Padre e hijos denunciados contaron con protección

Jueves 30 de junio de 2016
Las denuncias formales por abuso contra Bartolomé. | Foto: César Lasso

 “Es una terrible y perversa herencia”. Así describe la relación de sus vecinos Bartolomé G. (59) y Sergio G. (42) -padre e hijo- una enfermera que denunció al primero de ellos en 1996, luego de que su niño de seis - ahora tiene 27- le confiara presuntos ultrajes. El hijo es el docente de música que actualmente está detenido por las mismas acusaciones. La mujer, de 49 años, afirma que fueron cómplices y se cubrieron mutuamente.
Sumado a ésto, en base a su testimonio y otras fuentes previamente consultadas, se puede descubrir que ambos tuvieron las mismas actitudes luego de ser denunciados e incluso contaron con protección policial que le permitió eludir acusaciones y recluirse, mediante un comisario retirado que supo ostentar altos cargos en Oberá.
 “Cuando yo le denuncié – a Bartolomé -  también desapareció, se ocultó. Creo que se fue a Oberá esa vez”, expresó la enfermera en diálogo con El Territorio, recordando que años después, luego de ser denunciado por abusos, Sergio G. tomó la misma determinación y se fue a la Capital del Monte donde  participó de las actividades culturales para niños que organizaba el gremio docente UDPM, bajo el ala de su hermana supervisora de nivel inicial radicada allí.

En esta sintonía, como ya publicó este medio, desde el propio entorno del acusado comentaron que el hoy detenido se refugió en Oberá y estuvo prófugo bajo la tutela del cuñado, ex jefe de la Unidad Regional II, quien actualmente posee un cargo en el IPS por la rama pasiva una vez que lo denunciaron en agosto del 2015.
Este efectivo es el esposo de la supervisora, por lo que se desprende que el matrimonio cubrió al docente y a Bartolomé, ex chofer de larga distancia, cuando los dos fueron denunciados, con 19 años de diferencia.
La denunciante del trabajador al volante -que en su momento puso un transporte escolar en conjunto con su hijo -, expresó que luego  de la exposición la hija de éste ya estaba casada con el oficial. “En ese entonces él vivía con su esposa y con Sergio y la hermana de Sergio ya estaba casada", recordó. Y agregó que “la madre  de Sergio ahora falleció, pero ellos - la familia- sabían todo y no hacían nada”.
La trabajadora de la salud que 20 años después revive las palabras de su hijo, con los términos de un niño 6 años que era abusado, también recordó que desde la Policía no recibió la ayuda que esperaba. “La Policía le cuidaba a ellos, le creía a ellos, no lo que yo había denunciado. Me trataron de loca”, graficó.
Consultada específicamente por el policía retirado, la madre expresó que lo conocía y reafirmó las protecciones que habían descubierto otras personas. “Siempre estuvo ayudando a Bartolo y a Sergio para que me intimidaran con citaciones y denuncias falsas hacia mi persona y hacia mi hijo. Fueron muchas las intervenciones que hizo este hombre”, relató.
Tal y como publicó en la víspera este medio, la denunciante de Bartolo, como lo conocen todos en la chacra 107, expresó que el docente de música fue cómplice de su padre y se protegían entre ambos.
"Él - Bartolomé- tenía una estrategia y necesidad de tener contacto con los niños. Le pedía a los chicos que le metan la mano en el bolsillo para regalarle y le decía que era su amigo.  Siempre acompañado por Sergio, porque siempre estaba ahí", acusó.
Además confió que ambos manejaban un transporte escolar en 1996, y administraron un cyber con juegos de fichas en la casa que fue allanada por la Policía en septiembre del 2015, donde se encontraron todas las fotos que complicaron la situación del docente de música.
Sergio (46) fue detenido en la casa de su hermana en Oberá. Llevaba consigo 22 mil pesos y un bolso de mano e intentó huir de los oficiales, que lo persiguieron varias cuadras.

Búsqueda incansable que unió madres

La enfermera que denunció a Bartolomé G. (59) por abusos sexuales hace 20 años, hoy vuelve a revivir su historia y reiniciar su lucha gracias al contacto con Vanesa M. (33), quien la ubicó en su casa y la alentó a continuar con las acciones que había inciado en 1996.
Vanesa es, nada más y nada menos, la mujer que puso tras las rejas al hijo del ex chofer, Sergio G. (42), luego de que descubriera en 2015 que el docente pretendía pactar encuentros sexuales con su hijo adolescente.
Vanesa, que en su momento se hizo pasar por su hijo para que la Policía pueda identificarlo y una vez abierta la causa se constituyó como querellante para seguir de cerca los pasos judiciales, contó a El Territorio cómo dio con la enfermera.
Como hizo otras veces, salió del trabajo al mediodía y decidió pasar por la casa del captor de su hijo. Una vez en el barrio, pensó que podía hablar con los vecinos para que alguien pueda ayudarla en su busqueda de justicia y tal vez dar con otra víctima y sumar más denuncias. Y la primera casa que golpeó fue la de esta enfermera que le dijo "caíste en el lugar justo".