Conocé los siete pueblos recónditos más hermosos del mundo

Domingo 1 de octubre de 2017 | 05:00hs.
Los pueblos más hermosos del mundo

Al momento de planear un viaje exterior, los destinos turísticos más típicos emergen en el imaginario. En Europa, por caso, Madrid, París, Roma, Londres. Sin embargo, hay también pueblos o pequeñas ciudades alrededor del mundo que permanecen tras las sombras de los grandes destinos. Todos ellos, de una belleza natural prodigiosa.

 

Ko Phi Phi, Tailandia
Población: 2.500

En los últimos años, Ko Phi Phi dejó de ser ajena al turismo. El boom hotelero por fin se estableció en la isla tailandesa. Sin embargo, su conocimiento no resta a su belleza sin igual. La arena blanca, las aguas turquesas y los acantilados de piedra caliza color esmeralda convergen para formar un paraíso veraniego. En una de sus excursiones emblemáticas, las lanchas conducen a los viajeros hacia Monkey Beach donde, como su nombre lo indica, monos amistosos forman parte de su paisaje y se mezclan entre la gente.

 

Ronda, España
Población: 34.000

En el noroeste de Málaga, una remota ciudad emerge en un entorno rocoso, asentada sobre una meseta con grieta profunda en la que pasa el río Guadalevín. Parte de su encanto se encuentra en esa panorámica imponente. La otra parte se la brindan sus calles. Los edificios del centro histórico, sus múltiples monumentos y variados comercios, siempre rodeados de un contexto natural convierten a Ronda en un punto turístico de referencia.

 

Český Krumlov, República Checa

Población: 14.146

En la pequeña ciudad, de apenas 22 kilómetros, ubicada en la región de Bohemia Meridional, en República Checa, confluyen los más variados estilos arquitectónicos: recacentista, gótico y barroco, cuyo mayor ejemplar se encuentra en su impactante castillo, curiosamente grande para el tamaño de la ciudad. En Český Krumlov, el turista viaja a tiempos remotos entre las calles y callejones sinuosos con adoquines, edificios pintados de un amarillo pálido, blanco y rosa. Una oportunidad única para volver al mundo del pasado.

 

Santa Maddalena, Italia
Población: 334

El pequeño pueblo de Los Dolomitas, Italia, flanqueado por montañas irregulares, cubiertas de nieve y colinas verdes, materializa el sueño alpino. Santa Maddalena conjuga culturas diversas. Por eso, se puede leer en su interior señales en alemán, italiano y en idioma ladino. Por más que su vida nocturna y oferta hotelera sean escasas, una estancia de pocos días permite recorrer la totalidad de su terreno. La propuesta gastronómica también responde a la multiculturalidad.

 

Shirakawa-go, Japón
Población: 1,734

Durante el invierno, la aldea japonesa de Shirakawa-go, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1995, se parece a un pueblo alpino de Navidad, emplazado a lo largo de un río frío y claro. Una de sus peculiaridades son las estructuras de sus casas. Los techos en forma de "A" responden al estilo gassho-zukuri, como si fueran manos unidas en oración. En verano, el pueblo se rejuvenece y se despoja de las pilas de nieve. Su color cambia a un verde profundo, con flores silvestres coloridas, cuyo encanto se puede apreciar desde Shiroyama Tenbodai.

 

Sintra, Portugal
Población: 30.000

Antes un santuario para la realeza portuguesa, el precioso refugio ubicado por encima de una colina toma la arquitectura de la época romántica, definida por sus fachadas tecnicolor, separadas por pequeñas calles empedradas y fuentes de agua disfrazadas de antiguos dioses. Tres palacios majestuosos, jardines exóticos y castillos imponentes, sumado a un puñado de bodegas elegantes hacen de la estadía en Sintra, Lisboa, una escapada a un cuento de hadas.

 

Hallstatt, Austria
Población: 860


Hallstatt es una ciudad alpina antiquísima, por demás estrecha, considerada la primera aldea habitada de Europa. Sus casas barrocas de madera color pastel se apilan una atrás de otra, a lo largo de los pies de las montañas Dachstein, tanto que parecen volcarse. A un lado, montes enormes; al otro, agua cristalina. El pueblo austríaco, ubicado en Salzkammergut, pese a ser ignorado por el turismo masivo, ofrece una experiencia turística inolvidable.