La oposición desafió a Maduro con otra marcha y crece la tensión

La oposición venezolana llamó ayer a una nueva jornada de manifestaciones contra el Gobierno. Miles de ciudadanos respondieron al llamado, reiterando en Caracas el pedido de salida del poder del presidente Nicolás Maduro, durante una marcha dispersada por los antimotines con gases lacrimógenos. Esta es la tercera semana de violentas protestas, que dejaron ocho muertos, ya que ayer a la madrugada falleció otra persona tras las manifestaciones del miércoles. Además, hay unos 300 heridos.
Ayer, en otro fuerte cruce de bombas lacrimógenas, piedras y cócteles molotov, las fuerzas de seguridad y los manifestaron se enfrentaron en Chacaíto, El Rosal y otros sectores en vías de acceso a la estratégica autopista Francisco Fajardo, con el saldo de varios heridos o afectados por los gases.
Tras lograr dispersar la protesta, la policía y la militarizada guardia nacional utilizaron vehículos blindados que lanzaron ráfagas de bombas lacrimógenas y chorros de agua sobre un grupo de jóvenes que los enfrentaban con los rostros cubiertos con pañuelos y capuchas.

"No me importa tragar gas, no me importa morir, pero tenemos que salir de este gobierno asesino y represor", dijo Natasha Borges, de 17 años, en medio del caos.
Tras la multitudinaria marcha del último miércoles, la oposición retó de nuevo al Gobierno con movilizaciones que partieron ayer desde 26 puntos de Caracas para llegar hasta la Defensoría del Pueblo, en el centro de la capital.
El líder opositor y ex candidato presidencial Henrique Capriles pidió a sus seguidores vencer el miedo y combatir de forma pacífica la represión.  “No descansaremos hasta que en Venezuela se recupere el hilo constitucional”, sentenció, al advertir que la oposición mantendrá las protestas hasta que logre elecciones libres, un canal humanitario para alimentos y medicinas, la libertad de los presos políticos y el respeto a la Asamblea Nacional.
En tanto, el gobernante reiteró que la oposición está promoviendo un golpe de Estado y descartó la posibilidad de ceder ante las presiones de sus adversarios.



“Manifestarse no debería ser una condena de muerte”
CARACAS. Amnistía Internacional (AI) pidió al gobierno de Venezuela garantizar el derecho de su población a protestar pacíficamente y alertó que el espiral de violencia en las manifestaciones puede sumergir al país en una crisis de difícil retorno. “Salir a la calle en un día de manifestación en Venezuela no debería ser una sentencia de muerte”, dijo la directora para las Américas de AI, Erika Guevara-Rosas, tras los informes de que al menos tres personas murieron en las protestas en este país.
Amnistía sostuvo que además de garantizar el derecho de la población a expresar sus opiniones pacíficamente, las autoridades deben investigar de “manera urgente”, las denuncias de abusos a los derechos humanos cometidas durante las manifestaciones.
La organización consideró que el “inagotable” espiral de violencia y  represión está sumergiendo a Venezuela en “una crisis de difícil retorno que amenaza la vida y la seguridad de los venezolanos”. Calificó de “receta tóxica” la que llamó “trágica” combinación de creciente violencia, represión descontrolada y falta de acción por parte de las autoridades para garantizar la libertad de expresión y la Justicia. Las marchas desarrolladas en Venezuela dejaron el miércoles tres muertos, decenas de heridos y cientos de detenidos y cerraron con invitaciones de los dirigentes opositores a seguir ayer con las protestas de calle, y del Gobierno de  Maduro a iniciar un nuevo diálogo político, indicó la agencia EFE. Decenas de miles de personas de ambos bandos atendieron a las convocatorias de la oposición y del chavismo para la marcha.