Asesinó de un balazo al ladrón que intentó sustraerle la moto

Domingo 31 de julio de 2016
Facundo Moyano (23) cayó sin vida a dos cuadras del lugar del robo y en su poder estaba la billetera del uniformado.
Alejandro es policía. Trabaja en la oficina de Sumarios Administrativos de la Unidad Regional II y el viernes, aproximadamente a las 6.30, salió de su casa de la zona sur a bordo de su moto para llevar a su hijo hasta la parada de colectivos ubicada en Arteaga y Patricios, en el barrio De la Carne de Rosario. Pocos metros antes de llegar a la esquina de la escuela "Domingo Matheu", dijo el efectivo a sus colegas, dos hombres en bicicleta y armados le salieron al cruce y bajo amenazas le robaron la moto y la billetera.
Cuando uno de los ladrones abrió la billetera vio la credencial policial y todo se desmadró. El agente dijo que uno de los maleantes le disparó y que él repelió disparando varias veces. Mientras uno de los asaltantes huía en su moto, el otro recibió un tiro en la espalda, caminó más de 200 metros y cayó sin vida en la esquina de Alzugaray y Buenos Aires.
Horas más tarde fue identificado como Jonathan Facundo Moyano, de 23 años y una causa abierta por abuso de arma. En la escena quedaron al menos diez vainas servidas.
Según describió en la escena del crimen el fiscal Luis Schiappa Pietra, el joven muerto "recibió un balazo por la espalda, aunque hay que esperar los informes forenses y de autopsia", y reconoció que en el lugar "se colectaron diez vainas servidas pero no podemos precisar si fueron disparadas con una sola arma".
Asimismo, el funcionario explicó que por la hora en que ocurrió, "no hubo testigos presenciales del robo" y posterior balacera, y que al joven muerto "no se le secuestró ningún arma de fuego".

Pericias y encuadre
En torno al caso, el fiscal ordenó que se secuestrara la pistola calibre 9 milímetros reglamentaria del policía para que fuera peritada ya que los vecinos dijeron haber escuchado entre 8 y 12 disparos.
Pero hubo uno que describió al detalle lo que había escuchado al filo de las 6.30. "Primero escuche dos o tres balazos y unos segundos más tarde cinco o seis más". Una descripción que se ajustaría a los dichos preliminares del policía involucrado en el crimen.
"¿Si podría tratarse de un caso de legítima defensa? Eso es lo que vamos a investigar", explicó el fiscal Schiappa Pietra.
"Esta zona está terrible por el choreo. Le han agarrado el gusto de robar a las viejitas y a los que esperan el colectivo. Te agarran a la mañana temprano, cuando vas a trabajar o a la escuela, al mediodía cuando volvés, a media tarde a los que van a estudiar o a la noche cuando vuelven. Al policía lo robaron frente a la escuela, a cien metros del hospitalito", explicó un vecino en referencia al Centro de Salud "Alfonsina Storni", ubicado en la esquina de Patricios y Bermúdez.
La versión oficial indicó que el policía Alejandro circulaba en moto por calle Arteaga junto a su hijo y que a metros de Patricios fue interceptado por dos delincuentes que los asaltaron. En esa esquina paran cuatro líneas de colectivos (103 Negra, 136, 137 y 143 Negra) y su hijo iba a abordar una de ellas para ir a la escuela. Sin embargo, algunos vecinos manifestaron que el policía directamente llevaba a su hijo hasta el colegio y otros que el agente regresaba a su casa solo, después de llevar al menor.
Lo cierto es que en esas circunstancias se escuchó un grito que desencadenó el episodio con final trágico: "Matalo que es policía", le vociferó uno de los ladrones a su cómplice, presuntamente al hallar la credencial de Alejandro dentro de la billetera robada.