La deserción universitaria, una cuenta pendiente para la Unam

martes 17 de abril de 2018 | 5:00hs.
Ayer, la Universidad Nacional de Misiones (Unam) cumplió 45 años. En ese marco, el rector Javier Gortari brindó una entrevista en donde repasó el pasado, presente y futuro de la institución superior así como los éxitos y fracasos que acompañaron su desarrollo a lo largo de cuatro décadas. 
“Creo que lo más importante son los más de 20.000 graduados que tiene la universidad en estos 45 años. Me parece que eso es de destacar en una provincia que no tenía universidades en ese tiempo y que lo único que había era una delegación de la universidad del nordeste que se había creado en el año 56 y al año siguiente pusieron la escuela de química. Así que para Misiones y para lo que es el territorio y las posibilidades de los misioneros a acceder a estudios superiores universitarios sin duda que fue muy importante y fue muy rápido”. 
A la hora de describir ese crecimiento, el rector graficó que en sus comienzos la casa de altos estudios contaba con diez carreras, 100 docentes, 50 trabajadores no docentes y 1.000 alumnos. En la actualidad esas cifras se incrementaron de manera exponencial y la Unam brinda 60 carreras de pregrado y grado y 36 posgrados. 
Asimismo cuenta con 1.500 docentes y casi 600 trabajadores no docentes, al tiempo que en aulas se forman 23.000 estudiantes. Estas cifras reflejan no sólo el aumento en relación a la oferta educativa, sino también el marcado interés de la sociedad misionera por acceder a la educación superior. En esa misma línea, Gortari recalcó que este año el número de ingresantes fue superior al de ciclos anteriores alcanzando un promedio de 7.000 alumnos por facultad. 
En relación a las demandas que la comunidad le hace a la casa de altos estudios, el docente destacó que la Universidad de Misiones es una institución estrechamente ligada a la realidad provincial, vínculo que se debe profundizar: “La universidad tiene que formar y producir conocimientos en temas pertinentes con la sociedad donde está inserta. (...) Si bien hay desarrollos importantes en ciencias básicas, me parece por nuestras propias características de universidad relativamente nueva tenemos que hacer mucho esfuerzo por vincularnos a los problemas de la sociedad y colaborar en su resolución, aportando recursos humanos formados en esos problemas o produciendo conocimiento y tecnología que ayuden a resolver esas problemáticas”. 
Al respecto, describió: “Ha habido avances con el tema de la producción yerbatera; hay colaboraciones y cooperación con el tema de la madera, los bosques, la ecología, la población guaraní, la población marginal, la situación de pobreza, con el tema de mujeres y de género”. 

Meta abandonada
Además de resaltar el desarrollo que ha tenido la institución superior a lo largo de 45 años, el rector no omitió referirse a los desafíos pendientes. Tal es el caso, que precisó que el principal problema que enfrenta el establecimiento educativo es la deserción de los estudiantes. “Es cierto que tenemos mucha deserción todavía, pero estamos trabajando con eso, en la propia universidad y con el Ministerio de Educación de la provincia para ver articulaciones con el nivel secundario como para mejorar ese salto que hay entre el secundario y la universidad”, adujo. 
En ese contexto, hizo un mea culpa en torno a exigua contención psicológica y emocional que se le brinda a los estudiantes. “La universidad no tiene mecanismos de contención. Venimos trabajando en las cuestiones más materiales como comedores, albergues, salud, transporte, pero no tenemos un espacio de contención afectiva y social. Creo que es un tema que en algún momento habrá que abordarlo si efectivamente queremos que haya más chicos que se queden en la universidad”.
Luego se refirió al papel de los docentes, como pilar académico y anímico de los estudiantes: “Creo que tenemos que hacernos más cargo -lo digo como docente- de motivar, acompañar, ayudar. Porque es una responsabilidad de tipo social y esa persona que tanto costó que terminara la primaria, la secundaria y pudo entrar a la universidad, es casi una tarea patriótica tratar de que pueda tener un buen desempeño en la universidad”.
Finalmente, aseveró que en ese sentido las extensiones aúlicas ubicadas en distintos puntos del interior lograron multiplicar el número de jóvenes que permanecen dentro del sistema universitario. “Lo que uno observa en las extensiones áulicas donde la universidad va al interior la gente responde más. Tenemos mucho mejor rendimiento en esos cursos que se desarrollan en la localidad que cuando la persona viene desde el interior. Nos pareció que llegado a un punto de crecimiento un salto cualitativo era eso, llegar a lugares donde no habíamos llegado. No podemos llegar con todas las carreras, pero sí con propuestas alternativas que van a terminando y van cambiando”, apuntó el representante de la Unam.