La argentinidad al palo

Jueves 5 de junio de 2008
Foto: Marcos Otaño
En la década del setenta tocaban rock en Posadas. La banda se llamaba Prana, palabra en sánscrito que significa la fuerza de las cosas vivas y la energía vital en el proceso natural del universo. Venían de tocar en Rosario, donde el baterista Julio Ledezma (50) había armado la banda. El músico misionero había estudiado en dos Conservatorios, donde aprendió piano, guitarra y batería. Además de Ledezma, en Prana tocaban los hermanos Daniel y Teio Tabbia (hoy médicos) y Rodolfo Otero. Hacían covers de Deep Purple pero también interpretaban canciones de Simon & Gurfunkel. La última presentación de Prana en Posadas fue a sala llena en el viejo Cine Teatro Español. Luego, mientras los planetas cumplían su curso natural, Ledezma y Otero partieron a Estados Unidos. Era el año 1978. Se jugaba el mundial en la Argentina. Ledezma partió en un momento de crisis en la Argentina. Su intuición le decía lo difícil que se pondría para él si buscaba vivir de la música en la Argentina y más aún cuando tenía una novia norteamericana que residía entonces en Misiones. En Estados Unidos conoció a los músicos argentinos Ara y Danais Tokatlian de la banda Arco Iris, donde cantaba Gustavo Santaolalla. Con Arco Iris en Estados Unidos grabó en los discos como Peace pipes o In Memoriam.
En diálogo con El Territorio, Ledezma recordó: “Era 1979. Tocamos por primera vez en un festival para los veteranos de la guerra (de Vietnam), en Orange County. Armamos prácticamente otra banda. El único que quedó fue Ara Tokatlian. Santaolalla partió a hacer otra música y sabemos lo que logró después”.
El músico misionero conoció allí a otro argentino: Lalo Shiffrin. Con él tocó para bandas sonoras de películas, como la orquesta dirigida por Ennio Morricone para la película La Misión, 1986. Bajo la batuta de Shiffrin grabó charango, guitarras y bombos en Out on a Limb, largometraje sobre la actriz Shirley Mclaine. Otro de sus trabajos fue haber tocado el Cajón Peruano con una banda de flamenco para el film de Spike Lee, Love and Basketball.
“Nunca en mi vida tuve un patrón. Nunca quise que me den nada gratis”, manifestó Ledezma.
El artista, radicado hace 30 años en Estados Unidos, toca en diferentes bandas como músico sesionista. Una de ellas es Huayucaltia, un grupo de música andina, premiado por tres años consecutivos como el mejor grupo de World Music por la prestigiosa revisa L.A. Weekly y con los que llegaron a presentar La Misa Criolla de Ariel Ramírez en Los Ángeles. “Esa es la manera de sobrevivir allá. Tocar con varios grupos y saber tocar varios instrumentos. Hay pocos músicos que sólo se dediquen a tocar un solo instrumento y que consigan mucho trabajo. Los bateristas tocan piano, guitarra…tienen una preparación completa. Cualquiera puede ser músico pero no cualquiera trabaja allá. Los Ángeles es la capital de la fusión. En Miami hay una fusión copada por Cuba y Puerto Rico. Pero entre los músicos norteamericanos se dice que haciendo música un año en Los Ángeles es lo mismo que tres en Berkley (ambos en California)”.
Otra de las bandas con la que Ledezma toca se llama Los Pingos, que hace fusión de flamenco con pop y jazz latino. Con integrantes de esa banda tocará en el festival mundial de jazz más importante del mundo para el mes próximo: El Montreaux Jazz Festival de Suiza. No es la primera vez que llega al célebre evento. Años atrás compartió escenario con músicos de talla como Al De Meola y Stanley Clark.


Recital mañana
Jimmy Ledezma tocará mañana a las 23 en Coco´s Bowling en un recital junto a amigos músicos. Estará acompañado de Richard Cantero (en guitarra), Diego Velázquez (en bajo), Marcelo Pérez (en teclados) y Quique Uffelman (en percusión).
Realizarán un repertorio de música rioplatense y de jazz fusión.