El caso de Goiburú, emblemático del juicio del Plan Cóndor

Domingo 13 de agosto de 2017
Los rastros del general en la provincia de Misiones también quedaron marcados en el Consulado de la República del Paraguay, situado en la calle San Lorenzo 179 de Posadas. El cónsul que actuaba de agente secreto especial de enlace de Alfredo Stroessner con los militares argentinos, era Francisco Ortiz Téllez. Ello se conoció en momento de ser condenado por el secuestro del paraguayo opositor Agustín Goiburú, además de relacionarlo en la causa por los crímenes de la Operación Cóndor tramitada en la Argentina.
El Independiente, un periódico hecho por estudiantes de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Universidad Nacional de Asunción refiere cómo se recomendó a Alfredo Stroessner que desde 1971 se nombrara a Francisco Ortiz Téllez como cónsul en Posadas, con una misión especial, considerada como un premio para los más leales: espiar a los paraguayos exiliados y entablar contacto reservado con órganos represivos argentinos para identificar y hacer la vida más difícil a los paraguayos antiesstronistas.
Refiere que Goiburú, en compañía de Rogelio, uno de sus hijos -que hoy encabeza la búsqueda de restos de desaparecidos en los años 70- es uno de los tantos desaparecidos mediante el trabajo de Ortiz Téllez, quien fue condenado a diez años de prisión por delitos de lesa humanidad –entre ellos, la desaparición de Agustín Goiburú– durante la dictadura, en noviembre del 2007, y apresado en mayo del 2009, cuando lo trasladaron a la prisión de Tacumbú.
En junio de ese año obtuvo la prisión domiciliaria. Después de cuatro años, murió el 7 de julio de 2013 en una estancia en el departamento de Misiones y extinguieron su causa 8 meses después.

Testigo
El documento al que accedió el diario El Territorio de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso Goiburú y otros versus Paraguay, refiere a la sentencia del 22 de septiembre de 2006.
Allí, uno de los testigos Rogelio Agustín Goiburú Benítez, hijo del doctor Agustín Goiburú, declaró que, luego de que su padre fuera expulsado del hospital donde trabajaba “tuvo que vivir algunos meses escondido” y posteriormente se exilió en Posadas.
Describió que desde que su padre llegó a la Argentina “denunció y desenmascaró el régimen tiránico de Alfredo Stroessner trabajando en actividades políticas”.
Su padre fue miembro fundador del Movimiento Popular Colorado (Mopoco). Declaró que su padre y hermano fueron secuestrados en una ocasión; su padre fue trasladado a Asunción y su hermano abandonado en Encarnación.
Asimismo, manifestó que mientras su padre estuvo cautivo en Asunción sufrió torturas y luego de un año logró escapar y regresó a la Argentina. Posteriormente fue desaparecido cuando se dirigía a su casa después de terminadas sus labores en el Hospital San Martín.
A partir de entonces, su familia, especialmente su madre, inició las gestiones de su búsqueda.
En tanto, Benítez Feliu de Goiburú expresó que su esposo se “manifestó en contra de los abusos y arbitrariedades del régimen”, por lo que “fue perseguido tenazmente.
Declaró que estando en Argentina, ella y su familia “fueron objeto de persecuciones, continuas y alevosas, directas, por medio del cónsul paraguayo en la ciudad de Posadas”.
Declaró que en noviembre de 1969 su esposo e hijo “fueron secuestrados por una embarcación de la Marina paraguaya” y su esposo fue trasladado al Paraguay, desde donde escapó meses después y se asiló en Chile, para luego volver a la Argentina con su familia. Luego se trasladaron a otra provincia, donde su esposo trabajó en el Hospital de San Martín, del cual acababa de salir cuando fue desaparecido.


Los hechos probados La dictadura se caracterizó por la vigencia de un “permanente estado de sitio”, ya que la Constitución Nacional facultaba al Poder Ejecutivo a renovarlo cada noventa días. Dicho estado de sitio creó “un clima de inseguridad y de temor que lesionaba ostensiblemente la observancia de los derechos humanos”, sostiene el documento al que accedió este matutino.
Durante la dictadura existió una práctica sistemática de detenciones arbitrarias, detención prolongada sin juicio, torturas y tratos crueles, inhumanos y degradantes, y muertes bajo tortura.


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