Dejó cuadripléjica a su ex pareja y está alojado en una celda VIP

Domingo 14 de enero de 2018
Yenifer se encuentra en su casa, con asistencia las 24 horas.
Al cumplirse trece meses de la brutal agresión que padeció a manos de su ex pareja, Yenifer Guayaré (25) permanece cuadripléjica y postrada en una cama con asistencia de terceros durante las 24 horas del día. 
Mientras tanto, el acusado está detenido en una celda especial de la Seccional Primera de esta localidad, donde no tiene contacto con otros presos, al punto que es el único alojado en esa dependencia. En el lugar habría mayores comodidades que en otras comisarías. 
Dicho privilegio habría sido solicitado por la defensa del imputado, identificado como Javier Orlando Batista (36), con el objetivo de evitar los roces que tuvo en el pasado en la Seccional Tercera con los demás reclusos.
El sujeto está acusado de lesiones gravísimas calificadas por violencia de género y en la vida carcelaria los delitos contra las mujeres y los niños son repudiados por la población común. 
Cuentan que ni siquiera el hecho de ser fisicoculturista le evitó problemas. Al contrario, su portento físico habría sido puesto en constante desafío por otros detenidos de menor talla. 
Batista fue apresado el 16 de diciembre el 2016, pero en marzo del año pasado logró una breve excarcelación. La medida fue apelada por la querella y a finales de junio la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Posadas revocó el beneficio y el imputado volvió tras las rejas, donde permanece.
De todas formas, a pesar de la gravedad del delito que se le imputa, logró el mismo beneficio que hasta ahora sólo había tenido el cabo de Policía Víctor Dlugokinski (32), acusado del doble homicidio de Olivia Márquez (46) y su concubino Sandro Leiva (40), quien en un primer momento fue alojado en la Seccional Primera. 
Para ello, fue necesario reacondicionar una de las celdas, puesto que las mismas fueron clausuradas en noviembre del 2016 por recomendación de la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura. 
En aquella oportunidad, se explicó que la medida pretendía preservar la integridad física del detenido, ya que no se recomienda alojar policías o integrantes de las fuerzas de seguridad con la población común para evitar enfrentamientos o represalias. Luego Dlugokinski fue trasladado a la Unidad Penal VIII de Cerro Azul. 

Cerca del juicio 
El 14 de diciembre pasado, justo un año después de la agresión, finalmente los peritos del Cuerpo Forense del Poder Judicial realizaron la inspección ocular al lugar donde se produjo el incidente que derivó en la grave lesión que padece Guayaré. 
El hecho que se investiga se registró en la madrugada del 15 de diciembre del 2016, en la vereda del Club Cooperativa de esta localidad, donde la pareja concurrió a una cena de fin de año organizada por la empresa donde trabaja el padrastro del denunciado. 
Guayaré precisó que en los momentos previos discutieron por un ataque de celos del sujeto. Una vez afuera del salón, él la tomó de los cabellos y la tiró al piso con violencia, tanto que perdió el conocimiento por varios minutos. 
El imputado no llamó una ambulancia y trasladó a la víctima hasta el hospital Samic en un auto particular. Luego, le dijo al médico de guardia que su pareja estaba borracha, no avisó a la familia y se fue del nosocomio. 
En tal sentido, la inspección ocular se realizó a los fines de constatar las características del lugar donde se produjo la agresión, lo que se complementará con los estudios de cinemática, una operación de cálculo de altura, peso y aceleración para determinar si la caída de la víctima fue simple o acelerada, es decir generada por un tercero.
La conclusión de la cinemática será importante en función a que la defensa del acusado se apoya en una supuesta condición preexistente que tendría la víctima. 
Ahora, resta que el perito traumatólogo acepte el cargo, una cuestión que se resolvería tras la feria judicial de verano. En consecuencia, una vez que se resuelvan dichas cuestiones, la causa sería elevada a juicio, confió una fuente del caso. 

“Me empujó”
A consecuencia del golpe, Guayaré sufrió un severo traumatismo de cráneo y doble fractura cervical que requirió una intervención quirúrgica para implantar una prótesis. La joven es madre de un pequeño y permanece postrada. 
Sobre la noche del hecho, la víctima contó que hacía apenas un mes que vivían juntos, en la parte posterior del gimnasio de Batista, donde trabajaban. Salieron a las 22 y minutos después llegaron al salón de fiesta. 
Se sentaron y atrás suyo estaba una amiga a la que no veía desde hacía años. Después de cenar se pusieron a charlar. 
“Mi amiga estaba con su pareja y yo le cargué con la época que salíamos entre amigas. Al rato me di vuelta y vi que mi pareja estaba enojado. Ahí empezó una discusión y me trató de puta, que yo vivía de joda”, recordó al año pasado, en una entrevista de El Territorio. 
La discusión fue en aumento y Guayaré se quería ir, pero no tenía dinero ni su celular para avisar a alguien. Para colmo, él tenía la llave de la casa y no se la quiso dar. 
Primero recurrió a la hermana del sujeto para que la lleve y él no quiso. Era alrededor de la una cuando salieron. 
“Fui atrás de él y le pedí la lleve. Se dio vuelta y me agarró de los cabellos, de frente con las dos manos y me empujó. Ahí ya no me acuerdo más. Estuve inconsciente unos minutos y sentía mucho dolor en el cuello, y la sensación de no poder moverme. Cuando recuperé la consciencia le decía por qué me hiciste esto. Estaba toda ensangrentada porque tuve una fisura de cráneo. Él me pidió disculpas, pero no llamó una ambulancia y con la hermana me subieron al auto de la mamá. Eran él, la hermana y otra persona que no recuerdo quién era”, detalló.

Abandonada
Según el relato de la víctima, al llegar al Samic el sujeto habló con el médico de turno y le dijo que ella estaba borracha y se cayó. El profesional se habría quedado con esa versión, desestimando los dichos de la mujer, que estaba consciente y decía que fue golpeada. 
“En todo momento les dije que me había golpeado. Pero el médico me decía que no me preocupe, que ya me iba a pasar. Ni siquiera me pusieron el cuello ortopédico. Después me cocieron la cabeza, y como yo estaba muy nerviosa, le llamaron a mi pareja para que me tranquilice, supuestamente. Ahí le volví a preguntar por qué me hiciste esto y se fue. Se escapó y me dejó sola. Ni siquiera avisó a mi familia”, aseguró.  
Dolorida y abandonada, el suplicio continuó toda la madrugada. “Yo pedía que les avisen a mi familia, a mi tía la doctora Guayaré, pero nadie me hizo caso. Como a las 5.30 me llevaron para hacerme una placa y recién ahí una chica de seguridad consiguió avisarle a mi tía. Tipo 7.30, después de que vieron la placa de la tomografía computada, me pusieron el cuello ortopédico. De ahí me trasladaron al Madariaga, donde me trataron muy bien, hicieron la denuncia y me operaron”, precisó la joven, quien actualmente apenas puede mover un poco el brazo derecho.