Faltarían 101 escuelas secundarias

Domingo 24 de febrero de 2008
A una semana del inicio de clases, la falta de arreglos y mantenimiento de los edificios escolares, como la construcción de nuevas obras no solo se ven en Misiones. También se repite en otras provincias del país, como Catamarca, Santa Fe, Entre Ríos, Río Negro y Tucumán, panorama al que El Territorio accedió a través de la Red de Diarios en Periodismo Social en oportunidad de brindar un informe conjunto sobre el estado de la infraestructura de las escuelas (ver aparte).
Como en los últimos años, el cuidado de las escuelas se tornó un problema que no encuentra respuesta definitiva en las instituciones públicas y, según un informe de Ctera, a Misiones le faltarían 101 escuelas para llegar a la universalización de la secundaria.
 Otro aspecto que permanece sin solución en la provincia es la falta de porteros, en contraste con el crecimiento de la matrícula, principalmente en los niveles inferiores. A ello se suma, por estos días, el alerta de la fiebre amarilla en la región, razón por la cual los docentes quieren garantizar la limpieza y el mantenimiento de los edificios.
Para hacer frente a estas necesidades la semana pasada el Gobierno provincial firmó un convenio con los 75 intendentes municipales para ayudar con mil pesos a cada escuela, en lo que se enmarca en una prueba piloto. No obstante, algunos directores consideraron que las necesidades son muchas y ese monto apenas alcanzará para una mínima parte y el resto lo repondrán poniendo en actividad a la cooperadora escolar.
La prioridad pasa por adecuar los sanitarios, desmalezar el predio, reponer luminarias, vidrios de ventanas, ventiladores de techo y en algunos casos hasta cables de luz y la instalación de agua.
El panorama se repite en la mayoría de las instituciones públicas de la tierra colorada, que a su vez en las vacaciones se convierten en tierra de nadie y son elegidas por los vándalos que se llevan lo que pueden, desde mobiliarios hasta cables de luz. Otro inconveniente es reponer mobiliario deteriorado o desaparecido.
Con razón, en Misiones el mantenimiento de los edificios copó el debate de la nueva Ley de Educación que se hizo en 2006. En tanto, los que se ocupan del tema son la Dirección Provincial de Arquitectura, el Iprodha y la Unidad Sectorial de Coordinación y Ejecución de Programas y Proyectos (USCEPP) del Ministerio de Educación. En 2006 la USCEPP trabajó en reparaciones menores de 110 escuelas para restablecer los servicios básicos de luz, agua y sanitarios. Y otra cantidad similar estuvo a cargo de Arquitectura.
Desde la USCEPP manifestaron que la actividad produce un deterioro permanente en los edificios escolares, no sólo por el uso, sino también por el abuso.
A la vez precisaron que la escuela es como una casa, necesita cuidado y el deterioro depende de eso. En ese orden elogian a algunas escuelas del interior de la provincia donde el mantenimiento es óptimo y resaltan el trabajo de la cooperadora. Para la Unidad la clave está en el trabajo conjunto, tomar conciencia en cuidar el bien público, porque una escuela no es del Gobierno, es de los alumnos.

Espacio y secundaria obligatoria
Otro tema que conjuga con infraestructura es el aumento de matrícula y la falta de espacio y mobiliario para todos los chicos. Sin contar que, con la secundaria obligatoria faltarán más escuelas y docentes. Por eso, desde el Ministerio de Educación de la provincia anunciaron que este año la prioridad es la construcción de nuevas escuelas medias.
Según datos oficiales del 2003 en la provincia había 953 unidades educativas con EGB 1 y 2, 652 con EGB 3 y 190 con Polimodal, lo que evidencia un progresivo desgranamiento. La matrícula total de alumnos alcanza los 330 mil desde nivel inicial hasta superior no universitario. De esa cantidad, unos 60 mil representa al sector de gestión privada.
Según un informe elaborado por el Instituto de Investigaciones Pedagógicas Marina Vilte y la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (IIPMV-CTERA), a Misiones le faltan 101 escuelas (cada una con dos turnos simples) para llegar a la universalización de la escuela secundaria, que se transformó en obligatoria con la nueva Ley de Educación.
Sería para albergar a 87 mil estudiantes, distribuidos en 4.000 secciones (500 actuales y 3.500 que faltan).Esa cantidad es muy superior a otras provincias, en comparación con Santa Cruz al que le faltaría 10 edificios, o los 17 de Catamarca o Neuquén, o los 54 de Mendoza. En realidad en la lista de provincias solo Santa Fe (102) , Córdoba (117) y Buenos Aires (423) necesitarían más nuevas escuelas que Misiones.
En cuanto al programa Nacional 700 Escuelas, y según datos proporcionados por Ctera, a Misiones le corresponden 27 obras, de esas 13 se construyeron, 12 están en etapa de construcción y dos en proceso licitatorio.


