer por la mañana.
El padre volvió a expresar que tenía contactos muy esporádicos con Naiara y está convencido de que su ex mujer, Mariela Benítez, es también responsable de la muerte de la pequeña. “Si yo hubiese sabido lo que estaba pasando, Naiara estaría viva, porque yo mismo hubiese luchado por traerla conmigo. Pero la madre me pintaba sólo cosas buenas que le pasaban a mi hija”, se lamentó.
En este sentido, agregó que cuando la pequeña estaba internada grave, “me decía que se había caído por las escaleras jugando, y yo como un tonto creía. Me decía que estaba en el mejor hospital, que estaba yendo para allá, cuando mi hija no había caído de las escaleras ni tenía una vida feliz. Naiara sufrió lo que ningún niño debería sufrir, ella era mi primera y única hija, y la perdí”.
“Mi objetivo es seguir buscando información que puede servirme para testificar en contra de Mariela y demandarla; también demandar a la madre de Iván Pardo Peña y al hermano Carlos Pardo Peña – esposo de su ex mujer-. Que el asesinato de mi hija no quede impune sólo con el autor confeso preso, si no también con los cómplices”, arremetió.
El entrevistado vive desde 2012 en Valparaíso, y la última vez que vio a Naira y a su madre fue en 2011: ambas se fueron a Buenos Aires para que él autorizará que la menor se vaya al viejo continente con la nueva pareja de Mariela. Si yo no dejaba que se vaya a España sería un mal padre. Ahora porque la dejé ir también resulta que son para algunos soy una mala persona”, se defendió.

Señalada por familiares
Al mismo tiempo expresó que la madre de la pequeña dejó en el a dos chicos que hoy tienen 12 y 15 años cuando se fue, pequeños que el ayudo a criar el tiempo que estuvo radicado en Misiones.“Quiera que la familia de Mariela hablara, si es que estoy mintiendo. Que digan lo que Mariela les comentaba a ellos, que la nena era maltratada por la familia del actual marido. Si yo miento que ellos salgan a dar sus versiones, hoy sólo quiero justicia por mi hija”, desafió.
Por estas razones, el comportamiento de la mujer esta siendo cuestionado en el viejo continente. Un familiar de ella expresó al diario ABC España que sus dos hijos, producto de dos relaciones anteriores, están viviendo ahora en Buenos Aires y que nunca recibieron la visita de la mujer y, mucho menos, una manutención. No hacen referencia, sin embargo, a los padres.
“La suegra de Mariela despreciaba a Naiara. La llamaba despectivamente argentina y negra e incluso le pegaba. Un día la niña no se quería comer pulpo, porque nunca lo había visto, y le estampó la cara contra el plato. El hermano de Carlos tampoco la quería porque no era de su sangre”, cita el mismo periódico a un familiar que – según la publicación - prefiere mantenerse en el anonimato.

La peor tortura
La muerte de la pequeña, que fue torturada por 12 horas por su tío adoptivo, conmovió a todo el país y se organizaron manifestaciones y reclamos de todo tipo. Según informaron los medios locales, los médicos que la atendieron descubrieron golpes en la cabeza, marcas de ataduras en pies y muñecas, además de una rotura de tibia que se habría soldado sola debido a que “ las dos últimas noches de su vida las pasó castigada, de rodillas”, expresaron fuentes ligadas a la investigación al diario El País.
El mismo periódico reconstruyó que el único detenido que tiene al momento la investigación, Iván Pardo Peña (33), fue quien llamó a emergencias el jueves 6 y le dijo a los profesionales que la chica se había caído por las escaleras. El hombre estaba también al cuidado de sus dos hijas de 12 y 15 años, quienes habrían participado también de las torturas y apoyaron la coartada.
Finalmente fue una de las “primas” quien terminó confesando la verdadera secuencia, a lo que también le siguieron su hermana y su padre. El hombre fue detenido esa noche y al día siguiente Naiara falleció a causa de las graves heridas. “Si yo hubiese sabido lo que estaba pasando con mi hija, ella no estaría muerta, porque yo la hubiese ido a buscar, no hubiese permitido ese calvario”, insistió con voz angustiada Briones Sanz.
Según las informaciones recogidas, el caso está siendo llevado adelante, por la implicación de las adolescentes, bajo secreto de sumario por el Juzgado 2 de Jaca. Ellas están ahora a cargo de los Servicios Sociales de la comunidad autónoma por orden de la Fiscalía de Menores, mientras su padre permanece en prisión.


"Perdió la cabeza" Mariela Alejandra Benítez (30), oriunda de Candelaria, negó esta semana que ella y su actual pareja hubiesen consentido o infligido algún tipo de maltrato a la hija que tenía con Briones Sanz.
Ante los testimonios que apuntan a que Naiara había sido víctima de malos tratos previamente y que el padrastro los consentía, Mariela aseguró a la prensa que su hija vivía “feliz con su familia”.
No obstante, aclaró que sólo sufría bullying al que era en su colegio por parte de un grupo de compañeros que la llamaban “negra”, “piojosa” o “mora”, o le impedían entrar en el baño. También expresó que su ex pareja “durante siete años estuvo sin hacerse cargo de su hija, sin interesarse si tenía leche o no”.
La mujer relató que vio a su hija por última vez una semana antes del asesinato y no puede creer qué se le pudo pasar por la cabeza a su cuñado para hacer “lo que le hizo a la niña”, aunque negó que le tuviese bronca. “Yo creo que hubo un momento en que mi cuñado perdió la cabeza y Naiara estaba entonces en el sitio equivocado”, sostuvo.