Contra viento y marea por el cine independiente

Martes 29 de julio de 2008
Varios meses y hasta  años puede demandarle a un realizador la evaluación de si es viable o no su proyecto audiovisual. Un desfile de carpetas por las diferentes oficinas del Instituto Nacional de Cine y Artes Visuales (Incaa) desgastan el trabajo de los directores, productores, técnicos y actores que todavía no pueden rodar su película. Ese es el panorama. Y la lista de reclamos se alarga cuando la situación es compartida en voz alta.
Cada vez son más los que exigen celeridad y acompañamiento para las producciones culturales. La realización del Festival de Oberá en Cortos volvió a poner en el tapete la necesidad de fomentar y respaldar el cine independiente.
Augusto González Polo (29) es un cineasta misionero que optó por rodar su propia película a esperar el largo proceso de aprobación de subsidios de parte del Incaa. Hace diez años vive en Buenos Aires y aunque no puede vivir de su carrera, rema contra viento y marea para ganarse su lugar.
Justamente, su primer largometraje Capital, todo el mundo va a Buenos Aires recibió el Premio Descubrimiento de la Crítica Francesa en la 19º edición del Festival Rencontres Cinémas d'Amérique Latine de Toulouse (sur de Francia). “Yo la mandé para un concurso de películas sin terminar con el objetivo de buscar ayuda económica  y la pasaron en otra categoría. La película estaba completa pero con errores técnicos horribles y se proyectó así. Ganamos igual entre otras diez que también estaban compitiendo”, contó.
Tres años después de la primera filmación empiezan a verse los frutos de tanto esfuerzo. La película que ya tiene un premio internacional, fue presentada el viernes pasado en Aristóbulo del Valle - la ciudad natal de Augusto - con gran aceptación del público.
“Yo escribí y dirigí el filme pero sólo se muestra en circuitos de proyección alternativa, no tengo derecho al estreno en salas de cine comercial”, afirmó el realizador. Sucede que al momento de hacer el rodaje hubo que elegir. “Conozco gente que desde el año 2004 está con un guión y una carpetita y cada vez es más difícil sobre todo para debutantes”, dijo en referencia a la ayuda del Incaa.
“Cuando arrancamos con el proyecto lo presentamos con diferentes productoras; teníamos que estar como dos años de reuniones y es un proceso muy largo para ver si se puede realizar la película. Para mí era más importante filmar que buscar la finalidad administrativa y elegí”, señaló.
Se embarcó entonces en un proyecto ambicioso que nada podía prometer a quien decidiera sumarse. Todo el trabajo fue “por amor al arte”, como define él mismo. Conformó así una cooperativa con el equipo técnico y los actores para absorber los gastos del filme. Quedaba claro que no había interés comercial en la película que comenzó a filmarse en 2005.
Actualmente, tiene en mente regresar a Misiones a realizar su segundo largometraje que se denominará “Chicas”.
Augusto egresó hace cuatro años de la carrera de Diseño de Imagen y Sonido en la Universidad de Buenos Aires y actualmente trabaja de camarógrafo en Canal 7 y realiza algún que otro video clip. Las dificultades de la gran ciudad lo llevan a volver a sus pagos y abrirse camino en la tierra que lo vio crecer.


Sinopsis
La ruptura de su corazón genera en Sergio anticuerpos de odio a una ciudad. Una ciudad llena de adolescentes tardíos, chicas que hacen llorar, borrachos preocupados por asuntos que no podrían manejar aun sobrios...y canciones que dicen lo que todos hubieran querido decir (si supieran que quieren decir algo).


Ley de Mecenazgo
Varias provincias argentinas tienen en debate la creación de una Ley de Mecenazgo o de incentivos fiscales a las inversiones culturales. Chaco, es una de las pocas que cuenta desde el año pasado con su propia legislación en este sentido y que actualmente conformó el Consejo Provincial de Mecenazgo Provisorio.
La ley establece y promueve actos de patrocinio, estímulo y sustento por parte de empresas, comercios e industrias, denominados por la ley como Benefactores - Patrocinantes de un proyecto en particular o donantes al Fondo Solidario para el Fomento de la Cultura. Estos benefactores tienen un incentivo fiscal equivalente al 10% de los ingresos brutos del año anterior, conforme las pautas y condiciones establecidas en la ley.
A nivel nacional el proyecto de ley de mecenazgo tuvo media sanción y conforma un importante paso adelante para colocar a Argentina en línea con sociedades que han hecho de la cultura un asunto de Estado, como es el caso del vecino Brasil, que sancionó la ley Sarney, corregida luego por la ley Rouannet, vigente en la actualidad.