Misiones rindió homenaje al Mensú en sus nueve décadas

Domingo 12 de marzo de 2017
Ayudado por Pamela Ayala, Ramón sopló las velitas y entonó su propia canción de cumpleaños. | Foto: Marcelo Rodríguez
El viernes por la noche, más de 500 personas se congregaron en el Teatro Lírico de Posadas para presenciar el homenaje que Misiones le brindó a Ramón Ayala, uno de los poetas más prolíficos de la provincia, en el marco de sus 90 años. El tributo consistió en un repaso de su historia personal y profesional donde una treintena de artistas locales interpretaron sus canciones a través de música, canto, danza y recitado de poesías.
La velada que comenzó a las 21, y se extendió por casi tres horas, contó con la colaboración de los bailarines de Legado Regional, el coro estable del Centro del Conocimiento, el coro de niños, los integrantes del proyecto Late, y músicos de la talla de Los Hermanos Núñez, el “Pato” García, Pamela Ayala, Karosso Zuetta, Gastón Nakazato, Fabián Meza, Joselo Schuap, Gervasio Malagrida, María Eugenia Gallardo y el grupo Enarmonía, entre otros. A lo largo de la gala cada uno de los artistas demostró la influencia con la que el compositor nacido en Garupá marcó su vida y su carrera, deleitando a los presentes con gran parte del repertorio que Ayala creó tomando como inspiración la selva misionera. Arriero de peces y Canto al Río Uruguay dejaron en evidencia la capacidad que tiene el cantor de convertir cada estrofa en una postal imaginable, mientras que los clásicos como Posadeña Linda y El Cosechero fueron coreados a viva voz por el público que copó las 550 butacas del teatro, y a falta de más asientos se ubicó en las escalinatas del pasillo para disfrutar del show.
Adultos, jóvenes y hasta niños llegaron desde distintos puntos de la tierra roja, otras provincias y países vecinos movilizados por ver al “potro salvaje”, como el mismo dijo sentirse transitando su novena década de vida. “Lo seguimos hace tiempo. Es un ejemplo. Su humildad, lo que transmite, su lucidez, y como sigue enseñándonos a los misioneros lo que es amar Misiones”, reveló el posadeño Hugo Pereyra (31) quien presenció el espectáculo junto a su hermana Noelia (29). Por su parte, las hermanas Andrea (59) y Julieta Adobalto (55) viajaron desde la provincia de Santa Fe para estar presentes en el homenaje a su ídolo. “Sacamos los pasajes en colectivo y nos vinimos específicamente a ver a Ramón. Lo seguimos desde la década del 70”, señaló Andrea. En esa misma línea Julieta agregó: “El show me pareció muy bueno, me gustó él, la presentación, la organización, la calidad de los artistas que lo acompañaron y como interpretaron sus canciones. Creo que fue una idea magnífica”.
Asimismo, Ney Gioda Malgarim (67) llegó a Misiones desde San Luis Gonzaga, Brasil, acompañado de su mujer Eni Arauyo y un matrimonio amigo. Los brasileños desembarcaron en Posadas como representantes de la Muestra de Arte Misionera. “La primera vez que lo vimos fue en la muestra en 1980 y desde ese año Ramón participa todos los años. Además de ser un gran artista lo sentimos como un amigo”, contó Ney, mientras Eni sostuvo: “El espectáculo fue maravilloso, muy bien montado. Mezcló danza, música y todos los valores que Ramón defiende. Todo el show reflejó muy bien la obra de Ramón”.
Por su parte, el músico Gastón Nakazato resaltó: “Me pareció una excelente idea la convocatoria a distintos artistas más nóveles. La verdad como músico y como misionero me desborda la emoción y el compromiso porque el nos instó a seguir valorándonos como pueblo.”.
Vestido de camisa y bombacha gaucha de inmaculado blanco, y portando sus tradicionales botas, su faja adornada con monedas y su infaltable sombrero, el creador del Gualambao contó anécdotas de su vida entrelazadas con chistes en torno a su avanzada edad. A la hora de cantar el Cumpleaños feliz, sorprendió con una composición propia alegando que la había escrito en sus años mozos molesto porque los misioneros tuvieran que apelar a una canción extranjera para celebrar un nuevo año de vida. Fiel a su estilo, hizo gala de su fama de galán invitando a bailar chamamé a las bailarinas y dedicando palabras de amor a su mujer, María Teresa, aunque quienes conocen en profundidad su obra saben que su corazón siempre tuvo una sola dueña, la tierra roja.
En el cierre, El Mensú rodeado de artistas y fundido en un abrazo imaginario con su público interpretó el himno que le valió su apodo, cautivando a la multitud que sin dudarlo lo ovacionó de pie. Con la emoción a flor de piel, agradeció el tributo: “Esta noche para mi fue increíble, casi como si no hubiera existido. Yo me voy con el corazón alegre y más contento que perro con dos colas”.
Luego arengó a los jóvenes artistas a amar a su tierra y tomarla como musa de sus composiciones, no dejándose distraer por los intereses que propugna el mundo globalizado. “No podrán callar las voces de los poetas, de los cantores, de los trabajadores por la cultura misionera”, adujo sabiendo que su mayor legado es haber puesto en las bocas y oídos de miles de seguidores, canciones que reflejan su devoción por la tierra colorada y la dura vida que llevan desde hace siglos los trabajadores agrarios del Litoral.


Poema a Ramón Por Marcelo Rodríguez
Llueve. Después de días de espera, llueve. Los planes se ven trastornados. Desde el simple que vestir.
Llueve y ella aprovecha para ponerse esas botas caña alta, de montar. Las sombrillas cambian de función, ayer para defenderse del sol.
Hoy paran el agua.
Pienso en el techo, las goteras y el techista que no da con la perdida. Los municipales que coquetean con el paro. Los que pararon y dicen que no es fácil. Paró de llover. Ni sale el sol. Nublado. ¿El mal clima seguirá?
Brisa fresca. Olor a torta frita. Las ganas de dormir la siesta. En las villas nadie chapotea en los charcos. En el centro no hay gurises con barcos de papel en las alcantarillas.
La adolescente camina con dos paraguas. Vuelve de dejar al hermanito en la escuela. Calandrias y horneros sacuden las gotitas de sus alas. Trinan. El agua corre. El río vuelve del cielo otra vez dice Ramón que festeja sus primeros 90, y ya es inmortal.