“Los asesinos no tuvieron piedad, espero que no la tengan con ellos”

lunes 19 de junio de 2017 | 6:00hs.
“Los asesinos no tuvieron piedad, espero que no la tengan con ellos”
“Los asesinos no tuvieron piedad, espero que no la tengan con ellos”
“Fue terrible lo que le hicieron, lo maltrataron mucho antes de llevarlo a golpes hasta cerca del chiquero donde fue asesinado, estando completamente indefenso”, dijo Nélida Leal. Se refiere a su hermano, Tomás Leal (55), muerto a golpes y puñaladas en manos de tres hombres que llegaron a su chacra para robar pero terminaron cargando una muerte sobre sus espaldas.
El homicidio fue cometido en la propiedad de la víctima, que vivía junto a un hermano a la altura del kilómetro 11 de la ruta costera 2. Fue en la última semana de abril del año pasado, pero lo descubrieron alrededor de una semana después, a instancias de un vecino.
Es que la ausencia del hombre en los lugares habituales generó sospechas y cuando su conocido fue hasta la casa, se topó con parte del cadáver en medio de un lodazal del patio, cerca del chiquero. Las extremidades ya habían sido devoradas por alrededor de media docena de cerdos.
De ese dantesco cuadro se acuerda Nélida. Sufre con sólo imaginar el sufrimiento de su hermano y no se cansa de pedir justicia. “Un día antes estuvo con nosotros, contento porque por fin pudo ganar una platita para arreglar su casa. No era mucho pero suponemos que así como nos contó a nosotros le habrá contado a otros. Los asesinos no tuvieron piedad, por eso espero que la Justicia no tenga piedad con ellos”, pide.
La mujer sabe que tres hombres están detenidos por el crimen: Ezequiel D. L. (18), Leandro R. (22) y José D. (21). Todos fueron capturados a los pocos días en distintos puntos de esta localidad y las pruebas que tienen en contra son tan contundentes que desde mediados de noviembre están con prisión preventiva a instancias del magistrado Gerardo Casco, titular del Juzgado de Instrucción Tres de San Vicente.
Según las fuentes consultadas, el mayor aparecería -en principio- como el más complicado, debido a su rol activo en el ataque y, justamente, habría sido quien mediante su abogado apeló la medida judicial que ahora está en análisis y a la espera de que se completen algunas medidas solicitadas por los integrantes de la Cámara de Apelaciones.
Golpes y puñaladas
La autopsia determinó una serie de puñaladas en la espalda y golpes en distintas partes del cuerpo de Leal. También signos de defensa, por lo que para los investigadores estaría probado que el ataque se produjo después de que sorprendiera a sus asesinos en pleno atraco.
En ese sentido, existe una hipótesis que prevalece, sobre cómo ocurrieron los hechos. Fue elaborada en base a testimonios de los vecinos y a una serie de elementos de prueba que fueron recolectados a lo largo de la investigación. “Los investigadores trabajaron bien desde un principio, se movieron rápido en base a lo que le fueron contando los vecinos, así llegaron a los que están detenidos pero por lo que sabemos, ellos negaron todo”, explicó Nelida.
Se confirmó que el hombre residía junto a su hermano Roberto, quien al momento del crimen estaba internado en el hospital de Oberá. También que pocos días antes había cobrado alrededor de 20.000 pesos producto de la venta de dos bueyes, dinero que fue robado por sus atacantes debido a que nunca se encontró, al igual que una motosierra y un animal vacuno que, según las pesquisas, fue comercializado informalmente (faenado) en un frigorífico de la zona.
Teniendo en cuenta esos datos, la presunción con más peso apunta a que los autores del homicidio creyeron que Leal estaba cuidando a su hermano en el nosocomio obereño por lo que irrumpieron en la propiedad, pero sin esperarlo fueron sorprendidos por el agricultor. En ese contexto se habría producido la agresión que terminó en muerte.
“Cuesta entender tanta maldad. Nosotros creemos que los conocía (a los delincuentes), por eso lo mataron, porque de última hubieran llevado la plata nomás”, reflexionó Nélida, tratando de encontrar  respuestas. En ese marco, recordó que su hermano “nunca tuvo problemas con nadie, era bueno y muy apreciado, aunque le molestaban las injusticias y seguramente habrá querido, como cualquiera de nosotros, defender lo que tanto le costó tener”.
Recostada contra uno de los postes que sujetan el techo de la galería de su casa, la mujer contó que cada tanto se entera “de cosas que hacía mi hermano para ayudar a otros, eso hace que todos los días se lo recuerde”. Finalmente reiteró: “Ojalá se haga justicia”.