Cristian Aldana, de El Otro Yo, habló desde la cárcel

Jueves 19 de enero de 2017 | 07:56hs.
Cristian Aldana, líder de la banda El Otro Yo, está detenido en el penal de Marcos Paz

Cristian Aldana, líder de la banda El Otro Yo, está detenido en el penal de Marcos Paz, procesado por "abuso sexual gravemente ultrajante y con acceso carnal en concurso ideal con corrupción de menores en calidad de autor, reiterado en siete oportunidades", luego de la denuncia de siete jóvenes.

 

La Cámara Nacional en lo Criminal rechazó un pedido de excarcelación que había sido presentado por la defensa del músico, quien está privado de su libertad desde el 22 de diciembre.

 

El rockero habló con la revista Rolling Stone, negó las denuncias, y relató cómo es su vida en la cárcel.

 

Estar en la cárcel es estar en el infierno
Cristian Aldana

 

Según sus dichos, la estrategia de Carolina Luján, su ex pareja y una de las denunciantes, "es lograr credibilidad por la mera reiteración de otros testimonios, que son el reflejo de sus propios intereses. Tienen un discurso único, prefabricado y encaminado a resaltar el morbo y la pornografía como 'gancho' para vender sus mentiras. No existieron tales encuentros, individuales ni grupales. Ni siquiera tengo conocimiento personal con las denunciantes, más allá de que ellas, como seguidoras de EOY, hayan ido a los shows".

 

Aldana, además, sostuvo que lo único verdadero en la denuncia "fue el amor con Carolina. El resto forma parte de las mentiras que generó su odio", y observó que en la época que estuvo con la joven, "Carolina tenía 17 años y era muy independiente, no sólo de su familia, sino también de mí. Tenía sus propios proyectos, su banda de música, tocaba en distintos lugares y se movía a su antojo".

 

"En El Otro Yo teníamos una rutina agotadora de recitales y giras que provocaron celos y cuestionamientos de su parte, y con el tiempo, la ruptura. Mantuvimos una relación de afecto y amistad hasta el inicio de mi relación con Guillermina -la madre de mi hija-, cuando comenzaron las agresiones. Al principio sólo se trataba de un mero intento de seducción (y hasta acoso) que rechacé, para luego incrementar su ataque hacia mi esposa e inclusive hacia la banda", relató.

 

"¿Es posible creer que amigos, ex-parejas, seguidores de la banda y familiares no hubieran podido advertir en mí una personalidad tan grotesca y detestable como pretenden hacer creer las denunciantes? ¿Es creíble que en nuestro lugar de trabajo [las oficinas del sello Besótico], atestado de recepcionistas, músicos, editores, representantes y público, pudieran ocurrir los hechos que se denuncian? ¿Cómo explico, tantos años después, que eso no ocurrió?", se preguntó.

 

"Esto es un daño muy difícil de reparar. Tengo familia, esposa e hijos. No puedo creer tanta perversidad", añadió.

 

Sobre su situación actual, el músico define que "estar en la cárcel es estar en el infierno. Pasé Navidad y Año Nuevo lejos de mi familia. Siento desazón, soledad y desconcierto. Llegué a tener los pensamientos más negativos. Me acerqué a Cristo por medio de la oración y pude recuperar un poco de paz. Hoy le encuentro un especial sentido a la libertad y me aferro al amor de mi familia, a los amigos y a la música".

 

"Hay una rutina preestablecida, con horarios y actividades que se deben respetar. Comparto un pabellón con el resto de los internos; no tengo ningún tipo de aislamiento. Gracias a Dios, una guitarra me permitió compartir música con las personas que me acompañan. Intento volcar esta difícil circunstancia en nuevas composiciones, y agradezco la aprobación de los que se animan a escucharme", completó.