El boom de los coquetos

Martes 17 de enero de 2017
Atrás quedaron los tiempos en los que la estética era exclusivamente una preocupación femenina. Hoy día, cada vez son más los hombres que se someten a tratamientos de belleza, e incluso se animan a pasar por el quirófano para modificar aquellas partes del cuerpo que les generan inseguridades, o minimizar los vestigios del paso del tiempo.
La tendencia que en la última década creció de manera exponencial alrededor del mundo se replica en la tierra roja, derribando prejuicios y tabúes en torno a la masculinidad. “Así como la mujer ganó terreno en el mercado laboral compitiendo en igualdad de condiciones con el hombre, el hombre ahora también compite en la parte estética con la mujer”, destacó Sergio Mur, cirujano plástico del centro de salud Daneva.
Pese al auge actual, el galeno recordó que en los inicios del centro de salud que conduce junto a un grupo de profesionales, muchos hombres se mostraban vacilantes: “Antes cuando venían al consultorio, elegían horarios en los que hubiera poca gente, o pedían que no revelemos nada. Obviamente que nosotros como médicos tenemos cláusula de confidencialidad pero, era más una cuestión de inseguridad o recelo. Ahora ya no tienen problema y se sientan en la sala de espera junto a mujeres”.
A la hora de señalar cuáles son las cirugías estéticas más comunes en el segmento masculino, Mur destacó que la elección está relacionada con el rango etario. Tal es el caso que los hombres de entre 20 y 40 años se inclinan por la rinoplastia (cirugía de nariz) o ginecomastia (reducción de senos), mientras que entre los 30 y 50 el boom es la liposucción, y entre los 40 y 60 los requerimientos se concentran en los párpados u otras partes del rostro.
“La ginecomastia está relacionada con que muchos jóvenes van al gimnasio y toman anabólicos sin tener en cuenta los efectos colaterales, que son por ejemplo el desarrollo de las glándulas mamarias, por eso luego vienen y se someten a una cirugía. Entre los 30 y los 50, el pedido es de liposucción porque son hombres con mucho trabajo, hijos y poco tiempo para practicar deporte o hacer gimnasia. Y a los más grandes ya no les importa tanto la estética corporal y prefieren concentrarse en el rostro. Esto se da sobre todo en los hombres que tienen un gran nivel de exposición social”, puntualizó el profesional de la salud.

Un pinchazo de vanidad

En el ámbito de los procedimientos no quirúrgicos, los tratamientos son variados y alcanzan desde la colocación de inyecciones de botox, lifting, y peeling hasta la ultracavitación. “El botox es utilizado por los hombres principalmente para reducir las arrugas del entrecejo, la frente y las patas de gallo. Pero no quieren que les quede una mirada femenina, es por eso que hay una técnica especial de colocación de botox para hombres”, apuntó Mur.
Otro capítulo aparte es el de la depilación, una costumbre que durante siglos estuvo reservada al universo femenino, pero que gracias a su utilización por parte de varios deportistas fue ganando adeptos.
En ese marco, Celia, una trabajadora esteticista de Laca -sucursal Posadas- reveló: “Lo que más trabajamos es depilación en general, de brazos, piernas y cejas. Es lo que más se ve. Atendemos a hombres de todas las edades, jóvenes y gente mayor. Antes no se veía, pero ahora hay cada vez más. Al principio vienen con cierto pudor, pero una vez que conocen los tratamientos y ven los resultados, vuelven”. Asimismo, la esteticista resaltó que el cuidado de manos y pies y los masajes son otros de los procedimientos requeridos con frecuencia por los hombres.
En esa misma línea, Nicolás Galeano (23) precisó que desde hace un par de años se depila las piernas no por estética, sino por una cuestión de comodidad, dado que con el roce de los muslos se le encarnar muchos vellos provocándole dolor. Por su parte, Diego Martínez (34) confesó haber utilizado botox en una oportunidad y ser afecto a los masajes.
La coquetería masculina también hace foco en el cuidado de la piel, el cabello y la barba. Tal es el caso que desde la barbería posadeña Cristian García Barber-Shop, además de ofrecer el servicio de corte y mantenimiento artesanal de barbas y bigotes, lanzaron una línea de aceites perfumados destinados a suavizar y aromatizar los vellos faciales.
“Trabajar con la técnica de la vieja escuela demanda tiempo. Primero se coloca una toalla caliente para que se abran los poros. Después con la brocha se coloca la espuma para que se ablande la barba, y luego se hace el afeitado con navaja o modelado. Finalmente se usa una toalla fría para relajar los poros, se pone un bálsamo refrescante y se da un masaje. La barba tiene mayor cuidado que el cabello. Hay que recortarla una vez por semana. Además trabajamos con aceites especiales para perfumar, y darle brillo”, indicó el barbero.
En los últimos años, en Misiones la cirugía y los tratamientos estéticos han logrado reducir complejos y remover prejuicios, demostrando que la vanidad no es exclusividad de las féminas.