“En El Soberbio nos encerramos y no sabemos ni escuchamos nada”

Domingo 10 de marzo de 2013
Quemados. | El Fiat Idea y el Renault Symbol fueron incendiados tras el enfrentamiento entre peligrosas bandas. | Foto: Gentileza Martín Morínigo

Preocupados y temerosos se mostraron los vecinos de El Soberbio durante los últimos días, debido al violento enfrentamiento que dejó un herido de bala y dos vehículos incendiados, en lo que se presume fue un ajuste de cuentas entre bandas de cigarrilleros contrabandistas desde suelo paraguayo hasta territorio brasileño.
Del frecuente comentario de calle al crecimiento de esta actividad delictiva, el ataque que se produjo en la colonia Capín Largo cerca del arroyo Chafariz fue el punto que corroboró que el nivel de violencia y la disputa por la ruta de tráfico son una realidad.
De acuerdo a la información de fuentes incuestionables, estarían involucradas varias familias de El Soberbio en esta trama, todas conocidas en la región.

Hasta niños en edad escolar saben quienes son los que se dedican a este oscuro mundo y no se descarta que la balacera y el incendio del martes pasado, tenga relación con un procedimiento realizado por la Policía a principio del año pasado donde se secuestraron 167 cajas con 50 gruesas cada una que estaban almacenadas en un galpón en colonia Chafariz, a punto de ser pasadas al Brasil.
Esa carga no tenía como destino consumidores brasileños, sino que apuntaba hacia Uruguay.
“Todos saben en estas latitudes quiénes se dedican a pasar cigarrillos y por dónde”, remarcó una fuente que vive en uno de los sectores más señalados por la mano de obra contrabandista de El Soberbio: el barrio Unión.
El sujeto que accedió a dialogar con El Territorio por razones de seguridad y presionado por el nerviosismo que predomina, en un punto de la ciudad distante del barrio Unión, reveló: “Acá (en El Soberbio) después de las ocho de la noche nos encerramos y no vemos y no escuchamos nada”. Recordó que hace “unos años aparecieron fotos de armas que eran pasadas a Brasil”, provenientes de Ciudad del Este.
“Lo malo de esto es que, no sólo están en peligro estos tipos (los delincuentes), sino que ponen en riesgo a todos, grandes, chicos, gente de plata, pobres, todos. Imaginate si se encuentran y pelean en el centro del pueblo en el lugar donde hay gente”.
“Hace dos o tres años, uno de los que traía cigarrillos atropelló a una señora en la ruta y la mató justo en el Día de la Madre”, resaltó el informante mientras observaba con nerviosismo para todos lados tratando de no ser visto por nadie mientras sostenía la conversación con este medio.
“No te podés distraer, te marcan y después algo seguro te pasa”, agregó.
Al ser consultado sobre si la cantidad de efectivos de Policías o de Gendarmería son suficientes para enfrentar la actividad ilícita aseveró: “Qué van ser suficientes, son pocos en las dos fuerzas, por más que quieran no pueden hacer nada, Gendarmería tiene más de 90 kilómetros de frontera para custodiar, la Policía tiene más de 40 personas con mas de 5 mil kilómetros de caminos en pésimo estado, ni los (autos) del Dakar pasan”.
“Pero acá no sólo cigarrillos pasan, todo lo que te puedas imaginar, te vas a quedar corto”, dijo. Y trajo a colación el ataque en que fue asesinado una hombre “de apellido Zamo Vargas por error. Eso  no era para él, era para un tal Araña, que estaba alquilando una pieza en el barrio cuando tenía una casa en otro punto. Los narcos llegaron y se confundieron, le pedían la droga, ‘¿Dónde está la droga?’, le increparon y no sólo lo mataron, también le prendieron la casa pensando que habían cumplido con el trabajo encomendado y que se habían vengado de una mejicaneada”.
Desde la Unidad Regional VIII, fuentes investigativas recordaron que a través de la frontera se trafica armas a Brasil, cuyo clientes serían de Río de Janeiro.
En cuanto al informante del barrio Unión, este también recordó al respecto el incidente en el que fue detenido en Brasil “Camaleón”: “Ésa droga pasó por acá, por el centro de El Soberbio, y nadie vio nada ni dijo nada, imaginate lo que cruza por los desvíos, todos sin control”.


