Argentina y Paraguay se acercan a una solución para ponerle fin al caos

Sábado 13 de enero de 2018
Federico Vergara y Mónica Dinucci tras la reunión. | Foto: Marcelo Rodríguez
Los gobiernos argentino y paraguayo acordaron ayer avanzar en medidas que permitirían descomprimir el caos generado en la frontera entre Posadas y Encarnación. En lo acordado, figura la voluntad de poner en funcionamiento, de manera urgente, las cuatro casillas de acceso al país durante las 24 horas los siete días de la semana, como la medida más urgente y pronta a ser cumplida. 
La ampliación del horario del tren, un control integrado de frontera y la posibilidad de la habilitación de los servicios de lancha también figuran entre las opciones.
Tras varias semanas de insistencia a uno y otro lado de la frontera, autoridades nacionales de la Argentina se acercaron a la zona de frontera entre Posadas y Encarnación con promesas de soluciones para el caos que se genera en el paso fronterizo. La encargada de traer las novedades fue Mónica Dinucci, directora de Límites y Fronteras de la Cancillería argentina.
La funcionaria llegó mostrando estar al tanto de la situación y reconociendo la existencia de un problema grave. “Tener personas entre ocho y doce horas arriba de un puente es inhumano y eso coincidimos todas las partes. Argentina está construyendo un nuevo centro de frontera, pero eso va a llevar entre seis y ocho meses, pero qué hacemos mientras tanto es lo que vinimos a proponer”, indicó la funcionaria nacional.
Esta vez, las esas propuestas, o promesas, no son solamente a largo plazo y requiriendo de megaobras, sino que son también de corto y mediano plazo y que sólo requieren algunas adecuaciones administrativas y otras posibles de infraestructura.
Es así que, en principio, se acordó, con el compromiso especial de las direcciones de Aduana y Migraciones, que en el plazo de una semana se asegurará el funcionamiento pleno de todas las casillas existentes para ingresar a la Argentina durante las 24 horas, los siete días de la semana. Esto, hasta tanto se avance en el resto de las medidas. 
Por otra parte, se avanzará también en los permisos necesarios y en los pasos administrativos que se requieran, para ampliar el horario del funcionamiento del tren de pasajeros. Este, en principio, pasaría a funcionar de 5 a 21 y no se descarta que luego ese horario se extienda aún más, hasta llegar a las 23. El otro cambio en relación al tren es que funcionaría también los fines de semana y feriados.
También, según adelantaron autoridades de ambas márgenes de la frontera, estarían dadas las condiciones para avanzar en la vuelta del servicio de lanchas, puesto que están en condiciones de usarse como amarre los puertos de lanchas tanto de Argentina como de Paraguay. 
No obstante, para que el servicio se pueda poner en marcha, se requieren muchos pasos previos, puesto que esto demandaría personal extra de Aduanas, Migraciones, Senasa y organismos de seguridad, para ambas márgenes del río. Por ello, la posibilidad es algo más lejana en el tiempo.

Un cambio sustancial
Pero todos estos serán paliativos urgentes para dos de los grandes cambios. El primero, que se podría concretar en no menos de dos meses, es el de implementar un control integral de frontera. “Un control codo a codo entre los dos países”, graficó Dinucci, quien luego explicó que se pretende fijar controles conjuntos de acceso a los dos países. Esto permitiría, por un lado, agilizar los pasos, puesto que se podría adecuar rápidamente la infraestructura de ambas márgenes para optimizar el uso del espacio. Y, por otro, que no se formen colas sobre el puente.
La idea sería que en suelo argentino, por el espacio que hoy se sale del país, se haga tanto el trámite de salida como el trámite y los controles aduaneros necesarios para ingresar al Paraguay. Esto con personal de Migraciones y Aduanas tanto de Argentina como de Paraguay trabajando en conjunto.
Y al regreso, en tierra guaraní, se harían los controles y trámites de Migraciones y Aduanas de ambos países, con personal de las respectivas dependencias.
Pero para que esto se concrete, previamente se deben adecuar las instalaciones, en especial en suelo paraguayo, donde la infraestructura actual no estaría en condiciones plenas. Además, se debe trabajar para emparejar los sistemas de base de datos de salida y entrada para ambos países.
“Para implementar esto, tenemos que ver qué necesita cada organismo para que en el territorio donde se debe prestar servicio pueda cumplir su rol. Para eso se le dio a los organismos argentinos una semana de tiempo para visitar el complejo del lado paraguayo, ver si están dadas las condiciones de seguridad, si hay infraestructura para el decomiso de mercadería y todas las cuestiones que necesitan la aduana y el sistema migratorio”, explicó Dinucci, quien además sostuvo que “si está todo en orden, la idea es juntarnos el día 29 de enero para analizar como seguimos para poner esto en marcha”.

