La isla de arenas blancas

Domingo 3 de junio de 2012
Está en el medio del río Paraná. A vuelo de pájaro de la costa, pero no todas las distancias son iguales. Para llegar a la Isla Apipé, de ella se trata, hay que andar bastante, 15 kilómetros desde Ituzaingó y en lancha. La distancia a veces fue un problema, otras una bendición. Los dramas típicos de la incomunicación versus la tranquilidad del lugar, que de a poco va perdiendo su vida de pueblo aislado, para convertirse en un punto turístico, de isla exótica.
La isla está frente al muro de la represa hidroeléctrica Yacyretá. Tiene aproximadamente 27 kilómetros de ancho por 46 de largo y un total de 27.710 hectáreas. Es un pedazo de tierra argentina que está en aguas jurisdiccionales de Paraguay, lugar donde se suceden situaciones insólitas y actualmente irresueltas. La pesca furtiva y los tiros en las noche, una de ellas.
Al margen de ello la vida en la isla es una historia en sí. Los isleños que trabajan en cualquiera de los pueblos costeros, Ituzaingó o Ita Ibaté, deben realizar a diario los trámites migratorios como si estuvieran saliendo o entrando del país. El parque automotor tiene  diez vehículos en total. El combustible llega en bidones.
Pero el mayor desafío de los isleños viene de otro lado. El turismo hizo pie, aparecieron inversiones, nuevos propietarios, construcciones, muchos de ellos son misioneros. La nueva realidad empuja a los lugareños al debate entre el desarrollo y la paz del lugar, hasta ahora garantizada por ese aislamiento.  Esta es la historia de la isla de playas "únicas de la región, recubiertas por palmeras y plantas exóticas y una fina arena blanca".

Roberto Maack
Jefe de Redacción
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