Cooperativas gestoras de empleo subsisten y buscan reinventarse

Lunes 22 de mayo de 2017
La Cooperativa Agrícola de Eldorado fue fundada en marzo de 1931.
Con el objetivo principal de generar puestos laborales, las cooperativas van tomando un rol fundamental en las microeconomías del presente. En Misiones, funcionan actualmente 1.077 cooperativas de trabajo, 361 agrícolas, 102 cooperativas varias (que engloban a todas las demás) y 99 de servicios públicos, como luz y agua. Además, de acuerdo a los datos aportados desde el Ministerio de Acción Cooperativa Provincial, hay 64 cooperativas escolares, 14 federaciones y 5 centros juveniles.
En contraposición a la visión de las entidades de servicios, que en la mayoría de los casos suelen tener serios problemas administrativos y financieros, existen otras que desde hace tiempo persisten con éxito utilizando el cooperativismo como metodología de trabajo.

Reinventarse cada día
Fundada el 29 de marzo de 1931, y festejando su 86º aniversario, la Cooperativa Agrícola Eldorado Limitada (CAE) es uno de los emprendimientos vigentes más antiguos de la zona. Actualmente trabaja en el procesamiento y embalaje de la yerba, vendiendo y exportando su producto bajo la marca Iguazú.
Rolando Beck, presidente del consejo de administración de la entidad, recordó que la yerba siempre estuvo presente en la cooperativa, pero también trabajaban en la producción de cítricos y aceite de tung, que se exportaba a Estados Unidos, y contaban con un aserradero.
Paulatinamente, la competencia y la crisis económica llevaron a que estas producciones se cerraran o se vendieran en la década del 90. “En un momento llegamos a tener cuatro secaderos, pero nos quedamos con uno que actualmente no está activo, porque requiere una inversión grande para poder recuperarlo”, explicó.
Más allá de los contratiempos, la cooperativa se mantiene activa con doce empleados, trabajando con la molienda y el empaque de sus productos. Además, presta servicios de molienda y empaque a otras empresas de la zona.
“Estamos en una etapa de recuperación de la institución, con mucho esfuerzo y dedicación del personal y del consejo”, dijo, y añadió: “La estamos defendiendo a capa y espada, tratando de salir para adelante con el objetivo de seguir estando en el medio, como una de los emprendimientos más antiguos de Eldorado”.
La producción está en un promedio de 50 y 60 mil kilos de yerba mensuales, siempre dependiendo de la demanda de sus clientes, que van desde la zona Norte de Misiones hasta Córdoba y Buenos Aires.
Entre los planes de la administración se encuentra recuperar la cadena avícola y la creación de una cámara de maduración para controlar la calidad de su yerba, además de la reparación del secadero.
“De a poco vamos armando cosas seguras, tratando de sumar otras industrias y darle salidas a los socios productores”, señaló.

Con las esperanzas en punta
Cristian Salas es uno de los ocho integrantes de la recientemente creada Cooperativa de Reciclaje Electrónico de Posadas. Indicó a El Territorio que pese a que sólo llevan un año, "ya vemos esto a largo plazo, con trabajo sabemos que podremos ampliar y en un futuro vivir de esto".
Los emprendedores se encargan de recolectar materiales que han sido tirados a la basura y recuperarlos. Asimismo, los transforman en otros elementos que pueden ser reutilizados.
"Por el momento cada uno sigue con sus actividades y trabajamos en los momentos libres, en el taller que se encuentra en el terreno de mi casa, pero vamos trabajando para posicionarnos porque sabemos que somos los únicos aquí que se encargan de esto", señaló. Y agregó: "el hecho de formar como cooperativa nos da un marco legal, nos hace ser una empresa seria y nos ayuda a crecer".


Más que una entidad, el motor de Jardín América La Cooperativa de Productores Yerbateros de Jardín América Limitada fue fundada en 1973 por un grupo de productores de la localidad que buscaban darle un valor agregado a su producto, generando puestos de trabajo y consiguiendo un precio igualitario. Hoy, a 44 años de su fundación, la entidad continúa siendo uno de los motores de la economía en la zona.
Con 190 socios, tiene en funcionamiento un secadero un molino de yerba mate. Además, cuenta con una fábrica de dulces y encurtidos y otra de almidón de mandioca, la primera abierta desde 1999, y la segunda, desde 2006. Ambas nacieron con el mismo objetivo: permitirle al socio diversificar su producción en momentos en que el producto emblema, la yerba mate, pasaba por una de sus tantas crisis. También le permitieron a la organización generar nuevas fuentes de ingresos que permitan sostener la operativa.
Por otra parte, la institución también apostó a la educación, a través de la fundación en 1997 de una escuela de orientación rural. Institución pensada, en especial, para que los hijos de los productores no solo pudieron cursar la secundaria sino también formarse en técnicas que permitan mejorar el rendimiento de las chacras. Con esa concepción, el Instituto Agrotécnico de Jardín América tiene una matrícula de 100 alumnos.
La entidad tiene un consejo directivo conformado por siete miembros titulares, cuatro suplentes, un síndico titular y un suplente. Debajo hay una estructura administrativa en el que tienen prioridad de trabajo los socios o familiares directos preparados para la tarea.

La política no se mezcla
Otro de los secretos que guarda esta cooperativa para mantener el orden es un acuerdo tácito desde su fundación: la política no se mezcla con la organización. En las cuatro décadas que lleva de funcionamiento, nunca las cuestiones políticas fueron motivo de desencuentro. Nunca las listas para renovar autoridades fueron confeccionadas según intereses políticos, sino por afinidades personales o concepciones acerca de cómo debe administrarse la entidad.
Hace algunos años, en la sala de espera previa al despacho del presidente del consejo directivo, se encontraba una fotocopia algo amarillenta, con un cuadro utilizado para ilustrar el concepto de cooperativismo. En él se ven seis secuencias en las que se ilustran dos burros atados por una cuerda corta y dos montículos de comida. En cuatro de ellas los animales tiran de la cuerda en sentido opuesto, no logrando ninguno de ellos alcanzar la comida. Solo al final se percatan que para poder comer deben tirar los dos para el mismo lado. Y así consiguen comer ambos.
Sin dudas, en estos días de crisis económicas, las entidades que se mantienen ordenadas y encaminadas son las que mejor entendieron esta secuencia.