Diez trucos para evitar las rozaduras en los pies

Viernes 24 de febrero de 2017 | 02:00hs.
El material de algunos calzados puede provocar dolorosas agresiones; conocé algunos tips para evitar estas molestias en la piel

Al momento de adquirir unos zapatos nos preocupamos porque sean confortables y de la talla adecuada para nuestros pies.

 

No obstante, casi nunca sabemos si, al usarlos, su material va a rozar nuestra piel y le va a provocar dolorosas agresiones.

 

Aunque existen algunos zapatos que no provocan inconvenientes con la primera puesta, la mayoría generan rozaduras y ampollas hasta que se adaptan por completo.

 

Estas heridas superficiales no solo suponen un problema estético sino que, además, son incómodas y pueden generar ardor e infecciones.

 

Debido a esto, es importante tener en cuenta algunos trucos y medidas de precaución con el fin de evitarlas y darles un trato adecuado.

 

1. Elegir la talla correcta

 

El uso de la talla correcta de zapatos es una de las mejores formas de evitar futuros inconvenientes con la salud de los pies.

 

Es primordial tener en cuenta que el número puede variar dependiendo del fabricante o los materiales utilizados en su elaboración.

 

Así las cosas, lo más conveniente es calzarlos en el almacén antes de comprarlos, para verificar que los dedos y el talón queden cómodos.

 

Además, lo idóneo es probar los dos zapatos al mismo tiempo, ya que siempre hay una pequeña diferencia entre un pie y otro.

 

2. Usar crema hidratante

 

El uso de crema hidratante tanto en los pies como en el calzado es una buena forma de prevenir las rozaduras y ampollas.

 

Aplicala en los bordes y costuras del zapato, sobre todo si están fabricados con cuero o materiales duros.

 

Frotá también una generosa cantidad en los dedos y los talones para que la piel permanezca humectada y menos susceptible a estas lesiones.

 

3. Introducirlos en el congelador

 

Si por alguna razón compraste un calzado que te quedó un poco estrecho, llena una bolsa con agua hasta la mitad y sellala bien.

 

A continuación, introducila dentro de cada zapato en la parte más ajustada y, luego, metelos en el congelador.

 

Cuando el agua se congele, estos aumentarán de tamaño y resultará más cómodo utilizarlos que recién comprados.

 

4. Secar bien los pies

 

Al salir de la ducha es primordial secar bien los pies para evitar la proliferación de hongos, las infecciones y las rozaduras.

 

Dejar cualquier rastro de humedad incrementa el riesgo de padecer todos estos problemas.

 

5. Utilizar medias

 

Aunque algunas veces sobra decirlo, el uso de medias es una de las formas más útiles para proteger la piel de los pies contra el roce de los zapatos.

 

Si bien no queda bien utilizarlos con todos los tipos de calzado, lo mejor es aprovecharlos en aquellos que así lo permiten.

 

6. Usar polvo de talco

 

El polvo de talco es un producto desodorante y antitranspirante que ayuda a disminuir la humedad causada por la sudoración en los pies.

 

Su uso en el calzado cerrado puede evitar el desarrollo de rozaduras por la fricción de la piel y el crecimiento de algunos microorganismos.

 

7. Hacer bolas de papel de periódico

 

Las bolas de papel periódico pueden ayudar a ensanchar el calzado para prevenir las ampollas y otras lesiones dolorosas.

 

Basta con hacerlas de un tamaño apropiado para la parte interior de cada zapato y, para obtener mejores resultados, aplicarles un poco de crema hidratante.

 

8. Humedecer con agua o alcohol

 

Usar un poco de agua caliente o alcohol sobre la zona del zapato que nos molesta puede ayudar a ablandar el material para impedir que provoquen estas heridas.

 

Este truco solo funciona cuando están elaborados con cuero o similares, aunque no es conveniente usarlos sobre piel porosa porque puede dejar antiestéticas marcas.

 

9. Frotar los pies con vaselina

 

Al humectar los pies con un poco de vaselina no solo conseguimos que su piel permanezca suave sino también libre de lesiones.

 

Este producto oleoso desliza el pie e impide que esté continuamente en contacto con el material del calzado.

 

Basta con aplicar una generosa cantidad tanto en los talones como en los dedos y demás partes afectadas.

 

10. Utilizar aloe vera

 

La textura del gel de aloe vera lo convierte en otro buen remedio para proteger la piel expuesta a las lesiones por el calzado.

 

Sus propiedades hidratantes mantienen la zona húmeda y evitan que se friccione por el contacto con el cuero.

 

Además, cuenta con una acción cicatrizante y calmante que reduce las ampollas cuando ya están presentes.