Piden asistencia económica para los hijos de víctimas

Domingo 11 de septiembre de 2016
El asesinato de Érica fue un golpe duro para sus vecinos de Candelaria. Ella nunca contó sobre los golpes que recibía.

El drama del femicidio no sólo alcanza a la mujer asesinada por un hombre, que en la mayoría de los casos es su marido o ex pareja, sino que también se extiende a los hijos de esa familia que de un día para otro se quedan sin progenitores y hogar.
“Es cruel la situación de muchos niños y adolescentes de nuestro país que son víctimas colaterales del femicidio de sus madres, que siguen conviviendo con el horror de estar tutelados por un padre asesino  o de tener que irse a vivir con otro familiar, a otro barrio, otra ciudad, dejar la escuela y perder sus amistades” explicó a El Territorio la abogada del área de Incidencias en Políticas Publicas de Casa del Encuentro, María Laura Novo
Según la especialista, “después del femicidio sobreviene una nueva tragedia para los hijos de esa mujer asesinada, que son doblemente víctimas y, si son menores de edad, deben atravesar un combo de situaciones para nada saludables, como tener que separarse de sus hermanos porque son pocas las familias que pueden recibir a dos o tres hermanitos sin ninguna ayuda económica o asistencia”.

Por eso, Laura Novo señaló que “es necesario transformar el dolor en acción” y junto a un equipo de especialistas en cuestiones de género trabajaron en dos proyectos de ley que buscan resguardar la situación de esos niños y jóvenes otorgándoles derechos que les ayuden transitar de la mejor manera posible la situación dolorosa que les toca vivir.
El primero de los proyectos de ley busca la suspensión de la responsabilidad parental para el padre imputado por femicidio mientras dure el procesamiento y la pérdida de ese vínculo para el caso en que sea declarado culpable por la Justicia.
Según Laura Novo, “son los casos en los que la madre no está porque un hombre decidió matarlas y dejar huérfanos a sus hijos, por lo tanto, creemos que ese padre debe perder su patria potestad para siempre”.
El mencionado proyecto de ley fue presentado al Congreso de la Nación en el año 2014 y hasta la fecha no fue tratado por los legisladores. “Este año ese proyecto perdería su estado parlamentario y por eso estamos pidiendo a los diputados que lo traten, porque en nuestro país es necesario para todos los hijos de las mujeres víctimas del femicidio, que lamentablemente tenemos un nuevo caso cada 31 horas, casi uno por día”, explicó.
La segunda iniciativa legislativa se presentará en los próximos días al Congreso de la Nación y  está basada en la idea de lograr que los menores de edad puedan acceder a alguna ayuda económica del Estado, como por ejemplo, la Asignación Universal por Hijo (AUH) o algún tipo de pensión transitoria.
“No se trata de un subsidio, sino de una reparación económica por parte del Estado argentino para ese menor de edad que perdió su madre, que debe ser percibido hasta que cumpla los 21 años”, explicó la abogada de la organización.
Este anteproyecto se conoce con el nombre de Ley Brisa, porque lleva el nombre de una niña cuya madre fue asesinada por el padre. Según explicó la doctora  Novo, “Brisa es una nena y también el símbolo de los 1.668 chicos que quedaron sin sus mamás entre 2008 y 2015”.

