La Presidenta asistió al Tedéum en Luján por el 25 de mayo

Sábado 25 de mayo de 2013 | 15:24hs.
Cristina en Luján. | Foto: Telam.
Cristina Kirchner escuchó la homilía del arzobispo Radrizzani en la basílica y entregó una de las banderas argentinas que flamearon en las islas Malvinas en 1966.

La Presidenta llegó pasado el mediodía a la basílica de Luján acompañada por el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, y firmó el libro de honor en el ingreso al templo. Vestida con tapado de paño negro y pollera la rodilla, la jefa de estado caminó por la alfombra roja y elogió la decoración especial del templo para la ocasión al señalar "que lindo está todo esto".

Antes de escuchar la homilía, Cristina saludó a los obreros que trabajan en la refacción del templo, acompañada en su visita por el arzobispo Agustín Radrizzani y el párroco rector de la basílica Daniel Blanchoud.

Luego descubrió en la Basílica de Luján el marco que guarda una de las siete banderas que flamearon en Malvinas en 1966, en el marco del operativo Cóndor, cuando un grupo de jóvenes militantes desvió un avión de Aerolíneas Argentinas y aterrizó en las islas.

Una de las banderas, entregadas a Cristina por una de las integrantes del grupo, María Cristina Verrier, se encuentra junto a los restos del ex presidente Néstor Kirchner en el mausoleo de Río Gallegos; y otra ya fue llevada por la mandataria al santuario de la Virgen de Itatí en Corrientes.

Finalizado el tedeum, la Presidenta saludó a varios manifestantes que se congregaron frente a la basílica de Luján, en la plaza Belgrano. Acercándose al vallado, se abrazó, besó, tomó de la mano y se sacó fotos con militantes de las agrupaciones kirchneristas que la esperaban agolpados en la entrada de la basílica.

Ausente en la Catedral Metropolitana

Desde 2005, por las diferencias que tenían el ex presidente Néstor Kirchner y el entonces arzobispo metropolitano y actual papa Francisco, Jorge Bergoglio, el Gobierno decidió no concurrir al tedeum que se realiza todos los años en la Catedral de Buenos Aires.

Según detallaron fuentes oficiales, la decisión de que Cristina Kirchner fuera al tedeum de Luján y no al de la Capital ya estaba definida con el arzobispo Agustín Radrizzani desde antes de la designación del papa Francisco. El Gobierno se preocupó en despegar la decisión presidencial de una tirante relación con la Iglesia y argumentó que el lugar fue incluso acordado con el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, designado por el Papa su sucesor tras su mudanza al Vaticano.

En rigor, Poli encabezó en la Catedral de Buenos Aires el tradicional tedeum sin la presencia de Cristina Kirchner, y la Iglesia invitó para ello a funcionarios del gobierno porteño. Fuentes calificadas de la Iglesia destacaron que "nunca se evaluó la posibilidad de que el tedeum de la Catedral se suspenda o no se realice" por la ausencia de la jefa del Estado.

La Presidenta ya había participado del tedeum en Luján hace tres años, en el festejo del Bicentenario del 25 de Mayo de 2010. Para no provocar roces, la Presidenta habló en persona con Poli para comunicarle su decisión de no ir al tedeum porteño.