Mucho por hacer en poco tiempo

Viernes 29 de julio de 2016
A una semana del inicio, las instalaciones de las sedes de los Juegos Olímpicos de Río aún están por terminarse. Es más, parecería que falta un mes para el inicio, ya que todo es muy lento.
En el caso del estadio del beach volley, en Copacabana, se puede ver que aún están colocando asientos y colando la arena muy lentamente.
En la Bahía de Guanabara también se trabaja a deshora para poder llegar con todo listo al inicio de las competencias de vela. El reclamo por el estado de la Villa Olímpica es cosa de todos los días en las delegaciones que van llegando. Sobre la marcha se van solucionando cuestiones y también a diario se pueden ver a los organizadores teniendo que pedir disculpas y atendiendo los reclamos de los atletas.
Pero siempre rescatan que todo “va a llegar a tiempo”. La frase genera dudas, pero hay que esperar unos días para ver si realmente se podrá disfrutar con las comodidades de un juego olímpico.
Del 5 al 21 de agosto, Río de Janeiro recibirá a más de diez mil atletas y medio millón de turistas de todo el planeta, pero la peor recesión económica de los últimos 80 años en Brasil y con un estado carioca casi en quiebra, todo hizo mella para que las obras estén atrasadas.
Al caminar al borde de la playa entre Leme y Copacabana, sede del beach volley, se puede ver gente trabajando y turistas tomando fotos de lo que será uno de los grandes atractivos debido a la popularidad de este deporte en Brasil.
“Ya tenemos los boletos pero creo que aún no colocaron mi asiento”, dijo simpático un chileno al ver la obra aún en construcción.
Primero las obras fueron suspendidas por falta de permisos ambientales en una estructura gigantesca como un edificio de siete andares. Luego las fuertes olas dañaron la base de la estructura, por lo cual debió construirse un muro de unos 300 metros de largo para protegerla. Pero el mar lo desarma sin parar, y máquinas excavadoras encaran incansablemente la tarea de mantenerlo en pie.
En Deodoro, sede del hockey,  también se puede ver que hay retoques por hacer, aunque menos importantes, mismo panorama que en el Parque Olímpico en Barra da Tijuca, que acaparará la mayor parte de los deportes en Río.
En cuanto a la contaminación, que estuvo en el ojo de la tormenta, por lo pronto las autoridades ya abandonaron la promesa de descontaminar la Bahía de Guanabara, sede de vela.
De todas maneras, en el trasporte al menos parece que la nueva línea de subte que conectará Ipanema a Barra da Tijuca estará lista luego de meses de atrasos. Ante este panorama todos esperan por lo mismo: que se llegue a terminar todo a tiempo.

Los atletas y los turistas se cuidan del virus del zika

Repelente en mano
El virus del zika, transmitido por mosquitos y vinculado a malformaciones en recién nacidos, preocupa a atletas y turistas que se pasean por Río de Janeiro con repelente en mano a toda hora. Sin embargo, las autoridades insisten en que el riesgo de contagio cae casi a cero en el invierno austral.

Preocupación carioca
Para los miles de empleados que trabajan en las obras, la preocupación es grande: qué harán cuando, tras los Juegos, pasen a engrosar la lista de 11,4 millones de desempleados brasileños.

A Bailar
Bailarines de las scolas do samba deleitan todas las tardes con sus pasos a los turistas que caminan por la avenida Atlántica en Copacabana.



Quiere más gloria: Bolt ya está en Río
RÍO DE JANEIRO (Especial). Una de las estrellas más relevantes de Río 2016, el jamaiquino Usain Bolt,  ya se encuentra en Brasil, donde buscará ganar las medallas de oro de atletismo en la prueba de los 100 y 200 metros planos, y en la posta 4x100 metros.
Bolt llegó a Río el miércoles por la noche para disputar los que serán sus últimos Juegos Olímpicos. El “Rayo” prendió las alarmas cuando quedó afuera de las eliminatorias de Jamaica por una lesión, pero más tarde mostró su recuperación al ganar los 200 metros de la Liga Diamante de atletismo en Londres el último fin de semana. Desde esa ciudad europea, viajó directamente a Río de Janeiro.
Bolt, de 29 años y quien admitió que los de 2016 pueden ser sus últimos Olímpicos, buscará colgarse en Río de Janeiro el oro en las pruebas de 100 metros, de la que es plusmarquista mundial (9s58), 200 metros y relevos de 4x100 metros.
El legendario atleta, que junto con otros miembros de la delegación jamaiquina, fue recibido por una nube de periodistas y de aficionados que lo esperaba y de la que se despidió rápidamente.
“Simplemente no dormí en el vuelo”, se limitó a decir el atleta, escondido tras unas gafas oscuras, una gorra y unos enormes audífonos, al ser interrogado sobre si había soñado en el viaje con las medallas que pretende conquistar en Río.
 Las tres pruebas que disputará en Río de Janeiro son precisamente las mismas que ganó en Pekín 2008 y que reeditó en Londres 2012.

El alcalde inauguró el centro de prensa

Para mostrar a los periodistas brasileños y extranjeros las transformaciones por las que pasó la ciudad de Río de Janeiro desde que ha sido elegida para ser sede de los Juegos Olímpicos de 2016, el alcalde Eduardo Paes inauguró las instalaciones del Río Medial Center, que será la base de los periodistas brasileños y extranjeros acreditados o no para la cobertura de las competiciones. “Río ha recibido la oportunidad de ser sede de los Juegos a partir de la posibilidad de transformación que éstos significan para la ciudad. Creemos que, junto con la prensa nacional e internacional, transmitiremos tales transformaciones”, dijo el Alcalde, al dar la bienvenida a los periodistas. Al hablar sobre cómo la ciudad optó por repartir las competiciones en cuatro regiones olímpicas, el alcalde ha destacado el barrio de Deodoro y sus alrededores como el que tiene el mayor número de jóvenes de la ciudad, el mayor índice de violencia y uno de los peores resultados en el Índice de Desarrollo Humano (IDH).