“Fue inesperado y cuando me di cuenta ya estaba en llamas”

Viernes 29 de julio de 2016
La joven fue rociada con combustible y luego prendida fuego con un fósforo.
El dolor continúa, pero en algún momento se irá. Lo que sí quedará para siempre serán las marcas en su cuerpo y el miedo. A una semana del ataque que sufrió Yésica Márquez (24) en Corpus, cuando su ex intentó matarla rociándola con combustible y prendiéndola fuego, la joven narró a El Territorio el calvario que padeció desde su separación.
La víctima, que tiene cuatro hijos, dos de los cuales fueron fruto de su relación con el presunto agresor, fue dada de alta esta semana y regresó a su casa en el barrio Zona Oeste, donde reside junto a sus niños, su madre y un hermano de 20 años.
Desde hace varios días, cuenta con custodia policial en los perímetros de la propiedad, debido al temor latente que le representa que su ex continúe prófugo de la Justicia y que en cualquier momento pueda regresar para cumplir todas sus amenazas.
“Me estoy recuperando lentamente, pero igual el dolor sigue. Todavía no puedo ver bien, estoy tomando remedios pero es difícil, me tengo que cuidar del sol, del viento, de todo. La herida de la mano ahora se me está infectando, pero por suerte acá todos me están ayudando”, fueron las primeras palabras de Yésica.
Como consecuencia del brutal ataque, la joven sufrió quemaduras en ambas manos, cara y oreja derecha e irritación de un ojo, además de escoriaciones y hematomas en las piernas, producto de la demencial tunda de patadas que también sufrió durante la agresión cometida por su ex pareja, Cristian R. C., y su padrastro, Fermín Ignacio C. (46), quien se encuentra detenido.
“Ese día él había llegado con la moto hasta mi casa. Comenzó a insultarme, a amenazarme desde afuera y a golpear la casa, pero mi hermano logró espantarlo. Después de eso, yo salí un ratito afuera y ahí sorpresivamente él me atacó”, recordó la mujer.
“Él volvió decidido a todo. Se nota que tenía pensando prender fuego la casa con todos nosotros adentro, pero como me encontró a mi afuera me atacó nomás. Fue inesperado, yo no me acuerdo muy bien de todo, lo único que sé es que cuando me di cuenta yo ya estaba en llamas”, añadió Yésica.
La mujer aseguró que si no fuera por sus familiares ella hoy no podría contar la historia. “Ellos me salvaron la vida, porque me atendieron rápido. Pero mis chicos quedaron muy asustados después de eso, ahora necesitan ayuda psicológica”, afirmó.
Yésica mantuvo una relación amorosa con el presunto atacante durante cinco años, pero hace aproximadamente medio año que se habían separado. Con un típico accionar de la violencia de género, el hombre nunca aceptó la decisión de la mujer y desde el momento de la separación comenzó a hacerle la vida imposible, pensando que él tenía toda potestad sobre ella.

“Siempre dijo que me iba a matar”
Cuando el hecho salió a la luz, la Policía indicó que no se registraban denuncias previas hacia el atacante, pero en diálogo con este diario la víctima afirmó una situación totalmente contraria. “Yo nunca lo denuncié porque nunca aceptaron mis denuncias en la comisaría. Fui muchas veces pero ni una exposición me dejaron a hacer, a él siempre lo protegieron porque él hacía trabajos para un oficial de ahí”, aseguró Yésica.
“Desde que me separé él siempre me insultó, agredió y amenazó. Por teléfono siempre recibía sus amenazas. Siempre me dijo que me iba a matar y que se iba a llevar a las nenas, quizás si me atendían antes esto capaz se evitaba. Cuando me separé le pedí a la Policía que me acompañe a sacar mis cosas de la casa que compartía con él porque tenía miedo, pero no hicieron nada”, añadió.
El sindicado atacante está prófugo desde el jueves de la semana pasada, cuando presuntamente cometió el ataque. El padrastro del hombre, que habría sido cómplice en el hecho, fue detenido tras un rastrillaje por la zona y continúa alojado en sede policial con una causa abierta por “homicidio en grado de tentativa”.
Yésica aseguró que las sospechas que tiene sobre el paradero de su ex ya las aportó a la Policía pero no dieron resultados.
Por último, la joven tampoco tuvo reparos para criticar la atención médica recibida luego del hecho. “En el hospital de acá no me atendieron como se debía. Yo moría de dolor y pedía que me trasladen a Posadas, cosa que recién hicieron varios días después. Después volví y me dieron el alta sin recetarme remedios ni nada. Tampoco siquiera me hicieron placas por los golpes en mi pierna como para ver si tenía algo roto, si yo hasta ahora no puedo caminar bien de las patadas que me dieron”, culminó.