Generación tutorial, el ocaso de los manuales y libros instructivos

Días atrás el mundo se conmovió con la noticia de una mujer estadounidense que había logrado construir su propia casa viendo tutoriales de Youtube. La odisea incluyó la compra del terreno, el trazado de planos y la edificación, cada uno de los pasos realizados tomando en cuenta los conocimientos transmitidos en la plataforma virtual. Asimismo, el atleta keniata Julius Yego, último campeón mundial de jabalina, reveló que aprendió a lanzar mirando videos didácticos y sin contar con ningún tipo de instrucción deportiva. Estas experiencias, tal vez dos de las más extremas, dejaron en evidencia una tendencia que ha crecido en los últimos años a nivel mundial: el intercambio de saberes pasó del aula a un click de distancia.
Tal es el caso, que esta moda del “hágalo usted mismo”, tiene su parangón en el país y en la provincia, donde cientos de misioneros apelan a videos de internet para aprender a hacer, casi cualquier cosa que se propongan. Elaboradas recetas de cocina, consejos de jardinería, recomendaciones de peinados y tipos de maquillaje, se entremezclan con instructivos que develan como reparar una computadora, construir un mueble o cambiar el cuerito de las canillas.
“Yo hice un placard y arreglé plomería mirando tutoriales de Youtube. También una vez reparé una caldera”, contó el contador Martín Barreyro (30), mientras Carlos María Serra (30), quien tiene una empresa de cartelería resaltó que a través de la plataforma se instruyó sobre pinturas, máquinas impresoras y otras cuestiones relacionadas a su trabajo.
Por su parte, María Clara Torres (23), estudiante de Diseño de Indumentaria comentó: “Uso tutoriales sobre Photoshop e Ilustrator para la facultad. Es muy rápido y práctico para sacarte las dudas del momento”, y Francisco Escribano (32) adujo que los videos lo ayudaron a hacer un flan, afilar cuchillos y combatir una infestación de garrapatas que afectó a sus mascotas. El aprovechamiento de la tecnología no conoce límites de edad. “Hace diez meses comencé a ver videos de como tejer a crochet. Tenía que ocupar mi tiempo en algo y quería tejer, pero no sabía cómo. Empecé a ver los videos y arranqué con gorros. Ahora ya hago saquitos para bebés, remeras, chalecos, vestidos para la playa, alfombras y carpetitas. Los videos son muy fáciles, te muestran el paso a paso, desde los talles hasta la cantidad de puntos que tenés que hacer”, reveló Lidia Riveros (51). En la misma línea Julio Perales (62) confesó que construyó una parrilla en el patio de su casa siguiendo las indicaciones de un youtuber español. Por su parte el posadeño Adrian Figari (32) aportó sus conocimientos autóctonos a través de un tutorial en donde muestra su técnica para pelar mandiocas.
La tendencia también alcanzó a artistas, músicos y deportistas famosos que disfrutan de compartir sus saberes con la comunidad virtual. Mientras la actriz mexicana Belinda reveló sus trucos para realzar los pómulos con rubor en polvo, la modelo Liz Solari enseñó a preparar un licuado desintoxicante, y la tenista Serena Williams mostró como bailar twerking, sacudiendo el trasero en forma sensual.  En ese marco, la comunidad académica tampoco se quiso quedar fuera de la novedosa manía y algunos profesores comenzaron a dar clases virtuales, ganando fama mundial. Uno de los casos más curiosos es el del español David Calle, un ingeniero en telecomunicaciones que desde Youtube ofrece clases de matemática, química, física y tecnología. Sus videos que duran 10 minutos, fueron vistos por medio millón de estudiantes en los últimos meses.
Asimismo, existen videos destinados a enseñar como hacer cortos explicativos que alcancen el éxito. Según señalan las cintas, es primordial haber probado fuera de cámara unas cuantas veces lo que uno pretende enseñar, disgregar los conocimientos en un paso a paso, y ser claro y conciso. Luz, cámara, acción, los tutoriales se han convertido en los nuevos manuales, y los youtubers en los maestros del tercer milenio.