Opinión
Laura Piñero
Psicóloga e investigadora, máster en estudios culturales University of Mc Gill,  Canadá

No sólo se ejerce con inscripción, pizarrón y tiza
Según un informe reciente  de Human Rights Watch falla  en la retención escolar casi la mitad de los países del mundo; a esta realidad se le suma que, en muchas ocasiones, los trayectos escolares de jóvenes en situación de pobreza se transforman en historias de fracasos conducentes a la exclusión temprana. El círculo se cierra con adolescentes que, carentes de formación habilitante para el trabajo, se insertan tempranamente a un mercado laboral  precarizado, en el sector informal y, en algunos casos, en condición de explotación. El acceso a la educación impactaría en beneficios sociales y económicos para los países pero significaría tocar estructuras sustentables de las que sólo disfrutan minorías.
La escuela se esta volviendo inaccesible: Con mucha frecuencia los debates teóricos recorren una serie de factores asociados tales como falta de medios económicos,  evitación por parte de los potenciales alumnos de las normativas escolares y una inequidad social que incluye a pocos, dejando afuera a muchos niños, niñas y jóvenes. 
La experiencia educativa además nos hace pensar que el aburrimiento de los alumnos se emparenta más con una falta de significación otorgado al aprendizaje  más  profundo que con cuestiones pedagógicas o de infraestructura.
En este contexto, las organizaciones sociales implementan programas de inclusión orientado a jóvenes. Se trata de procesos de ciudadanización que proponen un recorrido para la construcción de la noción de sujeto, como condición previa a cualquier oportunidad educativa. El tema de la inclusión de jóvenes obliga a desandar el camino histórico que parte de la escuela y de la fábrica como modelos reguladores de la sociedad y que termina en la actualidad con estrategias de adaptación  individuales fuera de toda regulación colectiva.
El éxito en los trayectos formativos flexibles hace posible elaborar una presentación del "sí mismo ante los demás" en un proceso de segregación  y de ruptura del sentido  vital.
Con esfuerzo y creatividad, en cooperación con actores de la sociedad civil, el estado y el empresariado, las organizaciones estamos haciendo posible que muchos jóvenes no solo se inscriban en las propuestas sino que permanezcan, terminen la escuela, se capaciten en oficios y accedan al primer empleo.


Dineros que se invierten en soluciones que no conforman
De “El Diario” de Entre Ríos.
Los déficits que presentan los edificios escolares no son nuevos, pero sin dudas dan cuerpo a una problemática que recrudece frente a cada inicio del ciclo lectivo. No se desconocen y tampoco se minimizan entre los funcionarios y motivan reclamos a viva voz desde los sectores gremiales. "Hace 30 años que no se invierte en edificios escolares", dice Marta Landó, vocal del Consejo General de Educación de Entre Ríos, tratando de graficar que el problema es de larga data, aunque dejó a salvo la gestión iniciada en 2003, que es la que, a su criterio, "empezó a dar respuesta a esa deuda".  La secretaria adjunta de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos, Marta Madoz, no se limitó a reclamar recursos, también entendió que es cuestión de "planificación y de funcionarios idóneos para la ejecución y contralor de los fondos". No obstante las demandas siempre aparecerán "por el crecimiento vegetativo, porque se necesitan más colegios ante los requerimientos de la nueva Ley de Educación que extiende la edad escolar y la obligatoriedad", advirtió.
En Entre Ríos está en ejecución el Plan Verano, con el que se da respuesta a las necesidades detectadas en 169 edificios educativos, con una inversión cercana a los 7 millones de pesos. Tales obras se realizan con la intervención de las cooperadoras y, en ningún caso el aporte económico otorgado a cada escuela supera los $ 50.000. El plan es coordinado por Arquitectura y las direcciones departamentales de escuelas. El plan Verano seguiría con otro para dotar a 50 edificios de gas natural. Hay otras refacciones que se realizan bajo el rubro Emergencia, y por fuera de los recursos provinciales se concreta el Plan 700 Escuelas, cuyo nivel de ejecución no supera el 40% según Agmer.


