Adolfo Schwelm y los orígenes de la colonia Eldorado

Domingo 23 de agosto de 2015

El nacimiento de la colonia Eldorado fue el resultado de un proyecto impulsado por el empresario Adolfo Julio Schwelm, a finales de la década de 1910.
Schwelm era un alemán nacido el 29 de septiembre de 1882 en Frankfurt, Alemania. Llegado a la Argentina en 1914 y formado en el mundo financiero, se contactó con los principales representantes de la banca argentina. En sociedad con el hijo del gobernador de Santa Fe, Luciano Leiva, compró tierras en La Pampa, el Chaco y Santiago del Estero. Con Vicente Fidel López, hijo del historiador, realiza una travesía por el río Paraná enamorándose de la selva misionera. Así compró en sociedad con Tornquist y Leiva un campo de 82 mil hectáreas en las márgenes del río Paraná, enmarcado al norte y sur por los ríos Piray miní y Piray guazú. En ese espacio, Schwelm fundaría la colonia Eldorado, nombre que él mismo le otorgara a esta tierra que el mundo describía como un lugar donde se hallaban imponentes riquezas ocultas dentro de la exuberante selva.
La colonización fue cuidadosamente preparada. A través de una eficaz propaganda se buscó atraer inmigrantes desde Europa decididos a radicarse definitivamente en la zona.

La fundación oficial de Eldorado se concretó el 29 de septiembre de 1919 (al cumplirse 37 años del nacimiento de su fundador). Schwelm ubicó en el lugar su residencia, que contaba con una chacra experimental para los colonos que iban arribando a su nuevo mundo.
En 1924, se constituyó la Compañía Eldorado, colonización y explotación de bosques limitada S.A. Para entonces, la colonia ya contaba con luz eléctrica, agua corriente, almacenes, radio y telégrafo. Luego se inauguraron un destacamento policial, escuelas y templos para católicos y protestantes. La colonia también contó con médico y farmacia. El reconocido odontólogo, Ernest William Lowe, extranjero que reeditara su título en la Universidad de Buenos Aires en 1911 y que fuera dentista de cinco presidentes, según cuenta la historia, se radicó también en la naciente colonia Eldorado en 1924.
Los inmigrantes llegaban en barco con su pesado equipaje. En el Puerto Viejo se los recibía y se les hacía conocer el lugar para radicarse. Ello implicaba abrirse espacio en la tupida selva, construir su vivienda y disponer de un espacio para sus cultivos. Fueron arribando familias de origen alemán, danés y sueca que se mezclaron con aquellos alemanes venidos del sur del Brasil, que también fueron parte de la colonización de Puerto Rico y Montecarlo.
La emigración de Brasil de colonos de origen alemán tuvo causas múltiples y complejas. Según explican, aún hoy los descendientes de aquellos pioneros, la zona donde sus ancestros vivían, en Río Grande do Sul,  las tierras se habían agotado o eran muy poco aptas para la agricultura, ya sea por ser muy pedregosas o erosionadas. La tierra vieja, entonces, fue el primer móvil migratorio en Brasil. A ello se sumó la hostilidad brasileña hacia la población alemana, factor que hizo pensar en la emigración y, finalmente, el conocimiento de colonias en la Argentina con tierras disponibles fue el puntapié decisivo para la emigración hacia Misiones.
La ventaja de los alemanes brasileños sobre los recién llegados de Europa, corridos por la desgracia de la Primera Guerra Mundial, es que éstos ya tenían larga experiencia en los cultivos de la zona.
Agrupados por nacionalidades a lo largo de una picada principal que partía en dirección perpendicular al río Paraná, las familias de colonos se fueron ubicando en lotes de 25 a 50 hectáreas a uno y otro lado de la calle principal, o, como se denominaba, la picada maestra. De ese modo, formaron un trazado alargado en el que todos los lotes tenían su frente sobre la picada maestra. Este trazado difería con el que se venía realizando en las experiencias de colonias oficiales en Misiones que contaban con un diseño cuadrangular.
En la colonia Eldorado, las picadas iban tomando los nombres de las nacionalidades que allí se asentaban. Por ello se denominaron la Picada danesa, la Picada bávara, la Picada alemana, la Picada polaca, la suiza, etcétera.
En sus inicios, las viviendas de los colonos eran muy modestas, de madera. Con el paso de los años, comenzaron a construirse viviendas de tejas y ladrillos. La vida fue muy sacrificada al principio, pero sobrellevada con gran dignidad y espíritu asociativo. Ello permitió superar dificultades y organizar cooperativas, escuelas, talleres y centros de recreación.
Así fue naciendo Eldorado como núcleo social de la colonia.

Por Alfredo Poenitz
Historiador