El Soberbio, una postal viva que puede descubrirse en cada rincón

Sábado 27 de diciembre de 2008
Cuando en la calle el tema de la crisis está instalado con más fuerza que los motivos de año nuevo, y el verbo "vacacionar" se presenta  "inconjugable", saltan opciones nítidas: posibles, cercanas, originales, accesibles por sus tarifas y comprobado vuelo cualitativo.
El Alto Uruguay obsequia paisajes inolvidables. Y una experiencia diferente a toda otra opción misionera. Veamos...

Tranquilidad, flora y fauna únicas
La Biosfera Yabotí y su entorno cautamente van ganado reconocimiento e importancia mundial.
En Navidad, numerosas familias misioneras desembarcaron en cabañas, lodges, hosterías de El Soberbio y alrededores para celebrar. Lejos del vértigo ciudadano y rodeados de naturaleza y serranías. Comieron y brindaron en los restaurantes.
Hecho llamativo por lo inédito: los comprovincianos se agregan así al continuo desembarco de parejas y grupos europeos y americanos ávidos de turismo aventura, safaris fotográficos y paisajes abiertos.
La profusa selva paranaense recibe visitantes atraídos por intereses diversos. Otro atractivo muy valorado -además del obvio y paisajístico- es la posibilidad del descanso absoluto, lejos del mundanal ruido y en un cara a cara con los lugareños, los sabores y panoramas silvestres.

Más cerca de lo que se cree
A 250 kilómetros de Posadas y a 330 de Iguazú, El Soberbio es una cabecera de excursiones a puntos espectaculares: los Saltos del Moconá, la imponente selva donde crece una flora única en el país, con especies de aves, mariposas, animalitos que no existen en otros lugares, aldeas guaraníes, excursiones fluviales, caminatas, pesca, campamentismo, paseos fluviales, cabalgatas, descubrimiento de islas -como Chafariz en Alicia Baja- son algunas de las posibilidades que brinda este lugar de ensueño, atendido además por gente sencilla y servicial.
Con excelentes lugares para alojarse, así como muy buenos restaurantes.

Para muy curiosos
Todo pueblo tiene sus encantos y sus originalidades ocultas. Aquellas que sólo premian la curiosidad extrema, el olfato muy desarrollado y la aventura incondicional. El turismo es visual, auditivo, gustativo, olfativo. Y en esta región se pueden practicar todas las variantes.
El damero geométrico que -sin querer- construyen los colonos minifundistas hacia todos los vientos del interior suburbano, mezclando sembradíos de tabaco con pasturas y mandiocales, alternando esponjas con citronella, maíz, soja, uva y citrus, impregna el aire con una mezcla de aromas y colores llamativos.
Para saber más de aromaterapia, perfumes, esencias vegetales, aplicaciones, es imprescindible hacer escala en El Mundo de los Aromas, único museo privado en su tipo en todo el NEA. Carlos Yunis, es un experto listo a explicar a curiosos y turistas los ocultos  atributos de plantas, pastos y demás vegetales.  Se encuentra en el centro de la ciudad del Soberbio.
Además, se puede, visitar la Isla Chafariz, a 8 metros de la costa brasileña en el río Uruguay, formada de arena y cantos rodados, una "meca" aún virgen del turismo veraniego.
 O "A Prainha" -La Playita- una larga playa donde se broncean y confraternizan cientos de jóvenes brasileños y argentinos.
Conocer también las aldeas de comunidades indígenas selva adentro, como, Caramelito, Její, Pindó Poty, exhuman sus encantos, costumbres, artesanías en cestería y tallas en miniatura; y folclore ancestral.
Para disfrutar de los sabores una escala en la Feria Franca -a pasitos de la Terminal de Ómnibus- desemboca en sorpresivos toques de color y sabor.
Licores a base de hierbas y frutos silvestres, bocados, mermeladas y dulces con insólitos ingredientes identifican la inventiva de familias rurales.
Allí también se encuentran muebles rústicos confeccionados por carpinteros y artesanos, respetando las formas originales de ramas y raíces aplicados a sillas, sillones, mesas, veladores de textura misionera, formas únicas y de terminación original.
Piezas genuinas que revalorizan la cultura material de las etnias nativas.


Referencias y datos útiles
Lodges
Posada Puerto Paraíso,  Don Enrique, Yacaratiá, La Misión, Refugio Moconá, entre otros.
A 35 kilómetros de Moconá y otro tanto de El Soberbio, por la ruta costera.

Cabañas y hosterías
Puesta del Sol, con piscina, en el lugar más alto de El Soberbio.
Cabañas Saltos del Moconá sobre el arroyo Soberbio, del Tío Coleco, Hostal del Centro, Hotel Los Abuelos, Hotel K-Rio-K en el microcentro, y Ca bañas Messer.

Restaurantes
Hostería Puesta del  Sol, Portal del Moconá y Don Enrique en el centro.
Resto-Bar Beyco en la Costanera.
Como en Casa en Santa Rita, Alba Posse, a 3 cuadras de la ruta 8. 
Kaawy Yvoty en Aristóbulo del Valle, sobre la Ruta Nacional 14.

Camping y Balnearios
Camping Don Mario, El Sendero, La Planchada y San Jorge en El Soberbio.