Las víctimas colaterales
Entre los años 2008 y 2015, se quedaron sin mamá un total de 2.518 hijos, de los cuales 1.668 son menores de edad, según los relevamientos del Observatorio de Femicidios de la Casa del Encuentro, una organización no gubernamental que realiza desde el año 2008 estadísticas sobre femicidio en nuestro país en base a los casos publicados en los medios de comunicación de todo el país. Por lo tanto, se supone que esa cifra es aún mayor, porque no todos los casos llegan hasta las páginas de los medios.
“Esos 1.668 niños y adolescentes son las víctimas colaterales del femicidio de su madre y se constituyen en sobrevivientes de una vida de abuso que terminó con la vida de la mamá y también destrozó las suyas”, explicó a El Territorio la directora de Casa del Encuentro, Ada Rico.
Por ese motivo, según Rico, “resulta imprescindible garantizar el interés superior de esos menores de edad como una obligación del Estado de asegurar el bienestar físico de las víctimas colaterales que tienen derecho a una vida plena, de calidad y libre de violencia”.
Seguidamente, explicó que “esos niños y adolescentes víctimas del femicidio generalmente también fueron presas de la violencia doméstica y muchas veces testigos del asesinato de la propia madre. Han convivido con la violencia extrema diariamente, en muchos casos la han padecido física, sexual y en todos los casos psicológicamente. Han estado en permanente situación de riesgo y necesitan asistencia inmediata del Estado y la sociedad”.
La directora de Casa del Encuentro, acostumbrada al análisis de casos de femicidio, explicó que “es muy difícil para un niño aceptar la idea de perder a la persona que amaba en manos de otra persona a la que también ama, porque eran su mamá y su papá. Una herida que deja huella para siempre” y por eso destacó que “es fundamental que se garanticen nuevos derechos para esta población de menores de edad que sigue siendo la cara invisible de los femicidios”.

¿Cómo se sobrevive?
“¿Cómo se sobrevive al asesinato de la propia madre a manos de un varón violento que puede ser el padre o alguien que cumpla dicho rol?”, es una de las preguntas que se formulan en el libro Por ellas, de la Casa del Encuentro, en el que se analizan diferentes casos de femicidio ocurridos en nuestro país y se trazan algunos lineamientos de los pasos que debemos dar como sociedad en materia de respeto a los derechos humanos.
La respuesta de las especialistas es que “será un proceso demasiado difícil y largo, que requerirá del compromiso del Estado y de distintos actores de la sociedad y donde es fundamental la acción de la Justicia en tiempo y forma, para un efecto realmente reparador”.
Según Ada Rico, “es imprescindible el reconocimiento del dolor de las víctimas y el justo castigo al agresor, donde toda mora, distorsión u omisión en los debidos procesos de juicio y castigo a culpable tendrá consecuencias directas en los niños y niñas víctimas que sumará desamparo judicial a la profunda vivencia de vulnerabilidad.”.
Seguidamente, Rico señaló   que “el rol fundamental de la escuela junto a la familia ampliada en la que también están los abuelos, tíos, el entorno social, el vecindario, el club, también tienen un papel importante en el acompañamiento y la contención de los menores afectados”.
Finalmente, señaló que “el Estado deberá garantizar tres ejes básicos: contención y atención psicofísica, desarrollo educacional y la asistencia económica a las personas que tomen a su cargo la crianza de los niños víctimas colaterales del femicidio.”

Femicidios en Misiones
De acuerdo a las estadísticas del Observatorio de Femicidios de la Casa del Encuentro, desde el año 2008 hasta el 2015, se produjeron 2.094 muertes por femicidio en nuestro país y, de ese total, 94 fueron mujeres asesinadas en Misiones.
“Según nuestro relevamiento las cuatro provincias donde se dan los mayores casos de femicidios son Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Misiones y nos llama la atención que, a pesar de ser una provincia mucho más pequeña en territorio y en población que las demás, Misiones figure en ese cuarto lugar a nivel país”, señaló a este diario la directora Rico.
Además, advirtió que las estadísticas de la organización que dirige, se basan en los casos que se publican en 120 diarios de todo el país. “La situación alarma pero sabemos que la realidad es más preocupante aún, porque muchos casos de femicidios se ocultan o no llegan a ser noticia”.

Impulsan refugios para las mujeres damnificadas

Hace un mes, en Posadas se realizó el primer Foro de Políticas Públicas sobre Violencia de Género y en ese contexto, fue planteada la necesidad de generar refugios con asistencia para las mujeres que son víctimas de violencia de género.
Los participantes coincidieron en que el Estado provincial tiene que habilitar de manera urgente las casas refugios en todos los municipios “porque las mujeres no pueden esperar más”. Más allá de eso fueron planteadas todas las dificultades que tienen las víctimas, ya que una vez que logran el importante paso de denunciar las agresiones deben lidiar con la burocracia que significa el laberinto jurídico del Poder Judicial.



 

Por Daniela Cortes
fojacero@elterritorio.com.ar