Sospechan que el accidente vial en Campo Ramón fue un doble homicidio

Miércoles 8 de enero de 2014

Después del primer impacto y el desconsuelo por la tragedia, los sentimientos fueron cambiando del dolor a la indignación, de la impotencia a la bronca. Los vecinos no hablan de otra cosa y en el pueblo repiten la frase: “No fue un accidente, fue a propósito”.
Mientras los familiares y amigos de Cinthia Marisol Gómez (22) y de Yessenia Fillippín (21) lloran sus muertes, ocurridas el domingo por la noche cuando regresaban en moto desde Villa Bonita por la ruta provincial 103, comenzó a cobrar fuerza la hipótesis de un homicidio premeditado por parte del exconcubino de la madre de Cinthia, quien en reiteradas ocasiones habría amenazado a la joven y a su hermana de 17 años.
Todas las sospechas apuntan a Hugo Bareiro (44), quien desde el mismo domingo permanece detenido en la comisaría local. Durante varios meses del año pasado el sujeto vivió en la casa de Miriam Álvez de Olivera, la mamá de Cinthia.

“Los primeros tiempos estaba todo bien. Él vino a vivir con sus dos hijos más chicos y empezamos a ampliar la casa para estar más cómodos. Pero cada vez tomaba más, venía borracho y jugaba, entonces yo o mis hijas, sobre todo María (17), le reprochábamos. Pero él no entraba en razón y llegó un momento en que le dije que se vaya”, comentó Álvez de Olivera en diálogo con El Territorio.
Abatida por la irreparable pérdida, ayer reconoció que el sospechoso amenazó varias veces a sus hijas y juró vengarse de ellas porque tuvo que dejar la casa.
“Le pedí que se vaya por el bien de mis hijas, pero nos seguíamos viendo afuera. Él tomaba un poco y me decía: “fijate cómo tengo que vivir. Yo me voy a desquitar de tus hijas”, pero no me imaginaba que fuera capaz. Incluso un día estando sano dijo eso, ahora que me pongo a pensar”, lamentó.
Con cierta culpa, la mujer mencionó que estando bajo el mismo techo ella sacó un préstamo para comprar el Fiat Duna con que luego el sujeto atropelló a su hija y la amiga. 

Un mensaje clave
En la casa del barrio Docente de Campo Ramón todo es dolor y recuerdos de Cinthia y Yessenia: “Eran amigas desde chiquitas, fueron juntas a la escuela y se querían mucho”, contó la madre.
En tanto, precisó que el acusado “en realidad le tenía más bronca a María”, su hija de 17 años, ya que ella lo enfrentaba cuando estaba alcoholizado.
Por ello, la propia chica opinó que “se confundió conmigo. Él cumplió su amenaza, pero se equivocó de persona. Creyó que mi hermana y yo íbamos en la moto y pensó que era su oportunidad, pero iba Yessenia y no yo”.
Y la propia María relató un hecho que ahora cobra una relevancia estremecedora. “Cuando todavía vivía en mi casa discutimos y me dijo: “‘te juro que le voy a matar a tu gato’, y al otro día desapareció el gato y nunca más lo vimos”.
Pero un mensaje de texto aparece como una prueba que estremece y corrobora el temor que Cinthia sentía por el sospechoso.
El domingo a las 23.27 la joven le escribió a su hermana: “Eu, podés creer que saqué 0”. ¿Por qué?, le preguntó María, y la respuesta fue inmediata: “Hugo está en el negocio frente a la casa de Taison y no puedo salir porque seguro me sigue. No sé qué hacer. No le digas nada a mami”.
Ahora, si bien el test arrojó que el conductor estaba alcoholizado, la Justicia deberá mensurar las pruebas y recoger testimonios para definir la carátula de la causa.

Obsesión mortal
El accidente se produjo alrededor de las 23.50 del domingo sobre la ruta provincial 103, a dos kilómetros y medio del acceso al pueblo y a mil metros de la casa de Yessenia Fillipín.
Cinthia Gómez conducía su moto Mondial 100cc, que fue impactada de frente por el Duna conducido por Hugo Bareiro.
En las horas previas ambas chicas estuvieron jugando al vóley con amigos en el playón de la mutual San Martín, de Villa Bonita. Varios testigos vieron al acusado en un bar del frente observando permanentemente a las chicas.  
María estuvo a punto de ir a Villa Bonita con su hermana, ya que allí tiene muchos amigos, pero la mamá no la dejó. “Si yo hubiera ido, ahora también estaría muerta. Pero como había salido en la semana, el domingo mi mamá no me dejó y me quedé en casa”, relató en la víspera, con los ojos hinchados de tanto llorar.
“Me contaron que Hugo se recostaba en el auto y le miraba a Cinthia. Y le habrá confundido a Yessenia conmigo porque somos parecidas”, agregó.
Según allegados a la familia, son varios los testigos que confirmaron que el sospechoso observaba a las jóvenes mientras jugaban al vóley. Incluso, mencionaron que salió de Villa Bonita detrás de ellas; lo que abona la teoría de que luego las sobrepasó, giró en U sobre la ruta y las impactó de frente.
Sobre el asfalto se notan claramente las huellas del rodado en la mano contraria. El mortal impacto fue tal, que el cuerpo de Cinthia terminó en el baúl del Duna, informaron.
Por casi 100 metros están dispersos los pedazos de la moto azul. Ambas fallecieron en el acto.
Cinthia tenía un hijo de cuatro años y pasadas las 23.30 su hermana le avisó que el padre lo llevó a la casa. “Ahí Yessenia le dijo que le lleve, porque tenía hambre. Si no, se salvaba la pobrecita”, agregó con mucho dolor la madre.


“Pensar que yo compré el auto”
Miriam recordó que el 31 de diciembre el sujeto retiró el auto que estaba en el taller y ella tenía cierto miedo por las amenazas. “Pensar que yo compré ese auto y lo puse a nombre de él. Pero como no sé manejar y creía que íbamos a tener una familia”, dijo quebrada.
Cinthia tenía un hijo de 4 años, trabajaba como promotora de salud de Campo Ramón y cursaba segundo año de magisterio; mientras que Yessenia Filippin estudiaba Ciencias Económicas en Oberá.
La tragedia sacudió al pueblo de Campo Ramón por tratarse de dos familias conocidas y dos víctimas jóvenes. Antonio Fillipín, el padre de Yessenia, es docente jubilado y muy apreciado por todos en el pueblo. Solidario y atento, la tragedia parece empecinada con su familia ya que perdió tres hijos en diferentes circunstancias.