Disparos, fuego y sospechas
El enfrentamiento que dejó un herido de bala y dos autos quemados con cargas de cigarrillos, se inició el miércoles cerca de las 12.30 en Jardín América cuando supuestamente le robaron un Renault Symbol a un hombre identificado como Oscar D. R. de 30 años oriundo de Hipólito Yrigoyen. A esa misma hora aproximadamente otro vehículo también habría sido robado pero sobre la ruta provincial 7, un Fiat Idea perteneciente a Lisandro R. (35) quien según primeros datos podría haber conducido el automóvil bajo amenazas.
Ambos vehículos fueron cargados con una gran cantidad de gruesas de cigarrillo y al llegar a una zona conocida como Capín Largo, fueron interceptados por un grupo de desconocidos encapuchados quienes comenzaron a disparar con armas de diverso calibre contra los rodados.
Javier C. (28), quien estaba en el Fiat Idea como acompañante, resultó herido en una pierna por un disparo que le fracturó el fémur siendo llevado al Samic de Oberá. Junto a él los encapuchados comenzaron a prender fuego el auto en el que iba, dejando dentro los cigarrillos y llevándose el Symbol.
Posteriormente, y por llamadas de vecinos, las autoridades policiales llegaron hasta el puente sobre el arroyo Chafariz donde encontraron el segundo vehículo también incendiado con la carga pero sin rastro de los choferes u ocupantes.
Al hacerse presente efectivos policiales, se supo que Lisandro R. en otro vehículo se dirigió hasta Jardín América y realizó la denuncia del robo de su auto. Bajo sospecha quedó detenido y supeditado a la investigación que se despliega en El Soberbio. Todos los involucrados hicieron un llamativo silencio y sólo dijeron que fueron víctimas.


Familias que controlan las principales rutas de cruce

POSADAS. Hacia Brasil el tránsito de camiones es fluido y resultaría imposible controlar a todos los rodados cargados de drogas, cigarrillos y armas, que circulan por la zona de frontera comprendida por El Soberbio.
Por tal motivo, una vez que la carga de marihuana o cigarrillos pasó la frontera, tiene la llegada asegurada. Los narcotraficantes, por ejemplo, consiguen el kilogramo de marihuana a 30 dólares en la zona de cultivo en Paraguay, principalmente en Pedro Juan Caballero. Cuando ese mismo kilogramo llega a la ciudades brasileñas atlánticas, su precio ronda los mil dólares.
Estas organizaciones saben que trasladar los cigarrillos y la marihuana desde Paraguay pasando por San Vicente y El Soberbio, otorga un gran margen de ganancias que en algunos casos supera el 400 por ciento. Se cree que en esta zona hay al menos dos grupos narco-cigarrilleros. En El Soberbio tendrían al menos ocho o diez autos y en San Vicente cinco o seis. Relacionados con estas dos bandas, existiría un tercer grupo que se dedica a conseguir también camionetas robadas en Buenos Aires.
Estas organizaciones delictivas están conformadas por varias familias. Esto se debe a una cuestión de confianza en la zona de San Vicente, El Soberbio y Jardín América.
Cada miembro cumple una función asignada, por ejemplo, está el que realiza el pase, el que transporta y paga la mercadería, la gente que la acopia y la que cruza la carga al vecino país.
Nunca el transporte se hace con un sólo rodado. Siempre van dos o más de apoyo. En ocasiones uno es para atropellar el control de seguridad de la ruta y liberar la zona distrayendo a los efectivos.
Los grupos también controlan los puestos de la Policía y la Gendarmería. De ese modo saben sus movimientos, como también saben los lugares donde los teléfonos celulares pierden la señal, esos son los sitios clave para el cruce del río Uruguay.