¿Por qué lo hacen?
La riqueza de una familia es heredable solamente
para los hombres, cuando una mujer se casa debe irse a vivir donde el marido
viva, las mujeres son propiedad de la familia y no pueden fumar, utilizar un
reloj, votar, comprar tierras, desempeñar ciertas profesiones y entrar a
ciertos lugares. Esto se establece en el Kanuni i Lekë Dukagjinit (Código
deLekë Dukagjinit), que rige aún a ciertas regiones de Albania.
¿Cómo se realiza y qué implica el juramento?
El juramento normalmente se toma en frente de los ancianos
del pueblo, o puede hacerse en privado, cortándose el cabello y empezando a
utilizar ropa de hombre. Una vez que el juramento se toma, la mujer se
convierte en hombre ante los ojos de la sociedad y se libera de las
limitaciones que el sexo femenino tiene.
Antes, si una burrnesha rompía su juramento debía
morir, pero ahora la pena no se aplica. Sin embargo, muchas vírgenes juradas no
regresan a su condición de mujeres porque su comunidad las rechazaría por
romper el juramento.
Actualmente existen aproximadamente 102 vírgenes juradas en
el mundo, según el programa Taboo de National Geographic, y
la mayoría de las que viven en Albania tienen más de cincuenta años
de edad.
Qamile, la hija pequeña entre ocho hermanas juró por voluntad propia hace casi ocho décadas que nunca se casaría, y que permanecería virgen hasta el fin de su vida. "Hice este sacrificio por mi mamá que se quedó sola porque mi padre murió muy joven y ella tenía que criarnos a nosotras", confesó Qamile desde su humilde casa en la aldea de Barganesh, a unos 50 kilómetros de Tirana.
Qamile, que tiene ahora 88 años, ocupó el lugar de su padre, se cortó el pelo, se despojó del vestido y se vistió con la indumentaria ´brekushe´ (pantalones negros anchos, chaleco, camisa y gorra blanca), típica de los hombres de la región de Kruja.
Lo único que resulta extraño en el conjunto es la pistola que solía meterse en la cintura para protegerse de una posible agresión. Éstas eran algunas de las obligaciones impuestas por 12 hombres llamados garantes, cuya misión era vigilar el cumplimiento del juramento que las vírgenes habían hecho ante ellos, explicó el profesor de etnografía Mark Tirta.