Infraestructura escolar, una deuda que no se logra saldar
De “El Ancasti” de Catamarca
El año pasado fue especialmente traumático para Educación. Niños y adolescentes catamarqueños perdieron durante el último ciclo lectivo más de un mes de clases, entre paros de docentes, huelgas de auxiliares, epidemias de afecciones respiratorias y jornadas de frío intenso que derivaron en imprevistas suspensiones de las actividades.
El perjuicio fue tan evidente que las  autoridades del área se propusieron revertir el panorama, y comenzar las clases el 25 de febrero este año. Pero las buenas intenciones se desdibujaron ante una patética realidad: cientos de establecimientos escolares presentan condiciones edilicias críticas y no pueden recibir a docentes ni alumnos. El problema radica en que las falencias no son accesorias, sino esenciales. Padres y alumnos se quejan desde hace años que los baños no funcionan, los techos se caen, las ventanas no tienen vidrios... y el cuadro general es insostenible desde fines de 2004, cuando el terremoto le dio la estocada final a las estructuras más débiles. A ello se suma el crecimiento de la población escolar,  que incluso promete agravarse cuando la nueva Ley de Educación imponga la obligatoriedad del ciclo secundario.  Cuando los directivos y docentes debieron retornar a las aulas, se encontraron con materiales de construcción, albañiles, baños sin sanitarios y toda clase de escollos. Aunque las autoridades se resistían a dar el brazo a torcer, se cambió el inicio de clase para el 3 de marzo.
Unos 150 edificios escolares están siendo reparados por el área de Programación y Mantenimiento de Infraestructura Escolar de la provincia. En el marco del plan 700 Escuelas, se construirán 22 escuelas, la mayoría está en etapa de ejecución.


EL 70 % necesita reformas y reparaciones
“La Capital” de Rosario
En Santa Fe, el 70 por ciento de los establecimientos educativos necesita reformas y reparaciones edilicias. (En la provincia, hay 3.119 edificios escolares a los que asisten 853 mil alumnos).
No es difícil imaginar entonces que los problemas de infraestructura escolar afectan en  Santa Fe el normal desarrollo de la enseñanza y el cumplimiento de la ley que obliga al Estado a garantizar un mínimo de 180 días de clases. Sin embargo, si a este registro oficial se le descontaran aquellos por problemas de infraestructura, las jornadas efectivas en las aulas serían mucho menos.
La gravedad de este problema y cómo afecta a la vida educativa uno de los principales ejes del gobernador electo Hermes Binner durante su campaña, donde hizo hincapié en el compromiso de iniciar este ciclo lectivo con las escuelas en condiciones. Así lanzó un programa de recuperación de escuelas con una inversión de 30 millones. Además, el 16 de febrero pasado se desarrolló la jornada voluntaria que invitó a padres, docentes, vecinos y chicos a pintar y limpiar los edificios públicos escolares. “Una escuela en las que las maestras no griten, las aulas estén en condiciones, todos tengan los mismos bancos, se aprenda un oficio y haya computadoras”, es el pedido de los chicos.
Otro tema es que enfrentan las escuelas es que 140 dictan clases en edificios alquilados por la Provincia.


Sin recursos, ni espacios, no se puede educar
De “La Gazeta” de Tucumán
La doctora en Educación Silvina Gvirtz, de la Universidad San Andrés de Buenos Aires, en su libro "De la tragedia a la esperanza -Hacia un sistema educativo justo, democrático y de calidad", señala que una escuela sin recursos ni espacios apropiados para las experiencias educativas, resulta incompetente. Incapaz de darle al alumno la posibilidad de que encuentre en ella una opción de mejora y movilidad social en relación con su  origen. La Ley Nacional dictamina la obligatoriedad del secundario y la extensión de la jornada, lo que significa más chicos estudiando en esas mismas aulas. El problema de Tucumán -como el de otras tantas provincias - es que no cuenta con la cantidad de escuelas necesarias.  Según anuncios del Ministerio de Educación, se inaugurarán 16 escuelas antes del 3 de marzo, 20 se habilitarán en abril y durante el año se harán unas 25 obras de ampliación y sustitución de edificios. Este año ingresarán cerca de 15.000 chicos al sistema, los que se sumarán a los 420.000 alumnos. "Las aulas públicas no son suficientes", dicen los directivos, docentes y padres.Tampoco las escuelas, pero reconocen que hubo un esfuerzo de Nación y Provincia.La Nación destinó más de $170 millones para 71 escuelas nuevas, de la cuales 30 ya fueron entregadas  y más de 1.000 aulas. Son 110 edificios desde 2004 con el aporte provincial y nacional. Otro problema es mantener los viejos edificios, unos 750, algunos de 100 años.