Conformes en la otra orilla
Mientras por la Argentina estuvo Dinucci junto a funcionarios de Migraciones, Aduana, Senasa y Gendarmería, por el lado del Paraguay vinieron el intendente de Encarnación, el gobernador de Itapúa y representantes de la Cancillería paraguaya.
Al salir, los funcionarios de la vecina orilla se mostraron conformes con lo planteado en la reunión. “Me retiro muy contento porque la presencia de la directora de Frontera de la Cancillería nos dio una respuesta por primera vez en mucho tiempo, y esperemos que ahora se ejecuten las propuestas que trajo el gobierno argentino”, indicó el intendente de Encarnación, Luis Yd.
Y agregó que “actualmente es inhumano la forma en que se pasa hoy. Tenemos que darle una agilización al paso internacional. Según dijo la funcionaria argentina, a quien debemos creerle, en una semana empezaría a fortalecer la agilización del paso, con la habilitación de todas las casillas del lado argentino. Y nosotros también habilitaríamos todas las casillas”, agregó Yd.
Por su parte, el gobernador de Itapúa, Federico Vergara, resaltó que “la reunión fue altamente positiva con las autoridades argentinas. Acá se acordó por la parte humanitaria. De nuestra parte, tenemos que avanzar en los controles integrados y eso lo vamos a hacer para fortalecer la integración entre Itapúa y Misiones”. 
Todas estas medidas, de corto y mediano plazo, deberían paliar la situación de colapso que reina en el puente internacional, la cual se terminaría definitivamente, según prometen, cuando esté listo el nuevo centro de frontera, allá por finales del corriente año.
“Una vez que se terminen las inversiones en la cabecera del puente van a funcionar 20 casillas de salida y 18 de ingreso. Es una gran inversión que estamos realizando y pedimos que del lado paraguayo se realicen las mismas inversiones. Necesitamos que Paraguay tenga la misma seguridad, la misma tecnología que vamos a tener del lado argentino una vez finalizadas las obras, así mejoramos los aspectos de seguridad, migración y todo lo que compete a un paso internacional”, afirmó Dinucci.
El paso fronterizo entre Posadas y Encarnación es el más transitado del país. Y el más lento, producto del mal funcionamiento del lado argentino. Es posible que, a partir de las medidas prometidas esto pueda cambiar. Pero sólo será así si cada una de las cuestiones que ayer se pusieron sobre la mesa se van cumpliendo de forma efectiva en el corto y mediano plazo.

Expulsiones, enojos y el fin  de las marchas
La reunión entre los funcionarios argentinos y paraguayos empezó pasadas las 10 en un hotel céntrico de Posadas. El lugar y el horario se habían mantenido en resguardo hasta minutos antes de que se concretara. Al iniciar el encuentro, al recinto ingresaron los funcionarios nacionales, los del vecino país, y otras partes interesadas. Y también lo hicieron los periodistas, pero al poco tiempo fueron desalojados por pedido de algunos funcionarios. Al lugar llegó también un grupo de comerciantes reconocidos de Posadas para pedir que no se agilice el puente, porque se consideran perjudicados por las asimetrías. Tras el encuentro, Mariel Maluff, informó que se suspenden las convocatorias a marchar, a  la espera de que se implementen las soluciones prometidas.