Honra a sus abuelos y produce vino de su chacra en Santa Ana

domingo 13 de agosto de 2017 | 6:00hs.
“Lo hacemos en familia, sin aditivos, es nuestro sustento”.
“Lo hacemos en familia, sin aditivos, es nuestro sustento”.
El sueño de sus antepasados en la década del 40 no fue posible, pero Antonio Jeves lo cumplió en este siglo y desde su propiedad en esta localidad se transformó en un pequeño vitivinicultor.
“Mis abuelos eran catalanes y gallegos y es una tradición familiar, tradición que venimos trayendo de generación en generación allá en España. Cuando llegaron a Misiones, se encontraron con que no estaba permitido hacer vino, que para eso tenían que ir a la zona de Cuya, se olvidaban de que en Misiones ya los jesuitas hacían vino. Pero como es tradición familiar, seguimos luchando y ahora podemos decir que a través de las ferias francas, se puede lograr la continuidad de nuestros antepasados”, señaló a El Territorio.
Con el nombre Parrales del Puerto, sus productos tienen buena aceptación y planifica expandirse.
Desde su casa cercana al puerto santanero, a unos seis kilómetros del centro, se entusiasmó: “La idea es que aquí se haga una gran bodega, que dé oportunidad a la gente tanto de plantar uva como también mano de obra en la bodega, que por ahora la tengo en mi casa y el almacenamiento lo realizamos en los tanques de acero inoxidable de mil litros cada uno, pero con el tiempo quiero hacer barriles de madera, que le dan mucho mejor gusto a la bebida”.
De esos tanques salen vinos secos y dulces que atraen no sólo en la feria franca, sino también en la feria municipal y a compradores específicos que los llevan hasta localidades tan lejanas como Andresito, ya que aprecian el carácter orgánico de la bebida, sin conservantes ni otros aditivos.

Buena aceptación
“Lo hacemos en familia y es nuestro sustento, es una producción anual. La uva la planto yo, ahora terminé la poda de la casi hectárea que tengo de plantación, quiero lograr que sean varias más, y para diciembre estaremos listos para una nueva elaboración. Este año también quiero hacer champagne, aunque sea unas 5.000 botellas, con la calidad artesanal, de buen gusto”, detalló.
Admitió que, como en 2001, este año la crisis económica del país paralizó su proyección, aunque confía en recuperarse.
Jeves contó que utiliza la variedad Santa Isabel, una uva de pequeño tamaño, y valoró el vino como bebida con saludables propiedades si se consume con moderación: “Tomar vino no implica ser borracho; en mi casa fabricamos y bebemos vino pero no hay ningún alcohólico”.
Antonio trabaja con su familia, compuesta por seis integrantes, y alentó a que se produzca uva y que se pueda concretar su proyecto de mayor producción de vino.
Comparó la realización de la bebida con la manera de cocinar: “Muchos pueden cocinar con los mismos ingredientes, pero el sabor de la comida nunca será igual. Con el vino pasa lo mismo, cada productor tiene su manera de elaboración; nuestros vinos por suerte tienen una excelente aceptación y quienes los conocen no compran otro”.