El inventor Pablo Antonio podría ser acusado de estafa

Martes 5 de febrero de 2008
Entendidos en el caso aseguran que si el inventor Pablo Antonio cometió un delito, se trataría de una simple estafa y no de asociación ilícita. Además, días atrás la Justicia pudo comprobar la existencia del cargador inteligente de batería que habría vendido a los denunciantes.
También, la defensa de Antonio reveló que existirían comprobantes que mencionan que por el contrario de las denuncias, no es Pablo Antonio quien debe dinero, sino uno de los denunciantes al inventor.
El delito por el que en un principio acusaron al inventor Pablo Antonio fue asociación ilícita, el que se constituiría con la complicidad de sus dos hijos, Tatiana (23)  y Santiago, ambos prófugos de la Justicia.
La captura de Antonio se llevó a cabo luego de que Aníbal Sebastián Giménez, Ángel Benito González Meza y Orlando David Hedman otorgaran un poder especial a su abogado, Sebastián Noguera, quien presentó una denuncia penal el 16 de diciembre por asociación ilícita contra el empresario y sus hijos.
Pero a medida que las partes van presentando las distintas pruebas del caso, la asociación familiar para cometer las estafas millonarias de las que hablaron los primeros denunciantes no queda en evidencia y el delito por el que podrían acusarlo en el ámbito penal podría ser estafa, lo que no requiere que el acusado aguarde la sentencia definitiva en prisión, por lo que sería liberado.
Además de esta denuncia por estafa, el empresario  fue denunciado por librar cheques sin fondo para unas siete personas.
El modus operandi de la organización, según los denunciantes, consistía en presentar un invento, tras lo cual proponían a los interesados  firmar un contrato en el que se establecía que el invento era propiedad de Antonio, pero éste les otorgaba el derecho para la fabricación del producto. Pero la patente nunca aparecía y todo quedaba en nada.
Después, de acuerdo con la acusación, el inventor los invitaba a asociarse a su empresa y allí los interesados aportaban dinero.
El monto aproximado de las estafas se estima en unos 2 millones de pesos y habrían sido damnificadas unas 70 personas.
En cambio, hasta el momento realizaron la denuncia solamente cinco damnificados.

La deuda del denunciante
Además, uno de los denunciantes firmó un documento ante un escribano público en el que dejaba constancia que Antonio no tenía ninguna deuda con él, pero sí él con el inventor por el pago de los derechos de fabricación de un elemento.
Con estas pruebas, sería muy difícil para la Justicia acusar a Antonio y a sus hijos de asociación ilícita y podrían acusarlo de estafa o, posiblemente, el delito no se encuadre dentro del fuero penal y pase a ser responsabilidad del ámbito civil, donde determinarán si el denunciado provocó perjuicios económicos a los inversores.
En cualquiera de estos dos últimos casos, Pablo Antonio debería ser liberado, ya que son delitos excarcelables.
Por otra parte, los abogados de los denunciantes se constituyeron como actores civiles y pidieron que se declare la inconstitucionalidad del artículo de la constitución provincial que no permite a los abogados denunciantes presentarse como querellantes.

Estado de salud delicado
La Justicia penal espera que se realice una junta médica para determinar si el inventor Pablo Antonio se encuentra en condiciones de prestar declaración indagatoria en la causa.
Actualmente Antonio se encuentra internado en el sanatorio Posadas, al parecer con inconvenientes renales producto de una diabetes crónica.
El jueves pasado la Justicia allanó la quinta que este hombre posee sobre la ruta 105, donde incautaron computadoras y otros elementos de significación para la causa.


Encontraron el cargador de baterías
Según informaron fuentes del caso, en los allanamientos realizados la Justicia pudo hallar muchos elementos relacionados con la causa, entre los que estaba el famoso invento llamado Augetronic, un cargador inteligente de baterías.
El mismo habría sido probado por el Ejército Argentino, donde conocedores en la materia aseveraron su buen funcionamiento.
Sin embargo, aún los especialistas no han probado su efectividad y tampoco se comprobó que funcione de la manera en que Pablo Antonio y sus hijos lo vendían y publicitaban para conseguir financiamiento de empresarios.
Lo que no se encontró fue la patente del producto, la que aún no había sido otorgada a Pablo Antonio, quien se había comprometido a entregársela a los empresarios pero, al no cumplir con los plazos establecidos, estos lo denunciaron.