Los sospechosos habrían anticipado a dos adolescentes el ataque a Neris

Sábado 20 de mayo de 2017
La Policía Científica buscó en el terreno de Neris algún elemento con el que pudieron haberla golpeado. | Foto: Natalia Guerrero

Dos adolescentes que fueron demorados el miércoles a la mañana por el incendio intencional de un colectivo en desuso en el predio municipal de esta localidad habrían sido determinantes en el resultado de la investigación por el asesinato de la pensionada Asunción ‘Chona’ Neris (56), en su casa del barrio San Cayetano.
Fueron estos quienes, en medio de la pesquisa por el ataque vandálico, aportaron una serie de datos  que, algunas horas después de que el cadáver de la mujer haya sido descubierto adentro del pozo,  permitieron identificar y detener a los presuntos atacantes.
De acuerdo a lo explicado por fuentes de la causa, los demorados habrían reconocido que iniciaron el fuego en la unidad de transporte el domingo a la tarde, es decir, el mismo día en que se presume fue asesinada doña Chona, de acuerdo a los datos preliminares de la autopsia.

En ese contexto, posiblemente para alivianar una posible pena, contaron ante las autoridades que habían consumido estupefacientes y previo a dañar el colectivo estuvieron con un grupo de hombres que habló de robar una casa e incluso, dijeron que los invitaron a participar del golpe pero ellos -aseguraron- se negaron.
En paralelo a que los policías recibían esa información (a primera hora de la tarde del miércoles), del otro lado de la ciudad llegaba el alerta del incendio que se producía en la casa de Neris. Se creyó en un primer momento que fue accidental, pero los Bomberos Voluntarios extinguieron rápidamente el fuego y al rato el cuerpo de la dueña de casa fue hallado envuelto en sábanas.

Sospechosos
Fue entonces cuando el dato del ataque planificado relatado momentos antes por los menores cobró preponderancia e inmediatamente la Policía fue detrás de los sospechosos. Así cayó Mariano Gabriel Z. (alias Champú), de 19 años; Daniel D. S. (Pili), de 19; Marcelo G. (Queso), de 27; Carlos G. (Carlitos), de 22 y Gonzalo (Polaquito), de 17 años.
La presunción, entonces, es que el mismo domingo y bajo los efectos de alguna sustancia, la gavilla irrumpió en la casa de la solitaria pensionada con el único objetivo de robar lo poco de valor que tenía. Ella pudo haberse resistido o reconoció a alguno de sus atacantes (que eran del mismo barrio) y la mataron a garrotazos.
Se llevaron un televisor, una garrafa y dinero en efectivo producto de la pensión que había cobrado recientemente. El miércoles regresaron para llevarse lo que quedaba e incendiaron la vivienda para borrar huellas pero no imaginaban que, en el mismo momento, sus nombres eran mencionados en la Policía.
Los cinco cayeron luego de una serie de allanamientos a cargo de los investigadores de la Dirección Homicidios e Investigaciones de la Unidad Regional X de la Policía de Misiones y de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic).

Indagatoria
En el transcurso de esta jornada el Juez de Instrucción Siete, Carlos Giménez, le tomará declaración indagatoria a los cinco sospechosos que permanecen detenidos e incomunicados en distintas dependencias.
Todo indica que los imputará inicialmente el delito de homicidio en ocasión de robo y después se ocupará de sumar los elementos necesarios que ayuden a descifrar que rol ocupó cada uno de ellos en el interior de la vivienda donde doña Chona fue asesinada.
En ese sentido, se espera que los acusados ofrezcan sus testimonios, lo que ayudaría a echar luz sobre la participación de cada uno en el homicidio, aunque eso es poco probable.

“Impactante”
Jorge Kulher y Federico Arroyo forman parte del cuerpo de Bomberos Voluntarios de Candelaria y fueron quienes, más allá de apagar el fuego en la vivienda, hallaron el cuerpo de Asunción Neris.
El primero, más allá de recordar que una canilla de la casa estaba abierta cuando llegaron, recordó que “una vez que se apagó el fuego se hizo el enfriamiento y un vecino comentó que era raro que la señora (por Neris) no estaba porque, si bien no era de salir siempre andaba por afuera”.
En ese contexto agregó que “eso nos llevó a recorrer el patio trasero. Lo primero que encontramos fue un par de alpargatas, seguimos y nos topamos con el pozo que tenía unos ladrillos movidos y la tapa de chapa estaba apretada con otros ladrillos, por lo que ni bien la levantamos vimos una frazada aplastada con troncos. Cuando pudimos sacarla se vio el rostro de la señora cuyo cuerpo estaba envuelto en sábanas”.
“No se si fue intuición o simplemente el entrenamiento que recibimos sobre búsqueda y rescate lo que nos llevó a no quedarnos con que la señora no estaba, sino que buscamos algo que indicara qué podría haber sido de ella. Lamentablemente nos encontramos con ese impactante cuadro” concluyó.