Este domingo, 37 de máxima en el sur misionero

Por Alfredo Yaquinandi

A veces las fuerzas de la naturaleza nos descubren otras fuerzas que llevamos muy adentro y que ante tragedias como las inundaciones nos desbordan y nos obligan a actuar. La catástrofe de Jujuy, de Santa Fe y de Buenos Aires fue enfrentada y rebasada por la inmensa ola de solidaridad argentina, la misma que nos inculcaron de niños nuestros abuelos europeos cuando nos relataban la historia del maravilloso espíritu solidario de un lejano pueblo de América que les permitió sobrevivir a la gran hambruna que generó en Europa la segunda gran guerra.

A nadie se le ocurrió preguntar de qué color es la necesidad, cómo piensa o de qué lado de la ideología política está el necesitado: no hay grietas en la solidaridad, sólo el irrefrenable deseo de ayudar, depositando los últimos pesos del aguinaldo en las cuentas habilitadas, o juntando los pocos paquetes de fideos que quedan en la alacena.

Las empresas colaboraron poniendo sus vehículos para el transporte de la ayuda, los particulares fueron con sus autos y hubo quienes acercaron ayuda en bicicleta. Hasta hubo uno que perdió todo y al no encontrar nada para ofrecer, subió a los techos con su termo y su yerba, a cebarles mate a otros tan necesitados como él. Todos acariciaban la misma idea, el mismo anhelo: no abandonar a los inundados con las manos cargadas de mercadería, sino acompañarlos, darles contención, e incluso empuñar una pala y trabajar a su lado. Porque todos los que alguna vez sufrimos una pérdida sabemos que en situaciones de necesidad extrema, la mayor urgencia pasa por recuperar la dignidad.

A medida que bajan las aguas se inicia una nueva etapa: se necesitan productos para la limpieza y desinfección, elementos de higiene personal y pañales, medicamentos, alimento para mascotas, botas de goma, velas y fósforos. Próximamente se requerirán profesionales y técnicos voluntarios para trabajar gratuitamente en la reconstrucción.

Días a pleno sol
Una dorsal de alta presión se ha instalado en el Litoral, generando una ventana de cielo despejado en el Norte del Litoral y que se encuentra limitada por un ondulante frente entre el Sur de Brasil y Entre Ríos, con lluvias aisladas en el centro del país.

Por el Norte limita con una depresión de onda corta, remanente de un viejo frente instalado en el SE de Brasil. Entre mañana y el domingo, la alta presión se desplazará hacia el Atlántico y la nubosidad ingresará por el Norte en la siesta, provocando una corta tormenta de verano en el Norte, un muy breve chaparrón en el Centro y apenas un transitorio aumento de nubosidad en zona Sur.

El domingo se repetirá la misma condición, sólo que la zona Norte puede tener alguna lluvia débil y aislada desde la mañana.

En cuanto a las temperaturas, tendremos calor sofocante en el Sur con 36º de máxima hoy, 35º mañana y 37º el domingo. La zona Centro, con algo de nubosidad e inestabilidad a la siesta, tendrá calor intenso, con 34º hoy, 33º mañana y 35º el domingo.

Y la zona Norte, que desmejorará todos los días con alguna precipitación escasa, tendrá temperaturas moderadas con 30º de máxima hoy, 32º mañana y 31º el domingo cuando se esperan lluvias débiles desde temprano.

Finalmente, las perspectivas para la próxima semana indican transitorios aumentos de la nubosidad: parcialmente nuboso el lunes, mayormente nuboso el martes y mayormente soleado el miércoles. El jueves regresará la nubosidad vespertina con tormentas eléctricas moderadas y cortas y lluvias que no pasarán de 2 a 5 milímetros. Las temperaturas continuarán elevadas, calor intenso el lunes y el martes, y calor sofocante el miércoles y el jueves con 38º máxima, desencadenando las tormenta del jueves.