Familias en peligro por ejemplares de araucaria sobre sus casas

Domingo 13 de agosto de 2017
Un centenar de familias viven con el corazón en la mano. Sus vidas y las de sus seres queridos están en constante peligro por los ejemplares de araucaria angustifolia que prácticamente sobre sus casas desprenden enormes gajos que pueden causar pérdidas irreparables.
También conocido como pino Paraná, el árbol (Monumento Natural Provincial) es el símbolo de San Pedro y está protegido por la Ley 2380, pero para muchos vecinos representa un riesgo latente, principalmente en sectores de los barrios Cristo Resucitado, Viruplac y María Ana Mogas.
En algunos casos son más de cuatro los ejemplares que entorpecen la tranquilidad de los moradores, quienes se han reunido y algunos desde 2006 presentan notas ante las autoridades competentes para que brinden una solución. En sólo algunos casos se realizó la tala, en otras se procedió a la poda, en tanto la mayoría continúa esperando una respuesta. Ante esta situación, insisten en que los responsables del municipio y la provincia tomen cartas en el asunto.
El malestar de los vecinos al momento de referirse al tema se pone de manifiesto, pero mantienen la esperanza de que su reclamo sea tomado con la seriedad que corresponde, ya que hay vidas en peligro.
“En el 2011 presentamos con varios vecinos de esta zona el pedido, fuimos varias veces a la oficina de Amirby (Área de Manejo Integral de la Reserva de Biosfera Yaboty), hablamos con el intendente, pero no logramos respuestas”, indicó Lori Eisen, una vecina que hace más de cinco años convive con una araucaria sobre su hogar
Y contó: “No vienen a tumbar, cada vez que llueve salimos de la casa, porque ya varios gajos cayeron sobre nuestro techo. Es muy difícil para nosotros hacerlo, porque mi esposo es inválido, cuando viene un viento le sacamos afuera rápido. Parece que un árbol vale más que nuestra vidas, es lo pienso, es triste vivir en esta situación, esto debe ser solucionado de forma inmediata”.
Eisen comentó que en varias ocasiones recibió inspecciones, pero no se tomó medida alguna.

Constante temor
Así, dejar a la familia para salir a trabajar se transforma en un calvario por la angustia de una posible tragedia.
“Acá se desprenden gajos y cae sobre mi casa, mi garaje y mi tanque. Yo fui a Ecología, me pidieron que haga trámites, que saque fotos pero hasta ahora nada, lo último que me dijeron fue que es un tema delicado y debían analizarlo. No puedo construir nada, si se rompe algo material, vaya y pase, pero si me mata a mí o a mi hija, ¡Dios mío!, estamos con el corazón en la mano ¿Quién devuelve una vida? Nadie”, analizó Delicia Rodríguez, del barrio Cristo Resucitado.
“No es solo por mí -aclaró-, sino por mis vecinos también, a veces estoy en el trabajo, viene un temporal y me desespero, estamos muy preocupados y esperemos que puedan hacer algo”.
La mujer, de 50 años, relaciona la falta de respuestas a la poca importancia que las autoridades le dan al asunto: “Creo que piensan que uno va a pedirles porque no tiene otra cosa para hacer, pero que vengan a ver el riesgo que corremos. Queremos poder vivir tranquilos”.
Hace un tiempo, en el barrio María Ana Mogas, una araucaria cayó sobre una casa y si no hubo que lamentar víctimas es porque esa noche los niños que duermen en esa habitación no se encontraban allí. Semana antes se acercó a la Municipalidad un vecino pidiendo que se corte el árbol, ya que el tronco había sido incendiado y estaba a punto de caerse.
Respecto a la ley que prohíbe la tala por tratarse de una especie protegida, Teresa Melgarejo señaló: “No me parece bien que protejan a los árboles y nos dejen a la deriva. Me parece perfecta la preservación, pero en lugares como parques donde no representen peligro para la gente, hoy se corta este y podemos plantar tres más”.
“Es un pedido de una madre que siempre está velando por sus hijos. Que tengan corazón y vean lo que puede llegar a pasar antes de que sea tarde. Una vez que tenes la pérdida, nadie te devuelve nada”, sentenció.