Se terminó el corto ciclo del Chulo como DT
Lunes 22 de mayo de 2017
El empate de ayer marcó la despedida de Héctor Rivoira como técnico del Colectivero. El Chulo, que a punto estuvo de renunciar tras la caída de Crucero como local frente a Villa Dálmine hace un par de semanas, esta vez decidió dar un paso al costado y clausuró su corta estadía como entrenador del equipo misionero.
Rivoira, quien consiguió ascensos con Atlético Tucumán, Instituto y Chacarita, apenas dirigió 17 partidos a Crucero, con un pobre registro de cuatro victorias (Los Andes, Flandria, Chacarita y Estudiantes de San Luis, todos como local), cinco empates y ocho derrotas, obteniéndo sólo el 33 por ciento de los puntos en disputa.
El técnico, que llegaba con un currículum importante sobre su espalda, asumió el lunes 5 de diciembre del año pasado junto a su preperador físico y su ayudante de campo con un claro mensaje: “No es momento para los pibes”.
El equipo venía golpeado, con el ánimo por el piso y una larga racha sin poder ganar como visitante.
Sufrió en los primeros partidos debido a la cantidad de lesiones que tuvo el equipo, pero a medida que se recuperaron algunos jugadores (caso Sotelo, Castro, Molinas) pudo plasmar su idea y el Colectivero mostró buenos rendimientos ante Chicago (1-1), Argentinos (1-1), Instituto (1-2) y Chacarita (2-0). Pero a partir de la fecha 31, ante Douglas en Pergamino, Crucero cayó en un pozo y se transformó en un equipo sin alma, sin juego y sin ningún tipo de ambiciones.
La derrota en casa ante Dálmine (1-2), el empate con sabor agridulce afuera ante el casi descendido Atlético Paraná (0-0) y el empate de ayer, con rendimientos muy flojos individuales y colectivamente, sellaron la suerte del Chulo, que de todos los entrenadores que pasaron por Santa Inés sólo superó la efectividad de Sebastián Rambert (12 por ciento).
Pelear la permanencia en el actual torneo, algo que parecía descabellado hasta fines de año pasado, ahora es una realidad.
Si bien por ahora el equipo está fuera de la zona roja, un par de derrotas consecutivas lo pondría en esa incómoda posición de tener que ganar para mantenerse en la B Nacional.
Segundo gol para Ostrowski e historial adverso ante el Tricolor
El delantero posadeño Pablo Ostrowski convirtió ayer su segundo gol en Crucero. El atacante, que jugó en las inferiores de Independiente y pasó por Guaraní, ya había convertido en el 3-0 ante San Martín de Tucumán. El goleador en el actual torneo es Nicolás Castro, que tiene seis, mientras que Pablo Stupiski suma tres.
Por otra parte, Crucero se mantiene abajo en los cruces mano a mano con Brown de Adrogué. En total jugaron cinco veces, con tres triunfos del Tricolor, una victoria del Colectivero y la igualdad de ayer.
Nacho Arce fue capitán por primera vez en Santa Inés
La falta de referentes en Crucero está a la vista. Alejandro Pérez, el que más partidos jugó en el Colectivero por detrás de Pedro Brítez, tuvo la cinta de capitán en el inicio del ciclo de Héctor Rivoira. Pero el Chulo después se inclinó por Nicolás Castro y le dio la cinta al zurdo mediocampista. Volvió a cambiar en Paraná y el capitán fue el arquero Ignacio Arce, nacido justamente en la capital entrerriana. Nacho ayer la estrenó en el Andrés Guacurarí.
Rivoira, quien consiguió ascensos con Atlético Tucumán, Instituto y Chacarita, apenas dirigió 17 partidos a Crucero, con un pobre registro de cuatro victorias (Los Andes, Flandria, Chacarita y Estudiantes de San Luis, todos como local), cinco empates y ocho derrotas, obteniéndo sólo el 33 por ciento de los puntos en disputa.
El técnico, que llegaba con un currículum importante sobre su espalda, asumió el lunes 5 de diciembre del año pasado junto a su preperador físico y su ayudante de campo con un claro mensaje: “No es momento para los pibes”.
Sufrió en los primeros partidos debido a la cantidad de lesiones que tuvo el equipo, pero a medida que se recuperaron algunos jugadores (caso Sotelo, Castro, Molinas) pudo plasmar su idea y el Colectivero mostró buenos rendimientos ante Chicago (1-1), Argentinos (1-1), Instituto (1-2) y Chacarita (2-0). Pero a partir de la fecha 31, ante Douglas en Pergamino, Crucero cayó en un pozo y se transformó en un equipo sin alma, sin juego y sin ningún tipo de ambiciones.
La derrota en casa ante Dálmine (1-2), el empate con sabor agridulce afuera ante el casi descendido Atlético Paraná (0-0) y el empate de ayer, con rendimientos muy flojos individuales y colectivamente, sellaron la suerte del Chulo, que de todos los entrenadores que pasaron por Santa Inés sólo superó la efectividad de Sebastián Rambert (12 por ciento).
Pelear la permanencia en el actual torneo, algo que parecía descabellado hasta fines de año pasado, ahora es una realidad.
Si bien por ahora el equipo está fuera de la zona roja, un par de derrotas consecutivas lo pondría en esa incómoda posición de tener que ganar para mantenerse en la B Nacional.
Segundo gol para Ostrowski e historial adverso ante el Tricolor
El delantero posadeño Pablo Ostrowski convirtió ayer su segundo gol en Crucero. El atacante, que jugó en las inferiores de Independiente y pasó por Guaraní, ya había convertido en el 3-0 ante San Martín de Tucumán. El goleador en el actual torneo es Nicolás Castro, que tiene seis, mientras que Pablo Stupiski suma tres.
Por otra parte, Crucero se mantiene abajo en los cruces mano a mano con Brown de Adrogué. En total jugaron cinco veces, con tres triunfos del Tricolor, una victoria del Colectivero y la igualdad de ayer.
Nacho Arce fue capitán por primera vez en Santa Inés
La falta de referentes en Crucero está a la vista. Alejandro Pérez, el que más partidos jugó en el Colectivero por detrás de Pedro Brítez, tuvo la cinta de capitán en el inicio del ciclo de Héctor Rivoira. Pero el Chulo después se inclinó por Nicolás Castro y le dio la cinta al zurdo mediocampista. Volvió a cambiar en Paraná y el capitán fue el arquero Ignacio Arce, nacido justamente en la capital entrerriana. Nacho ayer la estrenó en el Andrés Guacurarí.
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